Un Compromiso Arreglado

Capitulo 9

El día de mala suerte se convirtió en dos días pues había despertado con fiebre, estaba tan resfriada que si alguien se sentaba en mi parecería un sillón vibrador parecida a los sillones que están en el cine.

De igual manera mi resfriado no me iba a detener, tenía que ir a la universidad y también tenía trabajo, un simple y horrible resfriado no me iba a detener. No tenía ningún medicamento para la gripa y no había agua caliente de seguro el boiler* se había apagado en la noche, eso significa que la única que se bañó con agua caliente fue mi mama antes de ir a trabajar y mi santa mamá siempre se gasta el agua caliente.

Pensé que tal vez un baño deshielado serviría para mi fiebre así que de igual manera me metí a la bañera, abrí la llave lentamente para que poco a poco saliera el agua, me estaba arrepintiendo pues el agua estaba heladisima fue mala idea después de todo aumentaron mis escalofríos y me sentia mal, horrible, del asco en otras palabras, de la refregada. Tome como pude mi mochila sin olvidar nada y me abrigue con lo mas caliente que tenía incluso me puse orejeras y gorro y por si acaso un cubre-boca, me puse una bufanda que me tapara desde la nariz hasta la garganta para que así Richard no se diera cuenta de mi resfriado. Lo salude, como siempre él estaba animado -Aún queda en pie la cena?- Me pregunto viéndome preocupado -Por supuesto Richard ¿Que te hace pensar que no podré cocinarte?- le pregunté bromeando pise el escalón que me permitirá salir de casa casa hasta que torpemente tropecé cayendo encima de de Richard, quede hipnotizada por su mirada penetrante, nos quedamos viendo unos cuantos segundos hasta que reaccione -Disculpa Richard perdí el equilibrio- de repente toco mi frente -Pero si estás ardiendo Rebecca, no deberías ir a la escuela en ese estado- me dijo preocupado -Claramente no conoces completamente, este resfriado no me va a detener de ir a la universidad. Tengo que tomar apuntes de todas las clases y entregar trabajos, también debo de ir a trabajar- de repente me cargo como saco de papas en su hombro y de mi chamarra tomo mi teléfono, esta vez odiaba no haber puesto contraseña aunque nunca la necesite y llamo a mi mama.

2.-Caldera, hervidor, calduron

-Buenos días, soy Richard vine a llevar a Rebecca a la universidad pero ella está enferma y se niega descansar. La llame en cuanto la detuve...- de repente hubo un silencio -Es algo penoso pero la estoy cargando en mi hombro...- otro rato en silencio definitivamente mi mama me regaña si no, no tardaría tanto en pasarme el telefono. Bueno tomando en cuenta cuando fue mi último resfriado fuerte debe estar bastante preocupada. 

Por unos cuantos segundos creo que me fui a las nubes, justamente por esta temporada él se fue, ¿Hace cuanto tiempo que no lo veo? ¿Unos trece años?.

Volvi de las nubes cuando Richard me paso el telefono, no deseaba ponerlo en mi oído de seguro escucharía a mi mama regañarme por horas. -Hola mama?- dije decidida a escuchar lo que me dijera -Deja que el te cuide- casi se me salen los ojos de él la impresión -¿Porque lo dices?- le pregunte -Siempre qué te enfermas es leve pero Richard me ha dicho que estás helada. Hace mucho tiempo que eso no te pasaba y estoy segura que te rehusaste a ir a un hospital para un chequeo, simplemente quiero que te quedes en casa. No hace nada de malo tener una o dos faltas además el niño puede llevar a la tarea por ti y entregarla a Esmeralda no? Aprovecha para descansar has tenido una semana pesada- suspire se oía preocupada, lo mejor que pude hacer era aceptar -De acuerdo- entonces colgué el teléfono y Richard dejó de quedarse quieto entró a la casa tomando toda la confianza de mi perro. Para no golpearme la cabeza con la puerta principal me dejo de cargar como un saco de papas y me cargo con uno de sus brazos -¿No estoy pesada?- le pregunté con pena. No porque estar en esa posición es vergonzosa, si no porque le tenía como niña cargada como un saco de papas -Eres tan pequeña que no pesas nada. Podría traerte en mi brazo todo el día solo para admirarte- no entendía cómo un hombre tan... Tan.. Ni siquiera sé describirlo, podría decir tantas cosas bonitas. Este niño debería pertenecer algún libro chick lit o de algún romance pero de alguna forma existen hombres asi, entro a la casa y sentia como estaba un poco tenso y como no lo iba a notar estando en su hombro. Subió temeroso las escaleras y vio tres puertas una pegada a las escaleras color blanco  y dos más hechas de madera una de frente a nosotros y otra del otro lado de las escaleras-¿Cual es tu cuarto?-  me preguntó -Me puedes bajar si deseas, creo que puedo llegar a mi cama sola- le dije esperando poder bajarme y dejar de ver el suelo más lejos de lo que estaba acostumbrada. No era mi culpa que fuera tan baja de estatura, es culpa de él por parecer un fuerte roble -Tengo ese presentimiento de que no iras a descansar ¿Puedes decirme cual es tu habitación?- preguntó de nuevo y simplemente suspire -La puerta de madera frente a ti es mi habitación. Hay muchas cosas regadas ten cuidado por donde pisas- le avise porque enserio mi cuarto era un desastre, en mi tiempo libre dibujaba lo primero que me venía a la mente, además había muchos libros amontonados que ya no cabían en mi librero. 

Richard tuvo el cuidado de no pisar mis dibujos, recogiendo algunos hasta que le dije que me dolía la nariz cuando hacia eso. Espero a que yo me recostara en la cama -Muchas gracias por cargarme hasta aquí- le dije -Pero, no tienes que ir a trabajar?- le pregunté esperando no ser un obstáculo para él, pero lo negó -Acabe todo con anticipación por la idea de cenar en tu casa, pensaba que si acababa todo pronto tendría las tardes libres, igualmente aun no soy presidente, tan solo soy vicepresidente. Quien está trabajando en estos momentos es mi tío- me dijo despreocupado -Si así están las cosas esta bien. Si deseas puedes irte, te prometo que me quedare en cama hasta que mi hermano o mi mama lleguen- le asegure sin esperar nada -No te preocupes me quedaré aquí. Tengo miedo de que pierdas el equilibrio cuando te quieras levantar- me dijo alegre -Entonces dormiré, te parece? Puedes usar mi laptop y usar la sala eso sí, si quieres ver una serie o película tienes que verla en mi cuenta porque después mi mamá se queja de las recomendaciones- le dije sonriendo tratando de hacer el ambiente más relajado para mí, él asintió y bajó a la sala mientras yo simplemente me acurruque en las calentitas cobijas.



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En el texto hay: baile, romance, extranjeros

Editado: 23.07.2020

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