Un BebÉ Que No BusquÉ

PARTE 04

 

GONZALO

 

UN MES DESPUÉS

 

—Señor, le dije a la señorita que no puede entrar e igual lo hizo — Mientras una rubia de hermosas piernas con un diminuto vestido entra a mi oficina y observa todo a su alrededor.

 

—Le dije que es urgente que hable contigo,

 

YO la miro de arriba abajo, tratando de recordar de donde la conozco, porque estoy seguro de que la conozco.

 

—¿Tú eres?

 

—La futura madre de tu hijo, estoy embarazada, cariño, seremos padres en unos meses.

 

Yo reí a carcajadas con la noticia y mando a llamar a seguridad, ante la mirada de esta mujer que ni su nombre conozco o recuerdo da igual.

 

>> ¿Te estás riendo de la madre de tu hijo?

 

—Si piensas que por tener el puesto que tengo, una oficina de este tamaño y que el dinero no es problema para mí, puedes venir a hacerme, creer absurdos, te equivocas, a mí nadie me toma de estúpido, yo no puedo tener hijos por si no lo sabías, bueno supongo que no te lo conté cuando me acosté contigo a lo que por cierto tengo un vago recuerdo, han sido tantas las mujeres que han pasado por mi cama que no esperas que recuerde todas las caras ¿O sí? Pero si estoy seguro de que fue el mejor sexo de tu vida, si me haces un servicio con esa boquita puede ser que recuerde ¿Te gustaría?

 

Una sonora bofetada rebota en mi mejilla, pega duro la condenada.

 

—Idiota— Exclamó la dolida mujer.

 

—¿Qué hice o que dije?

 

—Estás mintiendo, yo si estoy esperando un hijo tuyo.

 

—Llámame cuando nazca, le hacemos tres pruebas para que tu teatro se termine de caer, antes de eso no verás ni un centavo de mi parte y si quieres sacarme algún billete, tengo el poder suficiente para hablar con un juez y convencerlo de que primero una prueba de ADN.

 

Me siento en mi cómoda silla, estiro los pies hasta la parte de arriba de la mesa de mi escritorio pongo mis manos detrás de mi nuca, mientras la mujer es sacada con los de seguridad, ella replica que algún día voy a pagar mi burla, que me odia, que soy un hijo de la gran fruta y no sé qué otras cosas más, cada una de ellas está siendo gravadas y será enviada al juez para denunciarla por chantaje, por estafa y lo que se me ocurra en el camino, nadie va a venir a querer tomarme el pelo, eso de que no puedo tener hijos no tengo idea, pero estoy segura de que con ella no los tengo, su sola mirada interesada, su solo porte deja ver sus verdaderas intenciones, no soy un experto en expresiones corporales, pero ella destila INTERESADA por donde la vean.

 

—¿Qué fue lo que paso con esa mujer?

 

—No le hagas caso, no es la primera vez que una loca viene a querer achacarme un hijo, pero con las palabras JUEZ, PRUEBA DE ADN Y NI UN CENTAVO MIENTRAS TANTO funcionan a la perfección.

 

Darrien solo mueve la cabeza, sabe que no juego con eso de los hijos, no porque sea un tema que me quite el sueño, solo que nadie va a venir a meterme en líos que no necesito, ¿Yo con un hijo? Eso es de locos.

 

—Entiendo tu punto de vista al respecto, pero ten un poco más tino en la empresa, no quiero escándalos que, aunque tú digas que no pasa nada, pero una mujer indignada es muy peligrosa, bastante nos costó recuperarnos de todo lo que paso, nos costó mucho que los empresarios creyeran en esta empresa, así que por favor seriedad.

 

Bueno, creo que, viéndolo así, me pase un poco.

 

—Tienes razón, tendré más cuidado, hablando de mujeres, no he vuelto a ver a la amiga de tu esposa— No sé ni porque lo pregunte, se supone que no debería importarme, solo es curiosidad, no solo ellas pueden ser curiosas.

 

—Mira, pues el señor QUE SE VAYA AL DIABLO LA MORENA preguntando por ella, bueno según mi esposa está con su novio.

 

—Con ese carácter, ¿Tiene novio? Pobre tipo, dame su dirección para mandarle una corona fúnebre.

 

—Que no te escuche Marissa por qué.

 

—Que yo que…

 

—Tioooooooo

 

—Padino.

 

—Yo también quedo que sea mi padino, mami, que sea mi padino.

 

—Si mi amor que sea su "Padino"

 

Él hace una seña con los dedos y Ella le lanza una mirada fulminante, sé que no le agrada lo de Santiago, pero donde manda capitán no manda marinero, mientras que Duncan corre a mis brazos y yo lo tomo casi en el aire, juego un poco con él, ese pillo es un revoltoso, mientras Dorothy me jala el pantalón para que también haga lo mismo.

 

—Me pueden responder y no se hagan miraditas entre ustedes que me doy cuenta perfectamente.

 

Darrien besa a su esposa y le dice algo al oído a lo que ella me mira de manera inquisitoria, yo me hago el inocente

 

—Ella hace unos días que no me llama, le escribí y me dijo que estaba bien, aunque algo ocupada con su trabajo, yo con mis hijos a la justa puedo no imagino con más de veinte a mi cargo. Hablando de eso ¿Mi amor le contaste?

 

Yo me detengo en seco, mientras los pilluelos empiezan a sacar cosas de mi escritorio y yo los detengo como puedo sin dejar de ver a la parejita, que se lanzan miradas cómplices.

 

—No le dije, pero bueno, ya que estamos todos aquí, vamos a adoptar a Charlie.

 

Yo caigo sentado al suelo que es aprovechado por esos dos para lanzarse encima de mí y jugar, yo lo observo con cara de “ESTÁN LOCOS” otro niño más, sé quién es Charlie, es complejo, lo sé, pero, de todas maneras.

 

—Quedo ahora si huérfano.

 

—¿De qué hablas? ¿No tiene más familiares? Ese afán, el de ustedes, de complicarse más la vida.

 

—Recuerdas que cuando me hablaron del incendio que sucedió en una de las empresas en las que ese desgraciado me involucro solo por fregarme la existencia, fui con Marissa hasta allá a conocer los pormenores, además que ella me hablo de una pareja de ancianos que habían quedado a cargo de su nieto, pues lamentablemente su hijo había sido la única víctima mortal.



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En el texto hay: amor, egocéntrico, terquedad

Editado: 08.01.2023

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