Un Beso Bajo El Muérdago

❆|CAPÍTULO 4: EL MUNDO, NUESTRO MUNDO

Doce Años

NAVIDAD. DICIEMBRE, 2008.

Después del gran desastre que se había armado el día anterior la señora Masson y la señora Tessier les contaron a sus respectivos esposos el porqué del agujero, después de regañar a sus padres y a los chicos con la condición de que los ancianos no les meterían más ideas en la cabeza y que ambos jóvenes se comportarían como adolescentes y no harían cosas tan peligrosas los dejaron marchar.

En cuanto quedaron libres de sus padres Faith y Brant retomaron su aventura especial, recolectaron sus respectivos deseos y ramas y como siempre visitaron a los señores Brown, pero esta vez tuvieron una aventura más increíble que contarles, con respecto a su intento de viajar al polo norte y los ancianos en lugar de reprenderlos los llevaron a la feria que se llevaba a cabo cada año en el pueblo, pues suponían que ya habían tenido suficiente con el regaño por parte de sus padres.

En la feria decoraron algunas medias y esferas, bebieron chocolate caliente, participaron en un concurso de salto en costal, se tomaron fotos en una cabina que estaba junto a un duende bailarín y antes de marcharse miraron a una joven pareja darse un beso bajo un marco decorado con un muérdago colgado de él.

Faith pensó en lo romántico de aquello y si algún día se vería así con Brant.

Brant por su parte estaba decidido a hacer lo que consideraba un gran movimiento, así fue como se giró y dejó un pequeño beso en la mejilla de la chica con la silenciosa promesa de que algún día le daría un beso digno de fotografía bajo un muérdago.

Para cuando la noche cayó ya se encontraban en casa y listos para la fogata, recibieron a la demás familia que llegaba y siguieron con su tradición de noche buena.

Como todas las mañanas de Navidad Faith despertó a Brant para ir a abrir sus obsequios y cuando él estuvo listo se reunió con la familia en la estancia de los Masson.

Todos abrían sus respectivos obsequios emocionados hasta que llegaba el turno de los amigos, donde aprendieron a guardar silencio para presenciar la misma escena de todos los años, donde se regalaban algo especial y prometían que su amistad sería por siempre.

—Esta vez iré yo primero. — La niña sacó un frasco de cristal que estaba detrás de un cojín del sofá, lo más raro era el contenido de este, cinco dólares, pero ¿por qué? Se preguntó Brant mientras observaba extrañado el frasco que le tendía su amiga. —No lo veas de esa forma ya te explico por qué este es mi regalo. — Hizo una pequeña pausa, tomó una mano de su amigo y sintió el familiar cosquilleo en sus manos que siempre aparecía al tocarlo —Es un frasco de aventuras, aquí iremos juntando el dinero que necesitamos para nuestra aventura por el mundo, así no tendremos que cavar más agujeros y romper tuberías. A partir de hoy ambos iremos poniendo dinero dentro de el hasta juntar lo suficiente — Ante el silencio de su amigo soltó su mano y bajó la cabeza pensando que no le había gustado.

El chico salió de su sorpresa y volvió a tomar la mano de su mejor amiga, que a su corta edad tanto le hacía sentir.

—Me encanta, es solo que no lo esperaba, pero es increíble, además de una gran idea — Besó la palma de la mano de la joven, que ante ese gesto tan íntimo se sonrojó. —Pareciera que siempre nos ponemos de acuerdo para sincronizar nuestros regalos copito —Soltó la mano de la chica, se puso de pie para tomar su obsequio y retomar su lugar al lado de Faith. —Espero te guste.

Faith tomó el tubo que le entregó el chico, poniendo la misma cara de extrañeza que él tenía cuando le mostró el frasco. Quitó la tapa del tubo y sacó lo que parecía ser un poster enrollado, dejó el tubo a un lado y comenzó a desenrollarlo, cuando estuvo completamente liso la sonrisa en su rostro se extendió aún más si es que eso era posible, aquel poster era un mapa del mundo blanco y negro, lo único a color eran solo algunos países, pero al analizarlo mejor se dio cuenta de que los países indicados eran los de la lista que habían hecho hace un par de años cuando se encontraban sentados bajo un árbol hablando de los países que querían visitar algún día y ahora se encontraban marcados en el papel.

—Esto es increíble Brant, son nuestros lugares.

—Si que lo son y cada país tiene un pequeño espacio para colocar una fotografía de cuando estemos ahí — Mencionó orgulloso de su regalo.

—Pronto estaremos recorriendo el mundo, ¡Esto es increíble! — Se levantó del sofá emocionada y comenzó a hacer un baile algo raro que hizo reír a todos, excepto a Brant que se mantenía con una sonrisa simple. Simple para los demás, pero para Faith era la sonrisa más hermosa que había visto y al le bastaba mirarla tan feliz para mantener esa sonrisa siempre que pudiera.



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En el texto hay: historiacorta, navidad, comediaromantica

Editado: 01.12.2021

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