Un Bloody Mary, por favor

Prólogo - Vasos colmados de escarlata

1598 d.c. Toul (Francia).

"Ya se acerca el amanecer, así pues, propongo un último brindis antes de proceder a revelarles la verdadera razón por la que decidí realizar esta velada. Ha sido un placer tenérosles hoy aquí. Es de mi conocimiento que ha sido una improvista reunión para algunos, mas no habría requerido de vuestra inestimable presencia si no fuese imperioso. Mi corazón no puede hallar mayor júbilo que el de esta noche, incluso después de más de 700 años liderando a los Bleicher, pues en mi presencia me enorgullece encontrar a mi familia, a mis amigos, a mis siervos e incluso a los siervos de mis siervos, sumámosles también aquellos humanos que como iguales acogimos. No, no hace falta que saludéis, ya os lo he dicho... Bien, como iba diciendo, llegado ha el momento de revelar la naturaleza de esta reunión tan inesperada para la mayoría de vosotros y tan ansiada para mí: Yo, el Marqués Dietrich Bleicher von Mercklenburg, me retiraré por un tiempo del liderazgo de esta nuestra estirpe. Sí, lo sé. No os preocupéis. Es de mi entendimiento de lo inesperado de esta noticia, mas es algo que llevaba ya rondando por mis pensamientos desde hace algún tiempo, visto la paz de la que gozamos hoy en día. Es para mí un honor el informarles de que mi hijo Cassian será, desde ahora, quien me sucederá en la ardua tarea que llevo cargando sobre mis hombros durante tantos años. Me complace haber llevado a mi apellido al lugar más alto posible y me alegra saber que las muertes de tantos no han sido en vano. La tranquilidad de la que hoy gozamos es gracias a ellos. Las primeras cazas fueron duras, mortales incluso para algunas familias... lo sé, mas eso ya quedó atrás. Esta noche, marcharé en sosiego y podré por fin reposar sabiendo que mi familia, mis amigos, mis siervos y los siervos de mis siervos, además de esos humanos que como iguales acogimos, estarán a salvo y no se les volverá a perseguir con horcas, antorchas u otros artilugios de igual peligrosidad. Además, Margaux von Clermont, a quien todos ya conocéis, así como se le asignó la tarea de guardar este mismo hogar hace casi un siglo, será quien protegerá mi lugar de reposo. No habrase visto mejor vampiro en quien confiar mi inminente largo sueño que en ella. Sin más dilación, mi amada familia, amigos... etcétera; me marcho, mas os hago la promesa inquebrantable de que algún día volveré de mi letargo para retomar las riendas de esta dinastía en los nuevos e inciertos tiempos que nos depararán. Ahora, alcen sus vasos colmados de escarlata y bebamos juntos una última vez"




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