Capítulo 10. Yo soy tu abuela

Por el lado de Cristal, toda la noche la había pasado sin dormir mirando por la ventana del departamento de Paula, ya que apenas trataba de cerrar los ojos, se le venía la imagen de su madre en su mente.

En ese momento ella tenía su frente, pegaba al vidrio de la ventana dándose golpecitos con ella, porque sinceramente no sabía qué rumbo iba a tomar su vida de ahora en adelante, si ella solo vivía para su madre y su novio y ahora que ninguno de los dos estaba en su vida no sabía que iba a hacer.

Ella dio un suspiro largo y pensó todo lo que su madre tuvo que pasar para criarla después de que su padre la echara de sus propias tierras y venir a morir por así, eso era algo injusto tanto para su madre, como para ella.

Luego de estar reflexionando tanto, le había entrado una llamada de un número desconocido, ella miraba a su pantalla y no sabía quién era la persona que la estaba llamando a esa hora.

Cristal a lo primero no quiso contestar, ya que creyó que era Pablo o Melina, por el hecho de que antes la habían llamado porque se habían enterado de la muerte de su madre.

Cristal sinceramente no quería saber más nada de ese par de mala gente, por eso no había respondido la llamada, pero la persona que la estaba llamando era tan insistente que ya la había llamado tres veces, así que ella no tuvo más remedio que responder su teléfono porque quería saber cuál era la llamadera a esas horas de la madrugada, ya que pasaban las cuatro de la mañana.

Ella que se había puesto el teléfono al oído e iba a hablar cuando escucho una voz que no había escuchado antes decirle mi querida Cristal, no te preocupes que ya estamos en la ciudad, solo que nos demoramos un poco en llegar porque no había vuelo a esa hora y nos tocó venirnos por carretera.

Cristal, que todavía no se acordaba quien la podía estar llamándola y hablándole tan cariñosamente, se despegó el teléfono de su oído para ver la pantalla y así poder ver si podía reconocer aquel número de teléfono, pero luego se dijo, que yo recuerde nunca este número me había llamado antes.

Así que se lo puso de nuevo en el oído y dijo disculpa, pero no sé quién me habla.

La señora Adelina le respondió, disculpa hija que mal educada soy, ni siquiera me presente, luego dijo yo soy tu abuela Adelina de la peña, y quiero conocerte y darte un abrazo y muchos besos.

Don Gerardo, que iba sentado a su lado, le dijo solo dile que nos envíe la dirección donde se encuentra, que ya estamos en la ciudad y necesitamos llegar hasta donde ella este para que no esté sola en estos momentos.

Cristal que escucho todo lo que su abuelo le decía a su abuela dijo, no me sé la dirección y mi amiga está durmiendo, pero les puedo enviar mi ubicación por mensaje a este número para que lleguen y cuando estén abajo me avisen por favor.

Doña Adelina solo le respondió con, bueno mi amor, muy pronto llegaremos, después de colgar la llamada, la señora miró a su esposo y le dijo por qué no me dejaste seguir hablando con mi nieta, acaso no vez que es la primera vez que hablo con ella y tengo tantas cosas que preguntarle.

El señor le respondió, diciéndole mujer, si seguíamos esperando a que tú preguntaras todo lo que tenías que preguntar, aquí nos cogía la hora del almuerzo, doña Adelina le dijo tampoco exageres, solo quería saber un poco de ella, ¡no más!

Después de que Cristal colgó el teléfono con su abuela, no quería despertar a Paula que estaba durmiendo, pero ella estaba en casa ajena y lo primero que tenía que hacer era pedir permiso, para que sus familiares llegaran ahí y la segunda opción que tenía era irse y llevarlos a su pequeño apartamento.

Ante esta última opción pensó que sería muy desagradecida si se fuese sin despedirse y ni siquiera dar las gracias a Paula.

Ya que esta la ayudo cuando ella más la necesitaba y además ni siquiera tenía su número de teléfono todavía para después llamarla y agradecerle por todo.

Ella tomó una decisión, la cual esperaba que su nueva a miga no se fuese a enojar con ella cuando la despertara, así que antes de que sus familiares llegaran despertó a su amiga y le dijo que su abuela venía a conocerla, que si no había ningún inconveniente de recibirlo ahí.

Paula, que todavía estaba media dormida, solo le decía que sí, con su cabeza, luego al escuchar que Cristal le decía que parecía que su abuela le tenía mucho que decir, la única neurona que tenía despierta, la activo de una y la despertó por completo, y luego le preguntó ¿qué me acabaste de decir?

Cristal le volvió a repetir lo anterior, ya que se había dado cuenta de que esta recién estaba asimilando lo que ella le había dicho anteriormente.

Paula le respondió de inmediato y no te hubiera perdonado si te hubieses ido sin despertarme y tú me perdonaras por lo que voy a decir, pero este encuentro de telenovela no me lo puedo perder.

Luego dijo tengo que estar en primera fila para saber qué te dicen y cómo reaccionan al conocerte, después de decir estas palabras se fue corriendo al baño para medio arreglarse para recibir a los invitados.

Después de lavarse le dijo y tú vas a recibir a tus queridos abuelos estando en pijama.

Ahí fue que Cristal reaccionó y dijo, no me había dado cuenta de que todavía llevo puesta el pijama que tú me prestaste, e inmediatamente se dispuso a cambiársela por su ropa, que Paula la había colgado en un gancho para que no se le arrugara.