Un Amor Poco Común #2

CAPÍTULO 29

Me quedé en la sala de la casa de Drake mirando por donde él se había ido

Carajo, esto resultó ser más frustrante y estresante de lo que creí que sería.

Me senté en el sofá y refregue mi cara con ambas manos, un poco frustrada

—Veo que tuvieron una acalorada conversación —habló alguien haciendo que me asuste, por ende, levanté de manera rápida mi cabeza, encontrándome con Ale

—¿Crees que estoy mal? —pregunté, con un poco de miedo a que él también me critique o me pelee también con él

Alessandro suspiró y se sentó en la mesita que estaba en frente mío y agarro mis manos, mientras me mira a los ojos

—No puedo decirte si estas bien o no, porque, aunque me caes genial y ya te quiero mucho, no conocí tu relación con Peter desde un principio. Yo solo llegué cuando ustedes estaban peleando— sonrió comprensivo

—¿Qué quieres decir? —fruncí levemente el entrecejo

—Que supongo que no toda tu relación fue así, discusiones— volvió a sonreí comprensivo y yo le otorgue una leve sonrisa— y, que ellos tampoco estuvieron desde el comienzo de tu relación —movió su cabeza en dirección a donde se fue Drake

—No, no todo fue discusión con Peter, no todo fue malo, pero... —suspiré —tardamos seis años para al fin decidir si casarnos o no, porque terminamos más de una vez y, no es que era por una semana, terminábamos por meses— mire nuestras manos unidas— la última vez que terminamos por tanto tiempo, fue casi un año —me reí, pero sin humor alguno y volví a verlo

—A veces hay que aprender a dejar ir, y otras veces hay que aprender a irse —acomodó un mechón de cabello detrás de mi oreja

—Pero, ¿cuándo sabes que es momento de irte? ¿Cuándo sabes que ya es suficiente? —lo mire a los ojos —digo, las parejas tienen problemas y es normal, si, entonces luchas para superar esos problemas, porque quieres a esa persona como para ser capaz de afrontar todo por él— suspiré para luego mirar nuestras manos— entonces, vuelvo a preguntar, ¿cuándo se supone que debes de saber que ya es suficiente? ¿Cuándo el dolor que te ayuda a crecer fue reemplazado por el dolor de sufrimiento? —volví a verlo a los ojos

—Cuando, por primera vez, el corazón y la cabeza te gritan "ya basta", ahí, es donde debes irte, porque cuando estos dos— tocó mi cabeza y mi pecho a la altura de donde debería estar mi corazón, con su dedo indice— se ponen de acuerdo, es porque ya está. Nunca se ponen de acuerdo, siempre uno gritara blanco y el otro negro, pero, cuando los dos dicen gris, escuchalos, no por nada todo tu sistema te lo está gritando— agarró mis manos e hizo que lo mire— dime Alma, ¿tu corazón y cerebro están de acuerdo o en desacuerdo?

—No lo sé. No me he tomado la molestia de sentarme a escucharlos—suspiré

—Bien, pues deberías de hacerlo, y si ambos te gritan que sigas o solo uno de ellos te lo grita, sigue en lo que estás y al carajo lo que digan los demás —sonrió

—¿Aunque los demás sean mis amigos? —sonreí un poco triste

—Sobre todo, porque son tus amigos. Ellos no te dejaran sola Alma, ahora están enfadados porque no quieren que salgas lastimada, pero jamás dejaran de apoyarte—afirmó

Sonreí y sin poder evitarlo, lo atraje hacia mí y lo abracé fuertemente

—Muchas gracias, necesitaba esto —murmure aún sin separarme de él

—No agradezcas, te volviste una buena amiga y si puedo ayudarte, no dudaré en hacerlo —dijo aún en el abrazo, para luego separarse de mi —deberías ir a casa y pensar en todo esto y tratar de escuchar a tu cabeza y corazón —asentí con la cabeza

Me levanté y volví a abrazarlo, para luego despedirme con un beso en la mejilla y salir de su casa.

Empecé a caminar sin rumbo alguno, cuando mi celular empezó a vibrar en mi bolsillo trasero. Camila, que raro. Sin mas, contesté

—¿Hola? —pregunté sin dejar de caminar

—¿Estas ocupada? —preguntó ella al otro lado del móvil

—No, ¿por? ¿Necesitas algo?

—No, sino que estoy aburrida y sola— rió haciéndome reír —¿quieres venir y tomamos algo? no sé, pero hagamos algo —volví a reír

—De acuerdo, ahí voy. Bye bye

—Bye —colgué

Bueno, hoy fue el día de visitar a todo el mundo, supongo que ver a mi hermana me hará bien.

Empecé a caminar en dirección a la casa de Camila, tardaré unos veinte minutos tal vez, pero sé que caminar logrará despejarme.

Luego de casi media hora, llegué a casa de Camila y toque el timbre, esperando a que me atendiera

—¿Por qué tardaste tanto? —preguntó ella una vez que abrió la puerta

—Hola hermana, estoy bien gracias, ¿y tu? —pregunté con ironía mientras ingresaba y escuchaba su risa —estaba en casa de Drake y vine caminando —respondí

—Ah ya, vale. Ve a la cocina, ahí voy —comento a mis espaldas y yo asentí con la cabeza para luego caminar hacia donde ella me había indicado

Llegué a la cocina y me senté en una de las sillas, pasó ni menos de dos minutos, cuando Camila ingresó a la cocina

Empezamos a hablar de cosas triviales, hasta que salió el tema de Peter. Le conté todo. Pero todo todo, hasta el día de hoy y como discutí con Samuel, Drake, Maya y Emma. Lo bueno, es que ella no me grito que soy una tonta

—Alma, no hay peor ciego, que aquel que ya vio la realidad, pero decide volver a taparse los ojos— comentó ella mientras agarraba una papa y se la metía a la boca

—Yo no... Yo no me volví a tapar los ojos —respondí para luego tomar de mi jugo

—Tenés las cosas pegadas en la cara y no las ves. Elegís hacerte la tonta —me miró con obviedad— Hacete un favor y dejá de cagartela. Dejá de apagarte por tanto daño —mire mis manos

—¿Crees que estoy haciendo eso? —la mire y ella asintió levemente con la cabeza

—A veces, por querer tanto a alguien, somos capaces de soportar cualquier cosa, y no es así— suspiro —el amor no es eso




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