Recosté mi cabeza con frustración a la mesa, di un suspiro para undir más mi rostro en la mesa de concreto, una mano paso por mis caballos para dar una leve caricia.
—Tranquilo, no es novedad que ese Idiota sea un idiota, su mente está olvidadiza.
—¿Tu crees?.—dije alzando la vista para ver los ojos marrones oscuros y Elizabeth asintió.—Pues Yo creo que siquiera tiene espacio en su mente para recordar a alguien como yo.
—Tal vez, no lo podrías saber genio.—un suspiro más salió de mis labios volviendo a hundirme pero está vez cruse mis brazos encima de la mesa para poder esconder mi rostro.—¿Qué tal si le refrescas la memoria?.
—¿Y luego?,¿Que hago si no me reconoce y quedó como un tonto?.
—Comenzar de nuevo, no creo que sea tan estúpido como para olvidarse de alguien con quien hablo hace dos días.
—No tengo el valor.
—Deja de ser deprimido.— alejo su mano de mis cabellos y eso hizo que por fin levantará la mirada y esta vaciló por un momento.—¿Que paso con la solicitud?.—pregunto tras segundos de silencio.
—Aun nada.
—Escucha.—me senté de la manera adecuada observando a la chica que movía sus dedos de lado a lado.—Hare que te intente recordar.
—Espera, ¡¿Qué?!,¡¿Cuando?!.
—Justo ahora.
El descanso había empezado hace más de cinco minutos, Elizabeth había decidido que nos viéramos hoy para que pudiera contarle más a detalle sobre la pequeña charla que había mantenido con Evan hace dos días, era increíble como ella no se rendía a pesar de estar varios días intentando que yo pudiera hablar con su compañero, y ahora que lo hago, él no se a acordado de mi.
—Me voy a matar.
—¡Mat no!.—resoplo y dio un leve golpe en mi hombro teniendo que estirarse para llegar.
—¿Cómo piensas hacer eso?, refrescarle la mente.
—Aun no lo sé... Pero lo aré, dame minutos.
—¡No me hará caso!.—dije volviendo a esconder mi rostro.—Si él me hablara, por favor diosito dame una señal.
—Esperemos la señal juntos.
Casi como si fuera una terrible telenovela de amor o un libro de romance tan gringe, mi teléfono hizo un sonido y para cuando lo saque pude recibir la notificación.
«evan_quuintana a aceptado tu solicitud ».
—¡Madre de dios!.—dijo con energía la chica que extendió sus brazos.—¡La señal!.
—¿Me ha aceptado?.—esa pregunta iba más para mí mismo, pero la chica no me escucho.—¡Me aceptó!.
—¡El está aquí!.—dijo y porfin capté que ella no me había prestado atención.—La señal que necesitas, diosito te lo ha traído.
Valla, dos señales, dios y los animalitos del pesebre me aman, hay dios, que lindote acabo de ver?.
—¡Evan!.—grito, rápidamente negué mirándola suplicando que se ahorrara la de ser cupido pero está solo seguía insistiendo.—¡Evan , ven aquí!.
Rápidamente cuando escucho al segundo llamado, este se hacerco a la mesa en donde los dos nos sentábamos cruzando miradas, estaba muerto de nervios, aquí va mi vergüenza más grande, mi humillación , le dejo todo mi dinero a los perritos de la calle, mis tareas atrasadas a los barones de mi salón para que reprueben, mis estrellas pegadas a mi techo a Elizabeth y por último mi teléfono a Johana.
—¿Qué necesitas?.—dijo en cuanto se poso frente a la chica, este movía su cuerpo de lado a lado con inquietud divertida.
—Recuerda que me debes como $20, los necesito ahora para que pueda pagarle unas copias a mi amigo Mateo.
Mi nombre resonó en toda su oración y el chico rebusco en sus bolsillos para encontrar algún rastro de monedas y entonces me miró, sip, le dejaré mi cuenta de roblox a mi perro—¿Acaso tengo perro?—
—Toma, yo que tú le cobraría más... .—sus ojos se abrieron en sorpresa y una sonrisa se apoderó de su rostro.—¡¿Tú eres Mateo?!.
¿A si se escucha el llamado de los angeles?, asentí con nervios mientras Eli se reía en sus adentros tan feliz de la vida con mi situación amorosa no amorosa.
—Si, hola... Evan.
—¿Ya se conocían?.—pregunto con "sorpresa" Eli hacia el chico.
—Lo conocí en las actividades del día del estudiante, gano una firma con los trompos y me los regalo, por cierto me gane una bocina portátil pequeña, fue tu bendición.
—JAJAJAJ, eso parece.—este alzo los pulgares arriba.—Pero, en realidad nos conocimos o te conocí, hace unas semanas, chocamos.
—¿Ha si?.—el sonido de una palmada en su frente departe de Eli se escuchó.—No recuerdo, espera, !si!, te caíste ¿Es así?.
—Si, si.—acepte apenado,pero a si sucedían en la películas, ¿Será este mi ser amado?, eso habrá dicho cuando chocamos?.—¿Cómo has estado?.
Esa pregunta nunca me desepciona, si quieres intentar una conversación con alguien pero eres calladito calladito como los mudos, entonces aplica esa típica.
—Ha yo perfecto, ¿Tu como estas?.
—Bien.
Un silencio se adueño del lugar, habían personas conversando con sus amigos pero en nuestra mesa, un total silencio incómodo.
—Bueno, gracias Evan.—finalmente hablo Eli y solté un suspiro de alivio.—Puedes irte.
—¡De nada!.—este subió un bloc para poder seguir caminando hacia la cancha, este suelo estaba irregular, entonces se giro y ambos nos miramos.—¡Ya recordé!, asta luego Mateo.
—Adios....
—Y así de fácil se hace que dos enamorados se reencuentren.
—Estoy acabado.
Volví a undir mi cabeza en mis brazos y está solo soltó una risa animada para dar pequeñas plamas en mi cabeza.
★★★
Español era una materia que aveces podía ser divertida, todo depende de la profesora, por desgracia hoy estaba algo enojada gracias a terceras personas que son muy inquietos—mis compañeros — si yo fuera ella creo que también estuviera enojada, en mi caso, enojado, a si que decidio salir un rato por algo de beber sin antes dejarnos una pequeña actividad en grupos de tres.
—¿Quieres?.—johana extendió un pedazo de chocolate que aún permanecía en la envoltura, lo había partido a la mitad.
—¿Cuando lo has comprado?.
Editado: 10.10.2024