Un ángel en la Tierra

03

Han pasado ya dos horas, aún me encuentro aquí en la sala de estar, Emilie no se ha movido ni un centímetro de mi lado y me ha traído un poco de café para pasar el momento, he recibido mensajes y llamadas de mis compañeros de trabajo y amigos que se han enterado de lo ocurrido debido a la velocidad de divulgación que posee mi adorada hermana, mis padres también han llamado pues aunque tenemos nuestra diferencias lo primordial y lo único que nos une es la existencia de mi hijo. La doctora de Tom ha salido ya unas dos o tres veces a darme el informe, por alguna razón la temperatura no baja, ya ha pasado de un estado febril a superar los treinta y nueve grados de fiebre, está preocupada debido a la fragilidad de los pulmones de Tomassin y aunque se encuentra medicado para mantener a raya su condición no hay certeza de nada, no ha despertado y eso es lo más extraño; tal vez fue el golpe, cuando se desplomó él... ¡Diablos, si tan solo hubiera llegado unos segundos antes! Apoyo mi cabeza en mis manos, suspiro, fui descuidada, fui imprudente, es un niño pequeño aún y todavía no sé quién era el hombre que hablaba con él o que le dijo o si es el causante del malestar de Tomassin.

─Cálmate, Magali, todo saldrá bien ─susurra Emilie abrazándome.

─ ¡Emilie, Magali! ─La voz de mi madre me sobresalta, me pongo de pie viéndola acercarse con premura seguida de mi padre.

─Mamá ─se adelanta Em.

─ ¿Qué sucedió? ¿Cómo está Tom? ─pregunta preocupada.

─Se encuentra en observación, no ha despertado y su temperatura no baja a menos de treinta y nueve grados ─respondo acercándome.

─ ¿Qué? ¿Pero qué es lo que están haciendo los médicos? ─mi padre farfulla─. ¿Has cuidado bien de él? ¿Qué sucedió en el parque?

─Por supuesto que he cuidado de él, no sucedió nada en el parque ─mascullo viéndolo molesta, cada vez que nos vemos aprovecha para atacarme e insinuar que no cuido apropiadamente de mi hijo ya que no lo hago como a él le hubiera gustado.

─Lo perdimos de vista unos segundos, un hombre habló con él y luego esto... ─Emilie se encoge de hombros suspirando, ojalá no hubiera dicho nada.

─ ¿Un hombre? ¿Qué hombre? ¿Qué le dijo? ─mi madre nos observa a ambas de hito en hito, está preocupada.

─Tranquilos, nada le pudo hacer pues yo los vi todo el tiempo hasta llegar a ellos ─suelto─, Esperemos a la médica, no saquemos conclusiones apresuradas.

Estamos estresados, asustados, muchas preguntas relacionadas con la delicada salud de mi pequeño pero no podemos perder los estribos, necesitamos estar frescos y con la mente clara para tomar las decisiones que se tengan que tomar por lo que me dejo caer en la silla de la sala de espera e inhalo hondo; no pierdo esperanzas ni fe, sé que mi hijo estará bien, no hay nada que pueda mejorarlo más que desear su bienestar.

Observo a mí alrededor, la sala de espera está verdaderamente abarrotada de gente, como cualquier otro día a mi parecer, no hay vez que no venga aquí y no me encuentre con la excesiva cantidad de personas pero qué más da, es un hospital después de todo...

─Tomassin Rogers ─nombra una enfermera, me pongo de pie de inmediato y me acerco a ella a la espera mientras que la médica a cargo observa sus papeles y me observa.

─Su hijo se encuentra estabilizado, respira por su cuenta y no hizo falta ayuda artificial para tal acción ─sonríe─. Aún no estamos seguros de que es lo que ha causado la fiebre por lo que he mandado a preparar una tomografía para su cabeza, algunos análisis de rutina y se mantendrá en observación.

─Oh, bueno, son noticias alentadoras ─suspiro recibiendo algo de paz.

─En cuanto regrese del área de tomografía será transferido a su habitación y podrán acomodarse mejor con él ─sonríe la mujer─. Solo una persona a su cuidado, tratemos de que no haya muchas visitas, no sabemos cómo puede evolucionar su situación.

─De acuerdo, muchas gracias ─asiento.

─Les informaré cuando puedan ingresar a verlo y la habitación en la que se encontrará. ─suelta y termina yéndose seguida de la enfermera que la acompaña.

Tras algunos desacuerdos familiares, logré hacerles entender a mis padres que solo yo me quedaría a cuidar a Tom, que no podían pasarse las horas aquí porque no era nada seguro y porque francamente no iban a poder cambiar nada sentados en la planta baja a la espera de algo, por lo que decidieron regresar a su casa, Emilie accedió a ir con ellos para prepararse en caso de que tuviera que cambiar de puesto conmigo; para ser sincera, no quiero que sea otra persona que mi hermana la que me releve y es que con mis padres las cosas no están nada bien, no puedo siquiera estar cerca de ellos sin que tengamos desacuerdos, a menos claro, que Tomassin esté presente.

La habitación doscientos siete es la que fue asignada para mi niño, apenas ingresé pude verlo dormido en la cama, las blancas paredes del cuarto en conjunto con las ropas de cama y las cortinas hacían que se viera todo muy reluciente, tal vez, demasiado; Tomy lucía aún más pálido de lo que es, su cabello castaño oscuro estaba revuelto y bajo sus ojitos las bolsas algo violáceas lo hacían ver tan enfermo, tan mal... Suspiré y senté a su lado, tomé su mano entre las mías y me mantuve contemplándolo por unos minutos, quería ver su sonrisa otra vez, sus preguntas fantasiosas y su vocecita encantadora... Hemos pasado por situaciones similares varias veces, su asma se vuelve un problema durante la primavera y en época escolar, el polvo, las alergias repentinas, el ejercicio escolar, suele hacer que sus pulmones no funcionen del todo bien y debe ser ingresado en el hospital, pero siempre salimos adelante, sabemos que significa, sabemos que es lo que hay que hacer cuando tiene esos episodios; recuerdo que primeramente entraba en pánico, Dios, solo Él sabe cuán grande era mi desesperación, cuanto he orado para que lo ayude, cuanto he prometido y cuando he llorado en silencio las noches en que parecía no haber una solución favorable y apenas tenía meses de edad... Con el tiempo, ambos nos hicimos fuertes, apenas comenzaba la dichosa odisea, sabíamos cómo actuar, tan solo una mirada y estábamos listos para darle pelea pero ahora, el que haya recaído así, de pronto, sin una explicación, sin que se sepa aún quien es ese hombre ni por qué tiene fiebre o porque no despierta si su asma está bajo control, esto es tan frustrante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.