Un chico peculiar

Capítulo 4: Un buen día

No puedo creer que todo este tiempo te haya saludado, dejado golosinas con notas y tú sigas ignorándolo, de verdad que soy su fan, si yo fuera ese chico hace mucho me habría rendido –dijo tomando un sorbo de su bebida, estábamos en el almuerzo

¿Me creerías si te digo que yo igual? –le dije y era verdad, hasta yo sentía que era demasiado para solo querer ser amigo de alguien

Y entonces ¿porque sigues rechazando hablarle o porque tan solo no le dices que pare? –me pregunto, era una buena pregunta que hasta ahora no me habían hecho y había evitado responderme a mí misma pero tenía que contestarla ahora

No lo sé –dije dándole un mordisco a mi sándwich

Quizá él te empezó a gustar –me dijo y yo me atragante- ¿estás bien?

Sí, es solo que eso es una locura, ¿cómo podría gustarme? –pregunte como si fuera algo imposible

¿Porque no? –pregunto y lo volteo a ver- siempre está un poco despeinado pero es lindo, hasta diría que guapo y se ve que es divertido, además de que su sonrisa es tremendamente sexy y con su uniforme de baseball debe serlo aún más –dijo y yo también lo mire, repentinamente nos miró también y me sonrió aún más ampliamente de lo que lo hacía antes- y parece que de verdad le gustas

No sé, no lo sé, solo sigamos comiendo ¿de acuerdo? –dije evitando el tema

Bien –dijo rindiéndose, Cleo y yo pasamos juntas todas las actividades y recesos, me di cuenta que no solo venía sola también al viaje sino que tampoco se juntaba con nadie, así que le hice prometer que cuando volviéramos se sentaría a comer todos los días conmigo y mis amigos, a lo que ella acepto, todo iba bastante bien pero el ultimo día cuando íbamos a ir a los inflables con agua se sintió mal del estómago y se quedó en la habitación, yo estaba obligada a asistir a pesar de que quise quedarme a acompañarla los profesores no me dejaron, fui a cambiarme a los tocadores, el de mujeres y hombres estaba uno al lado del otro, entre a mi respectivo baño y me cambie, me puse un short y una blusa normal, no me gustaban los trajes de baño y gracias a lo que sea, tampoco nos dejaban usarlos obviamente éramos un montón de jóvenes en plena adolescencia con las hormonas a flor de piel, al salir justo salió Cris del otro baño, nos quedamos parados y nos miramos pero esta vez él no estaba sonriendo, solo me miro y no dijo absolutamente nada y se fue, ni un saludo, todo el día parecía estarme ignorando después de eso como si no me conociera, sentí una rara sensación al no tenerlo rondándome como siempre, sabía que ese era un mal pensamiento, sabía que estaba siendo terriblemente egoísta pero también había una sensación de preocupación, el jamás estaba serio, él siempre sonreía ¿porque esa mirada? Me quede pensando todo el día en eso, después lo vi bromear con sus amigos pero no podía quitar de mi mente el por qué había estado tan desanimado, al finalizar las actividades de grupo los profesores nos dieron tiempo para divertirnos libremente, yo me quede arriba de un inflable, el cual tenía una salida como una pequeña colina, estaba sentada sola en la orilla al pie de la salida, todos estaban jugando pero poco a poco todos se empezaron a ir, solo quedaban al otro lado Cris y sus amigos que también finalmente decidieron salir Cris fue el último en salir, lo vi subir y también decidí salir pero cuando quise hacerlo no pude subir, me resbalaba, luego de unos segundos me di cuenta que Cris estaba en la sima mirándome, me sentí un poco humillada por no poder salir, pero él me dio la mano y me sonrió, sin saber que más hacer tome su mano y el me estiro hasta que llegara arriba, me detuve antes de llegar a topar con él, ya estando arriba, me miro

Gracias –le dije sin mirarlo aunque sabía que él me miraba

De nada –respondió- perdón –dijo repentinamente

¿Eh? ¿Porque? –pregunte liada y lo mire esta vez

Por lo de esta mañana afuera de los baños –explico rascándose la nuca- estaba un poco... bueno pero ya estoy mejor -no continuo, solo miro al piso

No tienes que darme explicaciones –respondí tratando de ser indiferente pero me aliviaba saber que lo que fuera, estaba mejor

Claro –dijo sonriendo pero se veía desanimado aún y sentí que debía tratar de hacerlo sentir mejor

Quizá, podríamos comer juntos –le dije y el me miro de inmediato su mirada se ilumino- si tú quieres –agregue

Si claro, digo por supuesto, claro que quiero comer contigo –dijo emocionado y sentí alivio al ver su rostro entusiasmado de nuevo

De acuerdo –dije y le sonreí un poco

¿Qué quieres comer? –pregunto rápidamente

Escoge tú –le dije

Bien, que tal pizza, amo la pizza, a ti ¿te gusta la pizza de pepperoni? –pregunto eufórico y por primera vez no lo sentí irritante

Me encanta –dije y él sonrió de nuevo- ¿vamos?

¡Sí! –grito felizmente, fuimos al pequeño restaurante y pedimos una pizza, como no era comida integrada en el plan de estudios, tuvimos que pagar de nuestro bolsillo, yo quise pagar porque había invitado yo o al menos mi parte pero él no me dejo

Comes bastante –dije riendo

Y comería más si eso te hace reír –dijo mirándome y yo me puse nerviosa y deje de reír, parpadee rápido, era un tic ya al parecer- pero por ahora estoy que reviento

Entonces está bien dejarlo por ahora –dije apacible

¿Accediste a venir conmigo por alguna razón en especial? –pregunto inesperadamente

Yo te invite, aunque no me dejaste pagar –respondí y el rio

Eh esperado tanto para poder hablar contigo y ahora no sé qué decir –dijo y sonrió bajando la mirada

Que extraño parece como si siempre tuvieras la conversación perfecta, hablas tanto con todos –le dije interesada

Si pero contigo... contigo es diferente –dijo notablemente nervioso- cuando comencé a saludarte y dejarte golosinas con notas no sabía que me llevaría tanto tiempo hablar contigo

Tampoco creí que seguirías por tanto tiempo –dije- honestamente pensé que te rendirías a la semana




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