Un ángel en la Tierra

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El caos sigue presente haciendo estragos en todas las personas, varios grupos se han resignado y rezan por sus vidas ―no importa cuál sea su religión o creencia―, muchas otras persisten en escapar de este final y otros poco intentan atacar al ángel que lo causa como si el problema fuese ese ser y no ellos y sus acciones. Solo está cumpliendo una misión y más allá de que es lo que debe hacer siente la necesidad de llevarlo a cabo porque esta todo tan perdido...

Tan desolado...

Tan equivocado...

Tan lejos del camino correcto...

¿Cómo sabrían ellos qué camino seguir si no hay alguien para que se los muestre?

Tampoco sería libre albedrío si hubiera alguien que decidiera por ellos o que susurrase en sus oídos el camino a tomar, ¿Verdad?

―Muchos están pensando que no vivirán más, que aquí termina todo para ustedes y que no hay salvación alguna ―Tomiel camina por el asfalto observándolos correr, algunos lo ven fascinados y otros con terror profundo―. Ustedes son los que han escrito la historia a lo largo del tiempo, siempre soñando, inventando, superándose a ustedes mismos pero era tras era cometen los mismos errores, una y otra y otra vez.

―Pero no puedes asesinarnos por ello ―una mujer se cruza en su camino―. Ten compasión de nosotros.

― ¿Y ustedes cuando han tenido compasión o misericordia para con otros seres vivos? ―la ve serio.

―No puedes hablar en serio ―un anciano grita desde lejos.

―No estoy bromeando ―niega―. Las únicas almas puras que se salvaran son las de los niños, pero solo aquellos que ustedes no han corrompido pues también hay infantes que cometen atrocidades incitados por ustedes los adultos.

―Tiene que haber una manera de salvarnos ―habla Magali acercándose a ese ser que en algún momento ha sido su hijo―. Yo jamás he cometido tales actos como muchos, sí, somos un desastre como sociedades y no alcanzamos a aprender de nuestros errores pero lo intentamos, trabajamos en ello y muchos hacemos la diferencia un día a la vez, con pequeñas cosas como darle comida a un perro vagabundo, ayudar a un anciano o brindar servicio de alguna manera, proteger a alguien, estudiar para encontrar una cura o mejorar algo, sé que no son cambios grandes, que no hacen tanta diferencia como te gustaría, pero lo intentamos, de verdad que sí, Tomassin.

Los ángeles que esperan detrás del ángel comienzan a movilizarse, al parecer sienten todo lo que el peligris piensa y lo que desea hacer sin necesidad de que este hable, es realmente asombroso la conexión que manejan los ángeles entre ellos, como una sinapsis cerebral veloz.

Tomiel observa a su alrededor, piensa que los humanos realmente no entendieron nada desde la última vez que tuvieron un evento de índole celestial, aquella vez que un ser bajó a la tierra convertido en uno de ellos para conocerlos, ayudarlos y amarlos extremadamente e incluso dar su propia vida por el perdón de todos ellos y, sin embargo, continuaron con el mismo rumbo o peor, odiándose ente todos y codiciando lo ajeno, ¿No valió nada aquel esfuerzo? ¿No valió nada esa muerte recordada desde antaño? Tal vez, el haberles mentido con toda esa palabrería de las religiones, iglesias y templos, libros sagrados y demás fue el error fundamental. Sin tan solo supieran las verdades que se les niegan, si tan solo supieran que no se trata de lo que una un religión o persona representando la misma diga sino lo que implica tal significado en este vasto universo, si supieran que la biblia se ha interpretado de miles de formas y como se les ha dado la gana dándole a veces significados estúpidamente erróneos y equívocos... Si tan solo lo supieran...

Quizás una oportunidad más...

Pero nada asegura que ellos van a cambiar...

―Ya no hay más tiempo y no quería esperar a que hubieras terminado porque ya no estaré aquí ―Castiel sonríe con pena estando a su lado, sabe que luego de la decisión del ángel él deberá regresar de inmediato para ser interrogado pues no ha presionado al peligris para que termine todo de una vez como ha sido la orden, el azabache está desobedeciendo los tiempos impuestos―. Hay algo que quiero que sepas.

―Dime ―Tomiel aferra sus manos a las de él.

―Independientemente de lo que ha ocurrido y de quién eres, creo que es la mejor opción que podías tomar, has sufrido por todos durante estos años ―suspira recordando las veces que vio a un pequeño niño llorando porque sentía los dolores del mundo pero no los entendía por ser pequeñito aun―. Quiero que seas feliz, que regreses a casa y eso pasará cuando acabes con todo el mal de este mundo, sé que tomarás las decisiones correctas y no importa qué pase conmigo sabes que estaré viéndote reír y dándote mi apoyo.

―No me gustan las despedidas ―solloza, sabe que apenas su misión termine deberán separarse por un tiempo en el que regresan a casa y se reponen de lo sucedido―. Es tan injusto el peso de esta misión... Siempre lo es...

―Las mejores batallas son de los mejores guerreros ―sonríe intentando reconfortarlo.

―Gente que no tiene fe, batallen contra sus pecados ―algunos lo observan sorprendidos pero atentos―. Batallen contra su codicia, su malicia, sus propios demonios son lo que los han condenado y solo ustedes podrán salvarse de este terrible final, ¡Batallen, sientan la gloria de ser quienes son en su piel y luchen! ¡Ganen! ¡Sientan cuál es su verdadero lugar en el mundo, entiendan que tienen todas las facultades para hacer de este mundo un lugar glorioso! El Gran Espíritu del Universo los ha bendecido con los más grandes de sus favores y regalos, solo tienen que abrir los ojos y aprender a escuchar, a volver a llenar sus mentes con la verdadera sabiduría y conocimiento, ¡Demuéstrenme que mi decisión no será en vano! ¡Demuestren al Gran Creador que no son lo que piensa!

Extiende sus manos al cielo, cierra los ojos y piensa en todos y cada uno de los humanos que ha conocido en esa vida como infante, desde su interior puede sentir esa sensación de confort, la calidez de sus recuerdos, las sensaciones y lo que le dejaron... Él los amo, a todos ellos, a sus amigos, compañeros, padres, familiares, a quienes ni siquiera ha conocido aún... A Castiel.




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