Un Amor Poco Común #2

EPÍLOGO

Me dolía la cabeza ¿y cómo no?. Nunca, jamás, me había emborrachado como lo hice ayer. La última vez que me emborrache, la pasé mal, muy mal, pero no llegué al extremo de ayer.

Me refregué la cara esperando que así se vaya un poco el dolor de cabeza. Pero, obviamente, no funcionó.

Vi la habitación y, era raro, parecía la mía, pero extrañamente no lo era.

Estire mis brazos, y luego los dejé caer sin más, pero, mis brazos no tocaron el colchón como yo esperaba, sino más bien, tocaron algo duro, pero, blando a la vez.

Giré mi cabeza para encontrarme a alguien durmiendo a mi lado, sin camiseta. Un chico, para ser exactos. Baje la vista hasta mi cuerpo, alcé un poco la sabana que cubría mi cuerpo y me di cuenta que yo también lo estaba.

Empecé a entrar en pánico, ya que no recuerdo nada, sólo recuerdo a Samu... ¡¿ME ACOSTÉ CON SAMUEL?! ¡MIERDA! No, no, no, no, no pudo haber pasad... El chico se giró, logrando hacer que exhale con tranquilidad, al darme cuenta que efectivamente no es Samuel.

Pero la tranquilidad no me duró mucho, al darme cuenta de otro detalle... Me acosté con un desconocido... ¡¿Esperen, qué?!

No pude hacer nada más que pegar un grito. ¡ME ACABO DE ACOSTAR CON UN DESCONOCIDO Y LO PEOR ES QUE NO RECUERDO NADA!

El chico a mi lado se despertó de golpe y por el movimiento brusco que dio, se calló de la cama.

Me senté en la cama, envolviendo mi cuerpo con la sabana, obviamente, mientras que me tapaba la boca con las dos manos sin poder creerlo.

¿Qué carajos pasó anoche? ¿Qué hice? ¿Qué no hice? ¡Mami, ven a buscarme que cometí una cagada gigantesca como la de un dinosaurio! 

El chico, quién por cierto, es demasiado guapo, se levantó del suelo mirándome extraño, al parecer él tampoco recordaba lo que había pasado. Sin poder evitarlo, baje la vista hacia su... Su... Bueno pues, ya saben, y... ¡Wow! Se me hizo inevitable abrir mis ojos de par en par

Él al darse cuenta de lo que estaba observando sin descaro alguno, se tapó rápidamente con sus manos y yo giré mi cabeza hacia otro lado para que no note mi sonrojamiento.

Giré mi cabeza un poco y vi de reojo que él ya se había puesto el boxer y se agarraba la cabeza con frustración, o tal vez de dolor, pero eso no es importante, lo que realmente importa aquí es que, él al hacer eso, vi su mano, pero para ser más específica, vi lo que tenía en su dedo. Un anillo de matrimonio.

—¡CARAJO!— me tape la cara con ambas manos

Esperen, a eso.. ¿Lo dije o lo pensé? Neh, ¿qué importa eso ahora? ¡TUVE SEXO DESCONTROLADO CON UN CASADO! ¡SOY LA PEOR PERSONA DEL MUNDO!

—¡MIERDA, ESTAS CASADA!— gritó el sexy, muy sexy chico que estaba medio desnudo al lado de la cama

Me destape la cara y lo vi confundida

—¡YO NO ESTOY CASADA, TÚ SI!— grité desesperada mientras lo señalo con mi dedo 

—¿Qué? No lo es... — vio el anillo en su mano — No, no, no, no— empezó a decir mientras caminaba de una esquina a otra y me señalaba para luego señalar su dedo

Fruncí levemente el cejo para luego mirar mi mano.

¡¿POR QUÉ MIERDA TENGO UN ANILLO DE CASAMIENTO EN MI DEDO?!

—¡NO!— grité mientras me salía de la cama de un salto

No fue hasta que él me vio con las cejas alzadas, que me di cuenta que también estaba completamente desnuda, así que hice lo primero que se me ocurrió. Tirarme al suelo y ocultarme detrás la cama.

Gire a ver a todos lados, viendo si encontraba mi ropa y en efecto, la encontré a varios metros de mí, calculé si estirando mi pierna, lograría alcanzar algo con mi pie, pero supe que no, la ropa está muy lejos de mi. ¡¿Fue un muy buen sexo... Y NO LO RECUERDO?! Basta Alma, por dios, esto es serio, concéntrate.

¡ESPEREN! ¡¿USAMOS CONDÓN?! ay diosito, espero que sí

Seguí buscando y, ya sea Dios, Alá, Buda o que los astros se hayan alineado y estén de mi lado, ahí cerca estaba mi braga y mi sostén. Me estire un poco y me los puse, tratando de no hacer ningún movimiento en falso que logre hacer que algo se vea, o bueno, más bien, hacer que ÉL vea algo. 

Una vez con ambas cosas puestas, me quedé sentada en el suelo detrás de la cama, aún no me animaba a levantarme del suelo. No fue hasta que gire mi cabeza y vi una camisa medianamente cerca. Seguramente era de él, pero no me importó. Estiré mi pierna y sentí la tela con el dedo gordo de mi pie, así que sin dudarlo dos veces, la acerqué con mi pie, me la puse y me levanté del suelo, para luego sentarme en la cama

—Haces mucho drama, por si no lo sabes, ya te vi desnuda— no pude evitarlo y me sonroje, pero no gire a verlo— no lo recuerdo, pero sé que lo hice, como también sé que tuvimos una noche bastante... interesante —habló llamando mi atención

Me giré a verlo y él señaló algo en el suelo con su cabeza, miré lo que señalaba y abrí los ojos de par en par. Allí, en el suelo, hay tirado dos condones usados. Ver eso, logró hacerme exhalar todo el aire que no sabía que estaba conteniendo

Bien, por lo menos eso quita una de mis dudas. Sí nos cuidamos, sí usamos protección.

Él se acercó y se sentó a mi lado. Ambos teníamos nuestras manos en nuestras cabezas

Pero aún está la pregunta más importante rondando por mi cabeza. ¿Por qué coño tengo un anillo de casamiento en mi de...?

Y fue como si a los dos nos hubieran dado un zape en la cabeza de recuerdos, porque los dos gritamos exactamente lo mismo

—¡NOS CASAMOS!

Nos giramos a ver, para luego soltar un pequeño grito.

Me acabo de casar en Las Vegas y con un desconocido.

Mierda.

 

 

 

———————————
¡Y HASTA AQUÍ, UN AMOR POCO COMÚN!

Muchas gracias, los amo 

El día 7 de septiembre subiré el primer capítulo del tercer libro, el cual se llamará...

Un Amor Para Nada Común 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.