—¡Noelle! Hace un rato salí a buscarte y no estabas —mencionó Melissa, luciendo emocionada—. Vamos, mi tío quiere hablar contigo —me tomó del brazo, incitándome a caminar con ella.
—¿Crees que me dé el empleo? —pregunté y observé de soslayo a Bladimir, quien estaba sentado en el sofá de la estancia.
Al parecer se entretenía con mi patineta y sin mi previo consentimiento.
—Estoy segura de que sí, le dije lo que hiciste por mí y estuvo de acuerdo conmigo en que tu acto de ayudar a una desconocida, sin importar que se trataba de un problema que no te competía y que, además, te generó perder una entrevista de empleo, era una muestra de la calidad humana que posees —expresó—. ¿Qué apellido usarás?
—Le dije a tu primo que me llamo Noelle Tucker.
Ella lo meditó un momento, al final se mostró conforme con mi elección.
—Bien, me gusta.
—No sé si sea buena idea mentir para obtener el empleo. ¿Qué fue lo que ocurrió entre mi hermano y Bladimir?
Dejé de lado las ideas de no querer entrometerme de más en lo sucedido, considerando que lo que sea que hubiese ocurrido, se hallaba perjudicando mi presente. No tenía que ver en las acciones o problemas que hubiera atraído Nick en el pasado, por lo tanto, me parecía justo saber qué falta se adjudicaba a mi apellido.
—Nada grave, es solo que sabes cómo es la gente adinerada de excéntrica y exagerada. Bladimir y el grupo de amigos de Nick, tuvieron un problema y desde ahí ninguno puede ver siquiera al otro. Fin de la historia —replicó, encogiéndose de hombros.
No terminé de tragarme su explicación, porque si se trataba de un asunto tan banal como un problema simple entre chicos, ¿Qué motivo habría para que tuviera que ocultar mi parentesco con el implicado? Imaginaba que se trataba de algo que iba más allá de la excentricidad y exageración que ella mencionaba; no obstante, fingí que le creía y aceptaba por completo su respuesta.
Al llegar a la biblioteca, su tío caminaba con lentitud frente a una estantería de libros, recorriendo cada uno con sus dedos. Ella se posicionó a su lado con confianza.
—Buenas noches —saludé, deteniéndome unos pasos atrás de ellos.
El hombre me recorrió detenidamente con la mirada. Lucía un cabello negro demasiado oscuro, que resaltaba por su tono de piel pálido y los mismos ojos grises que había apreciado en su primogénito. A diferencia del chico, su mirada lucía apagada, como si el único sentimiento que lo mantenía en pie fuera una honda tristeza y desolación.
—Ella es Noelle, Francis —avisó Melissa.
—Mel me contó que la ayudaste y Bladimir también nos dijo que, junto a Patricia, bañaste y curaste las heridas de Dawson por la caída en la cancha —habló, dando unos pasos adelante, acercándose más a mí—. Me agradan las personas que ayudan, aunque no se les pida, y sin esperar algo a cambio.
—Como le dije a Melissa, hice lo que cualquier persona en mi lugar habría hecho. No es necesario enaltecerme por eso.
—Y además humilde. —Giró su cabeza, observando a su sobrina. Ella asintió, sonriente—. Dawson no es como los demás niños, no puede desenvolverse por sí mismo en muchas cosas, por eso estoy buscando una persona que pueda estar siempre supervisándolo y cuidándolo. A veces ocurren accidentes, incluso cuando está con su hermano, así que quisiera saber si en realidad estarías dispuesta y comprometida a dedicarle tu vida a este empleo.
La atención de ambos se concentró en mí, esperando que informara mi decisión. No tuve que pensar en mi respuesta porque esa ya estaba definida desde el momento que acepté la oferta de Melissa.
—Estoy más que dispuesta —contesté, decidida a iniciar una de las etapas más esperadas de mi vida: Independencia económica.
Él extendió su mano hacia mí, para que la estrechara como muestra de que estábamos sellando el trato.
—Siendo así, bienvenida a la familia Greiff, Noelle Tucker.
☼☼☼
Al día siguiente, Nick estaba tan molesto conmigo que ni siquiera me hablaba. No me preguntó qué había acontecido ayer, ni en dónde estuve, se mostró completamente desinteresado sobre lo ocurrido.
No me extrañaba esa reacción de su parte, sabía que le irritaba que sus planes se echaran a perder y más cuando se trataba de quedar bien ante los demás, en este caso, sus amigos. Tenía la certeza de que tomó mi incumplimiento a la cita de ayer como un acto de irresponsabilidad enorme y que esa suposición de su parte lo llevó a esa muestra de rechazo que me estaba brindando.
Terminó de lavar el plato donde estaba comiendo su cereal y su mirada se direccionó a mí por unos cortos segundos. Abrí la boca con la finalidad de hablar e intentar explicarle la situación, pero, así como yo lo había hecho ayer, me dejó con la palabra en la punta de la lengua, abandonando el apartamento.
Suspiré con pesadez, enviándole un mensaje a mamá para avisarle que ya iría a trabajar y que la llamaría en la noche. Me observé en un pequeño espejo de pared que tenía mi hermano en la estancia, me puse la boina de una forma diferente, inclinada más hacia atrás para que mi flequillo se pudiera apreciar con mayor facilidad y tomé las llaves del lugar y mi patineta. Melissa me había dicho que el chofer de su tío haría el favor de recogerme para que no tuviera que gastar dinero, que por cierto no tenía, en transporte. Por lo tanto, me detuve unas calles adelante para esperar el vehículo.
Como era de suponerse, también tuve que ocultar mi verdadero sitio de residencia.
—¡Noelle! —me saludó la chica desde el interior del auto, cuando se estacionaron frente a mí—. Desperté un poco antes para poder saludarte sin llegar tarde al instituto —anunció, enseñándome su dentadura en medio de una sonrisa premeditada.
Saludé al conductor y abrí la puerta trasera para ubicarme al lado de ella
—Muy buena idea, Mel, así me ayudarás a calmar estos nervios que siento porque será la primera vez que trabajaré en mi vida —expresé aterrada, ocultando mi rostro entre las palmas de mis manos.