Sábado, 11:00.a.m.
Una alarma resonó por toda la habitación haciendo que un pequeño cuerpo cayera al suelo, con la cabeza adolorida se levantó con la misma emoción con la cual se fue a dormir ayer, varias gotas de agua se desplazan por su cuerpo mientras que unos murmullos salen de sus labios entonando alguna canción de Billie, una sonrisa de oreja a oreja se quedo impregnada en su rostro colorado de tan solo imaginar en miles de posibles escenarios con un chico de ojos claros. Próximamente un pequeño peine pasaba por sus delicados cabellos un tanto largos y lisos para poder acomodarlos de la manera en la que más le gustaba, frente al espejo solamente podía pensar en una cosa, ¿Cómo me vera él?.
Un suspiro se escapó de sus labios un tanto temblorosos gracias a los nervios.
Sábado, 11:30.a.m
No había tiempo del desayuno, esos minutos estaban contados para que exactamente en menos de cinco minutos saliera disparado a alguna parada de autobús, aún así se había tomado unos minutos extras para visualizar todo su guarda ropa, miles de quejidos se escuchaban en la antigua habitación del menor.
“No es la combinación correcta”.
“¿Este tono me favorece?”.
“¡¿Por qué es tan difícil?!”.
Escoger la ropa adecuada nunca fue un problema muy grande como lo estaba siendo ahora mismo para Mateo, daba vueltas y vueltas intentando pensar en que debería ponerse, a él le gustaba ser un básico pero esta salida no era solamente una salida o por lo menos no una con que pudiera toparse todos los días que él quisiera, unos ojos cafes oscuros por fin cayeron en la prenda perfecta y aunque no fuera totalmente perfecta debería ser suficiente.
Sábado,11:38.a.m.
Era tarde, pensó al prender su teléfono una vez se acomodo en el asiento de atrás del famosísimo autobús que por unos minutos podría haberlo dejado y eso implicaría tomar una decisión, irse caminando o esperar otro camión y llegar tarde, valla primera impresión con él tiempo... Tal vez los regaños de Sandra con el retraso estaban tomando frutos puesto que si bien se había demorado un poco, había tomado una serie de tiempos para poder llegar más temprano que él chico pálido, una notificación interrumpió su enojo con la demora.
«¡Cambio de planes!».
Aviso el contacto de Evan desde Instagram, abriendo la aplicación con el internet gratuito del autobús quien estaba dando vueltas asta llegar a su destino, se apresuro a abrir el chat algo activo que tenia con Evan.
Mateo.
[¿Qué sucede?]
Evan.
[Espera, ¿Ya estás viniendo al
Lugar acordado?].
Mateo.
[¡Si!, no me digas que se
cancela😿]
Evan.
[¡No!, venite, apresúrate Mateo].
Mateo.
[Bueno.]
En visto... ¿Qué habrá sucedido?, espero que no sea nada malo o que afecte nuestra salida, me he tardado mucho escogiendo que ponerme como para quedar plantado y eso, si que jamás se lo podría perdonar a Evan.
Él autobús tomaba su rumbo dando vueltas a los alrededores y con sigo lo minutos, dicha parada se hizo ver ante los ojos cafés del menor por lo cual con rapidez se bajo de la planta alta para poder llegar a tocar el botón a tiempo y asi las puertas fueron abiertas ante su paso, camino asta llegar a la puerta principal del enorme sitio en donde una figura familiar se veía a lo lejos.
Cuando estuvo más cerca pudo notarlo mejor, sus cabellos estaban alborotados, en la puente de su nariz posaban sus lentes, vestía con una camiseta color azul claro junto a unos pantalones con un tono claro, en su pecho se cruzaba lo que parecía ser una cangurera de color negra. En cuanto el chico de mayor estatura lo visualizó alzo la mano en tono de saludo moviéndolo de lado a lado y así, conectando unos ojos claros con unos cafés oscuros.
Ambos chicos pintaban una sonrisa muy grande al verse, unos pasos más y ya estaban frente a frente, Mateo se mantenía muy nervioso y ante sus ojos podía ver al mayor muy relajado pero, para el chico pálido esto era igual de nuevo y con sigo la emoción que sentía.
—¡Hola!.—hablo primero Mateo antes de que el chico bajara la mirada.—¿Quieres entrar?.
—¡Espera!.—tomo la mano del menor por unos segundos puesto que al darse cuenta de su acción este lo soltó en segundos retrocediendo un poco sus pasos.—Te dije que había un cambio de planes.
—Ha, es verdad, ¿Cuál fue el cambio?.—pregunto el menor con curiosidad.
—¿Quieres ir a ver una película conmigo?.—sus ojos se veían con una chispa única y su tono sonaba algo nervioso.—¡Se estrenará una de acción muy buena!, quería verla con alguien y... ¡Tu eres perfecto!, ¿Vamos?.
—¡Si!, pero me lo habías dicho antes y así podría averme bajado más cerca del lugar...
—Que flojo Mateo.—el mayo movió su cadera para golpear la de Mateo asiendo que este se tambaleara un poco, soltó una risa y hablo.—¡Apresuremos el paso!.
Los dos emprendieron su camino al Siglo XXI en donde la mayoría de personas se reunían para mirar una película ya sea en familia, amistades o... En parejas, Mateo hablaba mucho sobre muchas cosas por lo cual al mayor solo le quedó escuchar con suma atención, bajo un poco la mirada para observar el color carmesí de los labios del menor pero este lo llamo interrumpiendo su concentración por lo cual alzo la mirada con rapidez.
—¡¿Qué no fue gracioso?!.—hablo entusiasmado el menor mientras soltaba unas pequeñas risas.
—¿Ha?, si JAJAJA sabes Mateo, tu siempre tienes buenas historias y muy... Interesantes.
—Es cuestión de tener mala suerte.—el menor se apuntó a si mismo con una enorme sonrisa causándole gracia al mayor.
Evan se olvidó de seguir mirando, en su interior se sentía muy extraño ante la inevitable sensación de calidez en su corazón, nuevamente se propuso a poner atención a las mil aventuras de Mateo quien saltaba por la banqueta como un niño pequeño, en algún momento se pudo observar como ambos volvían a jugar como niños pequeños intentado empujar sus cuerpos para que alguno de ellos pisara la línea y perdiera.
Editado: 10.10.2024