Un Amor Verdadero para mi

Capítulo 22. Adelantar la boda

Viviana no conocía a Cristal, pero ya la odiaba con todas sus fuerzas, y se decía: "No te basta con nacer en una de las mejores familias de este país, que ahora me quieres quitar a mi novio también".

Y cuando llegó a su casa, le entregó el cheque a su padre y le contó lo que le había dicho Mateo.

El señor, muy feliz por la cantidad de dinero que su futuro yerno le había enviado, mientras miraba aquel cheque con una mirada llena de codicia, le respondió: lo importante es que te seguirá viendo. Además, te prometió matrimonio después de dos años y le debes de creer, ya que si en algo caracteriza a esas dos familias es por su palabra.

Por otro lado, Mateo, cuando llegó a su casa, de inmediato habló con su abuelo para ver si podía adelantar el matrimonio.

El señor, muy consternado por lo que escuchaba de su nieto, ya que no esperaba que tuviera tanta prisa por casarse, luego le respondió con un, no podemos adelantar la boda, ya que he llegado a un acuerdo con el abuelo de Cristal, de esperar seis meses para la boda y durante ese tiempo se conocieran más.

Mateo de inmediato le respondió, abuelo, pero pienso que es mejor conocernos después de que nos casemos, puesto que vamos a convivir juntos y así nos ayudaría para conocernos mucho más y llegar a enamorarnos más rápido, ¿no lo crees?

Don Aurelio, se quedó callado por un largo tiempo, mientras reflexionaba en la idea que le había dado su nieto y llegó a la conclusión de que este podría tener razón, así que de inmediato le dijo que lo llevara a la casa de su amigo Gerardo, para poder hablar con él sobre el tema.

Mateo, cuando escuchó que su abuelo le estaba haciendo caso en su petición, pensó: —Vamos a ver, princesita, sí adelantó la boda, qué harás ahora, estarás feliz, ¿no? Luego se dijo: si guerra quiere, guerra tendrá.

Cristal que en todo el día estuvo muy feliz, ya que estaba más que segura que Mateo, cancelaría su boda y ella podía seguir con su vida de soltera, ella estaba con sus nuevas amigas haciendo chisme en la cocina, sobre la novia de Mateo.

Cuando doña Perla, las interrumpió diciendo, que la necesitaban sus abuelos en la sala, ella les dijo: "chicas, denme un momento atiendo a mi abuelo y vuelvo, para que sigamos por donde la dejamos, pero no pueden adelantar ningún chisme sin mí, ¿de acuerdo?"

Está bien, les respondieron las jóvenes, y después de esta respuesta se fue a la sala a ver para qué la buscaban sus abuelos, ya que era fin de semana y ese día era su día libre, sin ninguna lección de aprendizaje.

Cuando llegó a la sala se dio cuenta de que don Aurelio y Mateo, estaban hablando con sus abuelos, ella de inmediato se imaginó, que su prometido había ido para cancelar su boda.

En ese momento ella sintió un alivio en su corazón que dio una sonrisa al saludar, para luego sentarse y decir: "mi querido prometido que te trae por aquí, no me digas que ya me extrañabas y por eso viniste a verme".

Cristal, en ese instante, estaba que explotaba de la felicidad, ya que ella, casi no tuvo que hacer nada. Ahora solo le tocaba hacer una cara de tristeza, cuando Mateo le dijera que no se podía casar con ella, porque amaba a otra mujer.

Ella, que estaba perdida en sus pensamientos, no escuchó muy bien, cuando le preguntaron que, si estaba de acuerdo en adelantar la boda, así que solo dijo: "Está bien, si esta es la decisión de Mateo, yo la acepto", colocando su cara de tristeza como ya se la había imaginado antes en su mente.

Don Gerardo, al ver que su nieta estaba de acuerdo con esta decisión, dijo: ya que los muchachos por su propia voluntad quieren adelantar el matrimonio, a nosotros no nos queda más que apoyarlos.

Cristal, en ese momento, pensó que quizás había escuchado mal lo que su abuelo dijo, con esos pensamientos en su mente se dijo, que, las palabras que había dicho su abuelo fueron, como ambos estaban de acuerdo en cancelar la boda, ellos los apoyarían, como ya había armado todo en sus pensamientos en su mente, se dijo, por estar pensando en otra cosa, casi me asusto por nada.

Luego dijo: abuelo, don Aurelio, si no, es más, me voy porque tengo muchas cosas que hacer. Pero Mateo, que no sabía por qué ella había aceptado tan fácilmente adelantar la boda, no quería que se fuera así, ya que en ese momento creía que estaba cayendo en su propia trampa.

Y por más que le daba vuelta al motivo de por qué está loca, no había protestado en nada, y como no encontró ninguna razón, se dijo que antes de que sucediera la boda tenía que saber por qué su querida prometida había aceptado así, no más.

Cristal, al ver que los señores le daban permiso para irse, se levantó con una sonrisa en sus labios, por la supuesta cancelación de su matrimonio, pero antes de irse, Mateo le había dicho, recuerdas que tenemos muchas cosas que hacer, ya que un mes se va muy rápido.

Ella no sabía qué cosa era lo que este mal hombre quería hacer con ella, puesto que ya habían terminado su compromiso, pero como en ese momento estaba tan feliz, solo le dijo lo que tú quieras y se fue con una sonrisa en su rostro.

La cual Mateo se asustó porque no sabía que, si adelantando la boda le estaba dando lo que su prometida había querido desde un principio, porque, si no, qué significaba esa sonrisa de felicidad que ella tenía en sus labios.

Cristal, al llegar a la cocina, les dijo a sus empleadas: "mis queridas amigas, ya no necesito más información sobre Viviana". En ese mismo momento pensó, ya que había terminado su relación con Mateo, no necesitaba saber más sobre esa molesta mujer.




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