Un beso para Noelle

C e r o

Junio, 2016.

—¡Ese hijo de puta lo mató!

Los gritos de Tyler hicieron eco en el subconsciente de Blad, quien, con cada segundo que pasaba, sentía cómo el miedo paralizante se apoderaba de cada parte de su cuerpo.

Dawson, su hermano menor, empezaba a asustarse también. Era solo un niño de cuatro años y no entendía por qué aquellos chicos, que antes decían ser amigos de Blad, los observaban como si fueran los seres más despreciables sobre la faz de la Tierra.

Blad reaccionó finalmente y, mientras Tyler se inclinaba para observar de cerca el estado de su hermano, tomó la mano de Dawson, incitándolo a caminar. Su prima estaba a escasos pasos, conservando el nerviosismo de minutos atrás.

—¡Melissa, sube al auto! —ordenó, sintiéndose exasperado. Su pecho subía y bajaba, permitiendo que se percibiera su respiración brusca.

Cuando los tres estaban a punto de adentrarse en el vehículo, uno de los chicos se percató de ello, alertando a Tyler, quien se había concentrado completamente en el estado agonizante de su hermano.

—¡Mierda, se escapan!

Nick, uno de los jóvenes, corrió en dirección a ellos, mientras Tyler, con ayuda de Elián, cargaba a su hermano dispuesto a ubicarlo en los asientos traseros de su auto.

Sin embargo, Blad ya había encendido el motor del vehículo, dejando solo un rastro de humo espeso.

—¡Nick, sube al maldito auto, no podemos dejar ir a ese bastardo! —bramó Tyler, desde el asiento del conductor. El mencionado no tardó en acatar su orden, ubicándose en el asiento del copiloto.

Atrás, Elián trataba de evitar que su amigo siguiera desangrándose, pero era una misión casi fallida, debido a la gravedad de la herida.

Tyler conducía superando en exceso los límites de velocidad permitidos, lo que le permitió posicionar su auto junto al de Blad. Blad pisó el acelerador, adelantándose un poco, pero, pese a esto, Tyler y su vehículo de alta gama lograron alcanzarlo nuevamente.

—Por tu bien, y el de tu prima, Bladimir ¡Para el auto! —le amenazó Tyler. Las ventanas de ambos autos estaban bajas, lo que facilitaba que se escucharan al hablar.

—No haré una mierda de lo que me digas.

Y esa frase sí que enervó a Tyler, causando que, en un impulso, chocara su vehículo contra el de Blad. Dawson y Melissa no pudieron evitar que un grito escapara de sus labios, y Elián desde atrás se quejó.

—¡Qué demonios! ¡¿Acaso quieres terminar de matar a tu hermano, idiota?! ¡Deja de actuar como un demente, Tyler!

Sin importarle nada, nublado por la ira y sin razonar en lo absoluto, el joven volvió a repetir la acción, pero con mayor brusquedad.

—¡Tyler, para ya! —pidió Nick, preocupándose por lo que pudiera pasar.

Pensaba en los miles de posibilidades que había de morir si su mejor amigo seguía conduciendo de esa manera tan imprudente. Y, realmente, era muy joven para partir de este mundo terrenal.

Todos lo eran.

En un punto dado, la carretera se dividió en dos carriles, Blad optó por tomar la vía izquierda, que trazaba el recorrido al centro de la ciudad, y en ese giro, Tyler originó una vez más un impacto de vehículos. Esta vez, ocasionando un vuelco fatal.

El auto de Blad.

Todo pasó tan rápido que ni siquiera pudieron notarlo. En cuestión de segundos, la visión de su alrededor se volvió negra para las tres personas en el interior del automóvil… y un corazón dejó de latir en el otro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.