Un Año Problemático

Capítulo 24

(Narra Cleopatra)

— ¿Segura que quieres ir? —me pregunta Eva.

Ella me invitó a una fiesta que va a haber cerca del centro de la ciudad, es en una discoteca bastante reconocida de aquí y dicen que van a ir unos cantantes conocidos a tocar. 

Le respondo a Eva que sí voy a ir y que me deje cambiarme, también irán todos mis amigos, distraerme un poco no me va a hacer mal, después de lo de Matteo creo que va a ser lo mejor. 

Decidí que me pondré un vestido de brillos color negro con unos tacones blancos, debajo del vestido me puse una especie de arnés que va desde los muslos hasta el cuello. Me puse mi perfume favorito, unos pendientes redondos y, por último, me maquillé un poco. 

Cuando salí de mi habitación me crucé con Thalía, ella me observa y me hace una seña con las manos de aprobación. 

— ¿A dónde tan bella? 

— A una discoteca, hermanita. 

— Te queda impresionante este vestido, ¿tienes un arnés debajo? —me pregunta y yo asiento— Chica atrevida, me gusta. 

— ¿Has sabido algo sobre Luciano o sobre Emma? —le pregunto, hasta que no los atrapen no estaré tranquila.

— He mandando a gente para que los sigan, ambos se encuentran escondidos en una casa en la otra punta de Italia, no tienes de qué preocuparte, te lo aseguro. 

— Está bien, gracias. 

— Ve a disfrutar y no te excedas con el alcohol. 

— Bueno. Oye Tali, ¿Cuándo vendrá mamá? 

— No lo sé, mañana le voy a preguntar si quiere venir y te aviso, yo también quiero verla. 

— Ahora sí, nos vemos hermanita. 

— Nos vemos. 

******************************

Al llegar a la sala mis amigos me miran y se levantan. 

— ¿Vamos? —pregunta Hanna. 

— Vamos. 

Decidimos ir en el coche de Jordan, la fiesta no nos queda cerca así que hay que conducir bastante. Hanna está de copiloto, Eva, Aaron y yo vamos en el asiento de atrás. 

Jordan prende la radio y comienza a sonar una canción bastante movida, Hanna comienza a cantar y luego le sigue Eva, yo no conozco la canción y parece que los otros dos tampoco. 

**************************

Cuando llegamos a la discoteca, Jordan estacionó el coche a más de una cuadra porque no había lugar cerca. Bajamos del coche y me doy cuenta de algo, es una calle empinada y de piedras. 

Intento caminar despacio, los tacones no son de mucha ayuda. Cuando noto que me estoy por caer, decidí tomar a Jordan del brazo y para sostenerme. 

— ¿Pasó algo? —me pregunta. 

— Este tipo de calle no es muy buena ayuda cuando tienes que caminar con tacones puestos. —Le respondo y él se ríe. 

— Está bien. 

Costó, pero pude llegar sin matarme. En la discoteca hay una fila muy larga, parece que todavía no abrieron las puertas debido a que la gente se está quejando. Mientras espero que mis amigas lleguen a salgo decido observar a las personas que están y me doy cuenta que está Matteo. 

— Mierda.

— ¿Qué?

— Está Matteo. 

— ¿Y eso qué? No le prestes atención y listo. 

— ¡Llegamos! —dice Eva. 

— ¡Hay mucha fila! ¿Y si mejor nos vamos? —gruñe Hanna. 

— ¿Todavía no entramos y ya te quieres ir? —le pregunto incrédula— Siganme los buenos. —Les digo y ellos me miran confundidos.

Me paré enfrente de la persona de seguridad que cuida la puerta y él me miró con una ceja levantada. Le muestro el carnet de VIP y asiente, abre la puerta y nos deja pasar, de fondo puedo escuchar a la gente quejándose. 

— ¿Qué es lo que acaba de pasar? —me pregunta Eva.

— Mi hermana. —Le respondo— Ella me prestó esta belleza. —Levanté el carnet.

Al entrar al lugar la música es muy fuerte y solo las luces de colores lo alumbran, subimos por las escaleras hasta el VIP y nos sentamos en la mejor mesa que encontramos. 

****************************

— ¿Podemos bajar a la pista? Esto es muy aburrido. —Le pregunto a mis amigas y ellas asienten, le avisamos a nuestros amigos y comenzamos a bajar. 

Pasamos por la puerta y vemos a todas las personas bailando, esto sí que es diversión. 

Las tomé del brazo y nos fuimos hasta la pista de baile, nos acomodamos en uno de los costados y comenzamos a bailar. Damos varias vueltas hasta que nos da sed, una de ellas se va para buscar alguna bebida mientras que la otra tuvo que ir al baño. 

Yo me quedé bailando sola en medio de la pista y disfrutando la música, observo a mi alrededor y mi vista se enfoca en una mesa, la mesa de Matteo. 

Se está besando con una chica, ella está en su regazo y noté como él acaricia sus muslos. No sé si sea por el alcohol que tomé o porque, sinceramente, ya no me importa él. 

Me doy la vuelta y comienzo a bailar otra vez. El se separa de la chica y la deja a su costado, yo comienzo a mover mis caderas de lado a lado muy despacio. 

Matteo levanta la vista y me observa boquiabierto, sabe que lo vi, pero en este momento no me importa. Me muevo al ritmo de la canción “Pegao” de Wisin y Yandel.

Siento como unas manos se deslizan por mis caderas y me pega contra su cuerpo, apoyé mis manos sobre las de esta persona y seguí bailando mientras lo miro fijamente a Matteo, la expresión que tiene él es indescifrable. 

No sé con quién estoy bailando, pero vaya que tiene un ritmo impecable.

Comienza a acariciar mi cintura mientras nos seguimos moviendo al ritmo de la música. La música cambia y comienza a sonar “Fanática Sensual” de Plan B. Puedo notar la sonrisa divertida que se nos forma mientras bailamos, siento como una sensación de que lo conozco desde antes.

Cuando quedé cara a cara con la persona me di cuenta que se trataba de un chico de cabello castaño y no lograba ver el color de sus ojos, él me miraba buscando alguna respuesta, también sentía esa sensación extraña.

— ¿Y si mejor vamos por un trago? —le pregunto y él inspecciona mi rostro buscando respuesta.



#3746 en Thriller
#1418 en Suspenso
#2054 en Misterio

En el texto hay: odio, venganza

Editado: 13.03.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.