DANIELA B.
Que le sucede a este tipo? Es un idiota,despreciable, arrogante, inhumano, no se supone que los lobos se cuidan entre sí, uff qué mentira.
Necesito buscar una manera rápida para salir de aquí o puede que terminemos muy mal. Miro a Mateo, el es la razón por la cual nos encontramos en este lugar y si quiero protegerlo tengo que sacarlo ya.
-Pequeño mírame- le pido a mi hermano poco a poco abre los ojos mostrándome aquel color marrón que tanto me gusta.
-Dany, ¿Que nos haran aquellos hombres? - pregunta, me limito a mirarlo y apretarlo más a mi pecho.
-Escúchame Mateo tenemos que salir de aquí, no podemos quedarnos, sea lo que sea que planen para nosotros no es nada bueno - lo levanto, me acerco a mirar por una pequeña rendija que es la unica que hay en el lugar, la cual pertenece a la puerta de la celda.
-Dany y si nos descubren- me cuestiona, como decirle que quizá podemos morir, no quiero que algo malo le pase, tenia que esperar un poco mas para venir aquí.
-Nada malo va a pasarte, yo prometí cuidarte y es lo que haré, de acuerdo- asiente, sigo vigilando creando un rápido plan de escape.
Miro de nuevo por la reja, todo es oscuro por fuera solo unas pequeñas luces parecen dar poca iluminación.
Me alejo al momento en el que el mismo sujeto que nos trajo aquí abre la puerta.
-Me llevaré al niño - dice mirando a mi hermano.
-No, él no va a ningún lado sin mí- me interpongo entre el hombre y Mateo .
-Lo siento señorita pero fue orden del alfa-avanza hacia nosotros, retrocedemos un poco- tendrá que ir conmigo con o sin su autorización.
-No te lo llevaras a ningún lado- digo, con determinación utilizo mi cuerpo como escudo, el hombre parece pensar por un momento, con un empujón me separa de Mateo arrastrando su cuerpo hasta la puerta, me levanto como puedo y voy tras el hombre.
Tomo de una cama vieja un trozo de fierro estrellandolo en su cabeza que lo hace caer, aprovecho el poco tiempo que el golpe me ha dado tomando la mano de Mateo.
Corriendo del lugar tomamos camino hacia el pueblo, Mateo se aferra a mi mano mientras intento ayudarlo a correr más rápido. La gente nos mira con curiosidad, y algunos otros con molestia, no me importa ni tomo mucha importancia mientras intento que el tiempo me dé una buena ventaja.
Una alarma se hace escuchar por los altavoces en los postes de luz, con temor apresuro el paso ante la evidente amenaza.
-Mateo, corre!!! - le grito para que no deje de hacerlo, mientras miro como poco a poco lobos de gran tamaño se acercan cada vez más a nosotros.
-Dany, el bosque- grita de vuelta mi hermano, miro el inicio de este dirigiendo nuestro camino hasta el, si logramos pasar sus límites podemos salir ilesos de esto.
Los aullidos me asustan, la adrenalina corre por mis venas llevándome a un limite entre desesperación y miedo. Aprieto más la mano de Mateo haciéndolo correr más rápido si eso es posible, cada vez se ven más cerca.
Comenzamos a saltar raíces y esquivar ramas que nos impiden avanzar con más libertadad, casi llegamos estoy segura de ello, solo un poco más y...
Caigo en la tierra con un enorme lobo negro encima, mostrándome sus colmillo, he perdido la mano de Mateo, el miedo me hace quedarme estática mientras el lobo sigue mostrandose imponente.
-Dany ayúdame!!! - mi mirada sigue la voz del pequeño, dos hombres lo toman de ambos brazos llevándole con ellos, alejandolo de mí.
-Sueltenlo!! - grito desesperada, intento quitar de enzima la gran bola de pelos sin exito alguno, comienzo a patalear y golpear para lograrlo, son determinación de liberarme a cualquier costo.
-Detente- potente y sin espacio de negación ordena en mi mente.
Los ojos rojos como la sangre misma me detallan dispuesto a atacar, solo faltando un motivo más para que pueda hacerlo.
-Dejame ir-susurro bajo, con temor a más no poder.
El lobo se doblega retrocediendo, volviendo a su forma original, me levanto del sitio encontrando al Alfa que no hace nada por ocultar el claro enojo que surca su mirada.
-Llevenla a una celda- ordena mirando a los hombres detrás de él, hasta ese momento me doy cuenta que mi intento de huida solo ha sido en vano.
Toman mis manos impidiendome moverme, arrastrandome de vuelta.
-Suéltame- gruño al hombre que me lleva hasta la celda, no me mira solo niega mientras lucho.
La habitación me recibe de nueva cuenta, el hombre me deja y cierra la puerta a sus espaldas.
No puedo quedarme de brazos cruzados, miro la reja, no puedo imaginar lo que deben estar haciéndole mientras yo me encuentro encerrada, comienzo a gritar como loca, golpeo la puerta en un mal intento de derribarla.
-Guarda silencio!! - un chico con semblante molesto se deja ver por la rendilla.
-Llévame con mi hermano, por favor- le suplico, esperando un poco de su compasión.
-Mejor olvidate de el, ya debe de estar dándole de comer a los sabuesos.
-Te lo pido, por favor, dejame salir, si?, juro que no le diré a nadie que me has ayudado.
-Mira humana, es mejor que te calles por voluntad , si no quieres que te callemos nosotros- dice acercándose a mi peligrosamente, por auto reflejo retrocedo hasta llegar al pie de la cama, la puerta se habré dejándome ver al hombre a quien he dejado un buen golpe antes de intentar huir.
-Por favor llévame con él, te lo pido- vuelvo a insistir, el hombre que ahora se encuentra a centímetros de mi se acerca aun más.
-Te lo advertí- toma mi brazo hasta apretarlo, el dolor se expande por la zona- No creas que he olvidado esto - con su mano muestra la sangre seca que ha quedado después del goloe.
Con miedo intento alejarlo, se que no puedo hacer muchono, su fuerza y tamaño es muy superior a la mía, lo único que me queda es rezar por que alguien se apiade de mi y lo detenga.
En un movimiento ágil toma mis cabellos lanzandome al suelo, intento levantarme con el propósito de enfrentarlo cuando me vuelve al suelo soltándome una bofetada, mi mejilla arde, miro la puerta abierta, una idea idiota pasa por mi cabeza en el momento que un golpe en mi abdomen hace que pierda el aire en mis pulmones haciéndome el imposible respirar.