Un Beso a Medianoche

2.

Entre Barcelona y california son 9 horas de diferencia, al comienzo cuando llegue a la hermosa ciudad española me costó mucho acostumbrarme a ese cambio de horario tan brusco. Tome el avión en Barcelona a las 12 horas, a lo que en california serían las 3 am. El vuelo en total duro 12 horas. En fin, son exactamente las 15:24 horas actualmente en california, lo único que quería era tomar un taxi, llegar a casa y meterme a la tina por un día entero.

Luego de hacer los tramites más aburridos del aeropuerto y tener mis maletas ya en mi posesión salí a tomar un taxi, no me costó mucho, pese a que había mucha gente esperando uno. Le di mi dirección al chofer y comenzamos el viaje, eran 15 min desde el aeropuerto hasta el condominio donde vivía así que aproveché de ir mirando por la ventana cada rincón de esta bella ciudad, mis ojos se llenaron de lágrimas instantáneamente al recordar cada momento que viví desde que tengo uso de memoria, familia, amigos, y en especial con mi padre. Sé que tenía que enfrentar a mis demonios del pasado, a mis culpas, y enfrentar los recuerdos, ya han pasado 5 años desde la muerte de William Jane, mi padre, murió en un accidente automovilístico cuando venían de vuelta de una fiesta de la empresa de papá, yo estaba en casa cuidando a mi hermanito pequeño que en ese entonces tenía 2 años, ese fue el día en que mi mundo cambio.

- ¿señorita? - la voz del chofer me saco de mi pequeño trance- llegamos a destino.

- Muchas gracias- sonreí mientras me secaba algunas lágrimas que se habían escapado.

Una vez que le pague el viaje y el me ayudo a bajar mis maletas volví a mi burbuja de recuerdos, estaba frente a mi casa, seguía igual desde la última vez que estuve aquí, han pasado 3 años desde que me fui y nunca más volví a pisar este lugar…hasta ahora. Tome aire profundamente y agarre mis maletas para encaminarme hasta la puerta principal, había juguetes repartidos por el jardín, tomy mi hermanito pequeño era un completo desastre, pero un desastre al cual amaba con mi alma. Una vez que estaba frente a la gran puerta color café toque el timbre un par de veces, podía oír los chillidos de tomy y unos pasos acercándose, en segundos la puerta se abrió dejando ver a la hermosa mujer que tengo como madre, alta, cabello rubio y ojos verdes, lástima que lo único que saque de ella eran sus ojos, porque el cabello lo saque como mi padre castaño caramelo y con unas pequeñas ondas en las puntas.

- ¿Amy? -susurro, sonreí y ella sollozo abrazándome con fuerza.

- ¡Mamá! -reí- como si nos hubiéramos visto en años.

- Hace 1 año que no te veo, es casi lo mismo- dijo retirando unas lágrimas de sus mejillas- pero dios mío hija pasa, ven dame tus maletas, por dios como no me dijiste que vendrías, te hubiera ido a buscar al aeropuerto.

- tranquila, quería que fuera una sorpresa- le sonreí. Caminamos hasta el salón principal de la casa y comencé a mirar cada rincón, las escaleras que llevan al segundo piso, la sala de estar y los cuadros que estaban sobre la repisa del pasillo principal. - sigue igual.

- he redecorado un poco la casa, cambiado algunos muebles, pero el resto sigue igual- unos fuertes paso se escucharon de las escaleras, gire encontrándome con unos grandes ojos verdes y una cabellera rubia como la de mi madre.

- ¡AMY! - tomy grito y corrió hacia mis brazos, reí y comencé a besarlo por toda la cara provocando que su risa aumentara junto a la mía.

- mocoso hermoso, ¿Cómo estás? –

- ya no soy un mocoso, ya tengo 7 años- contesto molesto mientras me sacaba la lengua.

- pues yo tengo 22 años, así que para mí siempre serás un mocoso- comencé a hacerle cosquillas mientras él me lanzaba manotazos para liberarse. Mire a mi madre y la descubrí llorando, deje a tomy de lado y la abrace fuertemente- no pensé que volver sería tan malo que te haría llorar- bromee.

- no seas tonta- rio- lloro de emoción, hace tanto tiempo que llevo esperando a que mi hija regrese a casa. Pero ya, vamos a comer algo, debes tener hambre y debes estar muy cansada, vamos llevemos tus cosas a tu habitación y te duchas mientras yo preparo algo para que comas.

Ella era mi madre Layla Jane, una mujer que siempre se preocupa del bienestar de los demás antes del suyo, es capaz de no comer con tal de darle esa comida a otra persona que la necesita más, me alegra poder decir que saque esa parte de mi madre, y la parte testaruda de mi padre. No sé si sea una buena mezcla tener solidaridad y testarudez, creo que esos serian unas de mis virtudes y defectos.

Le hice caso a mamá y subí a mi habitación, al abrir la puerta quede asombrada, todo seguía igual, desde las paredes color lila llenas de fotos pegadas en ella, mi repisa llena de discos y libros, mi cama de 2 plazas con su cobertor de oso panda y la lámpara haciéndole juego, mire a mi madre y ella sonrió haciéndome entender que se encargó de mantener mi habitación estos 3 años tal cual la había dejado , así cuando volviera me sentiría nuevamente en casa, en algo conocido y debo admitir que logro su cometido. Recorrí la pared con fotos y sentí un nudo en mi garganta, no sé qué me ocurría que desde que llegue a california he andado un poco llorona, pero no lloraría frente a mi madre, eso solo haría que se preocupara de más y quiero que hoy sea un lindo día de reencuentro familiar.




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