Un ángel para cada uno

Capitulo 1

Me llamo Kazuo, tengo 17 años, me gusta cantar y tocar guitarra, amo visitar lugares que no conozco y tengo problemas…

El cielo ya oscureció significa que mamá llegará a casa pronto, aunque no me emociona para nada. Cada que viene trae otra mala noticia ¿No se cansa de torturar emocionalmente a su hijo? Siempre me recuerda el gasto económico que soy y de como suelo tener la culpa de las desgracias que vivimos.

Papá viene a casa los fines de semana, sin embargo, incluso esos días sale. Mis padres no se llevan tan bien que digamos ¿Si será por mi culpa? Pues creo que no, ellos me tuvieron muy jóvenes así que creo que es normal de una ilusión juvenil que acaba pronto y ¿17 años aguantando? Tienen mis respetos.

Mi habitación no es la gran cosa, de hecho, solo destaca una laptop en mi cama, suelo escribir novelas en mis tiempos libres. Estoy aquí porque mamá enloqueció otra vez.

 

Hace unos momentos

-No tenemos ni una sola moneda, no se que será de nosotros ahora- dijo mi madre con una mirada perdida.

-Tranquila, podremos superar todo eso es solo un mal momento- respondí para poder tranquilizarla.

-Se te hace fácil decirlo si no haces nada y que estudies no nos ayuda en nada, de hecho, es otro gasto- exclamó desahogando su ira conmigo.

-Perdón por no ayudar económicamente, sé que con los quehaceres no es suficiente- respondí tratando de acabar la conversación.

-Mejor vete que tu presencia me fastidia- dijo acabando con la conversación.

 

Actualidad

 No puedo quitarme sus palabras de la mente y frustrarme por no hacer nada al respecto “Quisiera demostrar que sí puedo ayudarla”. Con esa frase comenzó toda esta loca historia.

El hermoso paisaje del atardecer me deja pensativo, realmente nose si fué buena idea faltar a clases para poder conseguir algo de dinero cantando mientras toco guitarra en público, aunque no está mal el dinero que gané. Solo quiero ayudar a mamá y que deje de estar tan estresada ya que debe ser duro el trabajo. Hoy le daré todo lo que reuní estos pocos días.

-Madre, tengo una sorp-…- dije sin saber que seria interrumpido por un golpe.

-El profesor me llamó, dijo que no estás yendo a clase. ¡DIME SI ESO ES CIERTO!- gritó mirándome fijo.

-Yo solo quería ayudarte sobre el dinero, no quería que estés preocupada otra vez- expliqué para que pueda entenderme, pero…

-Es la idea más estúpida que oí, pago la preparatoria para que estudies y aun así no lo aprovechas, no puedes dar mas de lo que gastas, ¡TÚ ERES UN GASTO!- exclamó mientras me miraba con una expresión de odio.

“Tú eres un gasto” no puedo quitarme esas palabras de mi mente hasta ahora, solo intenté ayudar y disculparme por el gasto que soy, aunque, yo nunca pedí nacer, nunca pedí una casa, nunca pedí comida, nunca pedí juguetes, nunca pedí ropa, no recuerdo haber pedido algo, pero me lo dan y se quejan del gasto que yo nunca pedí, ¿Seré malagradecido? Tal vez. Simplemente no quiero algo que luego me recordarán que es un gasto.

Luego de meditarlo mucho y ver a mamá llorando en su habitación. Decidí que me iría de aquí. Con una nota en la mesa agradeciendo lo que me dio y pidiendo perdón por los problemas que causé, me fui.

 

2 semanas después

Han pasado un par de semanas y no me va tan mal, me siento a gusto aquí de hecho, tengo todo lo que quiero…. “no llores” “no llores” “no llores” “no llores” … perdón…

No sé a quien engaño, tengo frio, tengo hambre, tengo miedo, después de todo solo me traje una mochila y mi guitarra. Las monedas que me dan en el parque solo me alcanzan para media comida al día ¿Acaso este será un final para mí? Solo quiero dormir para no despertar, espero así poder estar en un mejor lugar.

-¿Estas bien?- dijo ella con una voz tan hermosa que hacía que lo único que sienta sea tranquilidad.

-¿Quién eres? ¿Qué quieres? No tengo dinero- respondí pensando que me haría daño, después de todo en mi estancia en la calle fui violado, un par de golpes no serían nada.

-No te pienso hacer daño, pero veo que necesitas ayuda, ¿Puedo ayudarte?- respondió gentilmente a pesar de haberme exaltado.

-Ya te dije que no nece- dije sin darme cuenta de con quien estaba hablando.

-¿Profesora Akane?- pregunté exaltado sin darme cuenta.

-¿Eres un alumno mío?- preguntó preocupada.

-Hace un año estaba en su clase- respondí sin darme cuenta que me delataba solo.

-Como sea, no puedes quedarte aquí. Ven a mi casa, mas tranquilos me cuentas que pasó contigo, ¿Te parece?- dijo amablemente.

Le conté todas las desgracias que viví desde que tengo conciencia, luego de eso ella lloró como bebé al saber por todo lo que había pasado, le expliqué porque no podía volver a casa aparte de los problemas con mis padres. Así fue como ella me propuso algo que sin saber cambiaría mi vida por completo.

-Quédate aquí un tiempo, no puedo estar tranquila al saber que dormirás en la calle- propuso con una mirada triste.

-Lo siento, no quiero causar problemas. Muchas gracias por su preocupación- contesté.

-¿POR QUÉ? NO PUEDES SEGUIR VIVIENDO ASÍ DE LO CONTRARIO LLEGARÁ EL PUNTO EN QUE MORIRÁS SOLO- gritó exaltada.

-N-No quiero tener que despedirme de un hogar de nuevo- dije con un dolor interior y ganas de llorar, pero no puedo experimentar ni un sentimiento. Será que ya lloré lo suficiente antes, como sea me siento vacío, sin emociones.

-Sé que lo que pasaste fue muy duro, no veo expresiones en tu rostro, pero, ¡Yo no te dejaré!- me contestó al oído luego de un abrazo inesperado.

Quería llorar, pero como ya dije no podía presentar expresión alguna, realmente nada me emocionaba, salvo ese abrazo de la profesora Akane. Debe ser el susto de repente no creo que sea… nada más…




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