Un café y la sonrisa de ella

Maldito destino

El tiempo voló, pronto fue otoño, todos pronosticaban una hermosa boda en Octubre, dos meses antes de los padres de Leonardo festejaban su 35 aniversario, me apenaba que la madre de Leonardo se partiera en dos ayudando con la boda y además con su aniversario, aun así todo salía de maravilla.

Todos nos divertíamos en la fiesta, mi abuelo también estaba invitado e inmediatamente él y la abuela de Leonardo se encontraban platicando como si nadie estuviera ahí. Mis padres se llevaban de maravilla con mi futura familia política. Leonardo por ser el hijo mayor, tuvo que hacer el brindis, el cual fueconmovedor.

-Hoy es un gran día para toda mi familia, mis hermanos y yo no tenemos como agradecer todo lo que nuestros padres han hecho por nosotros, el simple hecho de elegirse uno al otro como acompañante de vida es una fortuna para nosotros tres, he sido testigo de los altibajos que han tenido pero el amor lo puede todo y ellos son mi ejemplo, yo que estoy a punto de emprender un viaje similar al de ellos, espero con todo el corazón hacer feliz a mi futura esposa y si al final de nuestros tiempos Zoe y yo logramos conservar la mitad del amor que ustedes se tienen, sabremos que fue una vida plena e inmensamente feliz. Los quiero a ambos. Salud.

Después del brindis me di cuenta que Adelmo estaba aislado de todos, viendo la escena y a su familia feliz, decidí unirme a él como espectadora.

-Es una velada hermosa.

-Si verdad? Pensé que este día nunca llegaría.

-Me imagino, Leonardo me conto que tuvieron problemas durante unos meses, hace algunos años.

-Sí, no es algo de lo que me haya recuperado del todo, pero tengo que salir adelante por mi familia, por ustedes.

Le respondí con una sonrisa al darme cuenta que ya me consideraba parte de su familia.

-Yo fui un alcohólico Zoe.

-No es necesario que me cuente. Respondí sorprendida.

-Quiero hacerlo.

Sentí que quería desahogar su malestar.

-Lo escucho.

-Hubo una época en la que la constructora tuvo demasiados problemas, debido a proveedores de pésima calidad, estábamos perdiendo todo, sentía que no había nada que rescatar y por poco es así, sentía tanta frustración y comencé a “relajarme” con una copa, después eran dos al día, luego cuatro copas, hasta que mi familia no lograba verme si una bebida en mis manos, un día discutí con mi esposa, recuerdo ese día y me llena de rabia, de impotencia, perdí el control, salí de la casa desesperado, mis hijos no estaban en casa y yo no podía quedarme solo con Mirta, subí a mi auto, el cual vendería la semana siguiente, era un auto hermoso, de lujo, lo conducía desenfrenadamente, parecía que todos los semáforos estaban en sincronía con mi velocidad, todos estaban en verde, pero hubo uno que no quiso cooperar, la luz roja me indicaba detenerme y no lo hice, choque contra otro automóvil, lo conducía un joven que por lo poco que se, era un inminente doctor y yo acabe con su vida, era de la edad de Leonardo, lo único que sé, es que se casaba en una semana, o al menos eso supe. Me arrestaron, quería quedarme ahí encerrado, no podía dar la cara, pero mi familia me ama y usaron todos nuestros recursos para que yo saliera. No he podido dormir una noche completa desde entonces, lo peor, es que yo recupere mi negocio, mi dinero y sobre todo la cordura y a mi familia, y deje a una familia sin un hijo, sin un hermano y a su prometida, que decir de ella?, le arrebate una vida que aún no comenzaba.

Esta última frase la dijo acompañada de un suspiro, y yo, yo no podía creer lo que escuchaba, sé que deje de respirar, visualizando todo lo que Adelmo me contaba, yo sabía quién era ese joven, pero lo deje continuar mientras los ojos se me llenaban de lágrimas, quería saberlo todo, no sé para qué, pero no quería quedarme sin esa historia. Quería que llegara al final y corroborar lo que sospechaba. Solo me faltaba un dato más, para salir corriendo de ahí.

-Sabe el nombre de ese joven? Pregunte tratando de ocultar mi llanto ahogado.

-Uno de mis amigos investigo sobre él, temía que investigara más por mi cuenta y terminara siendo imprudente con su familia para aliviar mi pena, así que solo se limitó a darme su primer nombre, Sebastián!.

Ahogue mi suspiro, un dolor me invadía, era una pesadilla, quería salir corriendo de ahí, quería gritarle mi coraje, habían arruinado todo, la vida de la familia de Sebastián, le quito la vida a ese hombre maravilloso a quien yo amaba, arruino mi vida. Cada vez fue más difícil disimular mi sentir, solo hice una pregunta.

-Leonardo sabe el nombre de él?

-Yo no le quise contar nada, pero parece que él sabe mucho más que todos nosotros.

Mi rostro se tornó trágico en segundos mientras observaba a Leonardo, él sabía quién era Sebastián, y sabía quién era yo.

-Zoe, linda estas bien? Me cuestiono Adelmo

En ese momento Leonardo se percataba de mi rostro pálido y lleno de angustia. Pude ver que se daba cuenta que sabía todo lo que me había ocultado todo este tiempo. Se apresuró hacia mí sin dudarlo.

-Mi amor, déjame explicarte.

-Lo sabias! Nunca me dijiste. Exclame con dolor.

-Para que decírtelo mi vida? yo solo te quería hacer feliz.

-Leonardo, hijo, que está pasando? Pregunto Adelmo mientras yo me rompía en llanto y rabia.

Mientras Leonardo me sujetaba fuerte, me miro a los ojos y dijo:

-Ella era su prometida papá.

-Dios mío! Zoe! Tranquilízate linda, por favor! Tenemos que hablar. Dijo Adelmo angustiado.

-Para qué? No tiene caso, no quiero saber nada de ustedes, ahora lo recuerdo, usted era el hombre que se quejaba de dolor en la otra habitación. Como pudo?

Adelmo quería darme una explicación mientras Leonardo trataba de abrazarme para calmarme.

-Déjame ir, no quiero estar aquí.

Leonardo por fin me soltó y me dirigía hacia la puerta, cuando apareció Demian.



#33573 en Novela romántica

En el texto hay: perdida, decepción, ternura

Editado: 18.08.2022

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