Un Contrato con el Diablo

Capítulo 1. "El Paquete en el Buzón"

Inglaterra, 1 de noviembre de 1969.
3:00 PM.

Era un día como cualquier otro, en una pequeña ciudad boscosa cubierta por el frío del invierno que se avecinaba.

Leander Hodge, se encontraba en su habitación, recostado sobre su cama mirando el techo mientras tenía un debate consigo mismo:
Hace un mes que le había entrado en la cabeza la idea de saber lo que se sentía estar bajo los efectos de alguna droga y hace algunas semanas había encontrado a alguien que le dió la oportunidad de conseguirla.
Sabía que en lo que se metía podría ocasionar problemas, pero ese pensamiento giraba en su mente sin cesar.

Lean se puso su abrigo y salió de su habitación para dirigirse a la planta baja de la casa en la que vivían los cuatro.

—¿A dónde vas? —Samson lo vió por el rabillo del ojo con un periodico en sus manos.

—A ninguna parte —respondió Lean a la vez que abría la puerta principal de la casa, para después irse sin decir nada más.

Samson al igual que Oliver, sabían que algo sucedía con él, solo que... no querían tener que enfrentarlo.

Lean caminó a una parada y subió a un autobús.
Poco tiempo después llegó a su destino.
Ahora estaba en un lugar con casas y calles descuidadas y una espesa neblina cubría todo el solitario lugar. Caminó hacia un callejón en donde había un hombre de ropa oscura y un poco sucia, de tez blanca, cabello rubio rojizo y ojos heterocromáticos, que miraba como Lean se acercaba cada vez más a él.

—¿Qué haces aquí? —inició la conversación aquel hombre.

—Creo que sabes por qué estoy aquí —contestó Lean.

—Lástima, ya no tengo más —dijo el hombre dando media vuelta dispuesto a irse.

—¡Espera!, ¡te pagaré más!

De inmediato, en el rostro del desconocido se formó una disimulada sonrisa.

—Está bien —dijo el hombre—, ¡si tanto lo quieres, toma! —metió su mano en un bolsillo de su abrigo y de ahí sacó un pequeño papel con una dirección escrita— Ahí habrá un buzón, solo mete la mano y ¡ahí estará! —dijo mientras le dirigía una sonrisa.

Lean miró aquel papel confundido.
—¿Así nada más? —dijo, pero el hombre ya se había alejado.

Lean no sabía que hacer, de nuevo tenía ese debate en su cabeza, no le daba confianza para nada, pero era su única opción.

«Calle Wooster detrás de la avenida W. Houston...» leyó en su mente.

8:30 PM.

Oliver preparaba la cena, la cual era comida instantánea de supermercado.

—No es por presumir, pero soy un gran chef —dijo Oliver con una gran sonrisa, mientras los demás lo miraban incrédulos.

Todos se sentaron en el comedor para cenar.
Mientras tanto, Lean seguía perdido en sus pensamientos sobre lo que haría el día de mañana, cuando una voz lo interrumpió.

—Oye Jonesy, ¿cómo te va con tu bajo? —preguntó el chico rubio de la mesa, Oliver.

—De hecho, mañana temprano iré a recogerlo —dijo Simon, que había dejado su bajo en una tienda para que lo repararan.

—Ah... ¿Y dónde está la tienda? —cuestionó Oliver de manera despreocupada a la vez que revolvía su comida.

—En la Avenida W. Houston.

Aquello le causó impresión a Lean, pues estaba muy cerca de la dirección que le había dado el hombre.

Entonces, se le ocurrió una idea.
Después de todo, sabía que Oliver y Samson tenían sospechas de él. Simon era su única opción.

12:00 AM.

Había esperado hasta que fuera tarde para poder hacer lo que tenía en mente sin que Oliver ni Samson se enteraran, los cuales se encontraban en la parte baja de la casa viendo la televisión. Lean salió de su habitación con sigilo y se dirigió a la de Simon que se encontraba cerca de la suya, después tocó la puerta. Solo pasaron algunos segundos para que la abriera.

—¿Qué pasa?, estaba a punto de dormir —dijo Simon con rostro cansado.

—Solo venía a pedirte... un favor.

—¿Qué favor?

—Dijiste que mañana irías a recoger tu bajo, por la avenida W. Houston —jugaba con sus dedos.

—Así es.

—Me llegó un paquete de correo en un buzón cerca de ahí... ¿Podrías recogerlo por mi?

—¿Está bien? —respondió Simon con tono de confusión, le parecía extraño que el correo llegara a ese buzón y no al buzón de la casa donde vivían.

Aun así, no preguntó.

—Gracias. Mira, esta es la dirección —dijo Lean mientras le daba otro papel con la misma dirección escrita. Después se alejó hacia su habitación—. ¡Ah! y... solo no lo abras, ya sabes, podría dañarse su interior.
Jones solo asintió.

Y justo unos segundos después de que el chico de cabello oscuro cerrara la puerta de su habitación, Sam subió por las escaleras.

—Oye Jonesy, ¿podrías ayudarme con Oliver?, se quedó dormido en el sillón y ahora no quiere levantarse.

—Está bien... —Simon solo suspiró por el cansancio.

Ambos cargaron a Oliver hasta su habitación, salieron y en cuanto cerraron la puerta Samson no pudo contenerse y preguntó carcomido por la curiosidad.
—Vi que hablabas con Lean, podría saber, ¿qué fue lo que te dijo?

—Solo quería que recogiera un paquete de correo en un buzón cerca del lugar a donde iré mañana, ¡incluso me dió una dirección!

—Y... ¿no te dijo que era? —arqueó la ceja confundido.

—No, de hecho me dijo que no lo abriera.

Sam solo se limitó a pensar el probable contenido de ese "correo".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.