Un día a la vez

Capítulo 1: El viaje

Era un jueves a las 3 de la tarde, hacía sol y yo estaba alistando mis maletas. En unos días viajaría a Italia para ver a toda mi familia y celebrar mi cumpleaños número 17. No era la primera vez que iría pero este año me emocionaba mucho porque viajaría sola y con un objetivo en mente, buscar la manera de estudiar y trabajar. 

Mi novio Yharem, estaba muy triste porque tal vez no nos volveríamos a ver en mucho tiempo. Quería pasar un día entero conmigo para despedirnos bonito pero, mi familia siempre se interpuso en mi relación y no me dejaban verlo ni estar con el. Nuestra relación era a escondidas, siempre teníamos que encontrarnos cuando mis papás no estaban o cuando salía del colegio. 

El teléfono suena: Llamada de “Yharem❤️” entrante…

- Hola bonito, ¿como estas?

- Estaba pensando si esta noche podríamos vernos.

- La única manera de vernos sería… 

- Dafeer ni digas escapándote, no quiero arruinar la relación que tienes con tus papás. Puede que te metas en problemas.

- No va a pasar nada, solo una última noche. Me iré el domingo y no se cuando te vere, quizás en años. 

- Si, tienes razón princesa. Seremos cuidadosos si? pero no te quedaras mucho tiempo.

- Lo prometo!!! 

- Esta bien, te dejo terminar tus cosas bonita. Besos.

- Te amo.

- Te amo más.

Me preocupaba el hecho de tener una relación a distancia con Yharem, pues el no tenía una buena reputación en el pasado. Era el típico chico que engañaba y jugaba con las chicas. Pero siempre puse la confianza y el amor por delante, tratando de no sobre pensar mucho. Me había demostrado ser otra persona, o eso creía yo…

Llego la media noche, estaba muy nerviosa pero feliz de poder verlo una última vez. Como otras veces, me aseguré de que mis papás estén dormidos y salí por la ventana de mi cuarto. Yharem me esperaba afuera de mi casa, estaba muy guapo como siempre. Me puse de puntas para darle un beso en la mejilla y nos fuimos rápido, no queríamos que los vecinos nos vieran.

Llegando a su casa, el había preparado un mini cine en su cuarto con muchas almohadas y comida. Elegimos una película y nos echamos a mirar mientras conversábamos y reíamos un poco.

Yo estaba algo triste, me puse mirando a la pared y el me abrazo tiernamente por atrás, preguntando— ¿Dafeer te sientes bien?
Me volteó para abrazarlo y respondí— Si, solo que no quiero alejarme de ti. Pienso mucho en como será nuestra relación, yo no quiero que termine.

Me beso y con una sonrisa tierna me dijo— No va a pasar nada eso princesa, nuestro amor es más fuerte y nosotros haremos que todo funcione. 

Me siguió besando y sin pensarlo, un momento tan romantico se convirtió en pasional. Su mano bajaba y subía lentamente por mi muslo, apretando con delicadeza. Los besos se pusieron más intensos y terminé estando encima de él. 
Nunca antes había pasado algo así, se sentía extraño pero de alguna manera yo no quería que el deje de hacerlo. 

Me sacó el polo y desabrochó mi short, con una mano me echo en la cama y se puso encima de mi para besarme y terminar de desvestirme. Se quitó el polo y sus besos húmedos iban bajando por todo mi torso... Me preguntó si estaba lista y prometió cuidarme, yo asentí con la cabeza y disfruté el momento. 

Eran las 4:30 de la madrugada y me dejó en mi casa. Me bañe y me eche en la cama a mirar el techo con una sonrisa pícara pensando en todo lo que había pasado en esas 5 horas. 

Ya era domingo, yo estaba de camino al aeropuerto con sentimientos cruzados. El pensar que dejaría todo aquí, mis amigos, mi casa, mi novio, la escuela y demás, me ponía muy triste y sentimental. Pero por otro lado, el hecho de ver a mi familia nuevamente y pasear por Italia una vez más era maravilloso para mí, me ponía muy contenta y emocionada.

Cuando subí al avión me di cuenta que ya no había marcha atrás, estaba con un pie en Europa nuevamente. Me la pasé todo el viaje viendo películas y escuchando músicas para matar el tiempo y el aburrimiento. 

Por fin, ya estaba en Italia. A lo lejos vi a mi abuela con mis dos pequeños primitos y un cartel muy bonito para mí.

”🌸Benvenuto Dafeer, ti amiamo molto🌸”

Las lágrimas no faltaron y los abrazos tampoco. Llegando a la casa estaba conversando con todos mis tíos y mi abuela sobre como estaban mis papás en Perú y la situación por la que se atravesaban después de la pandemia del Covid-19, los llamé y les conté que había llegado bien y que ya los extraño mucho. 

Al rato me quede dormida porque me sentía cansada y la diferencia de horario me hacía querer dormir aún más.Cuando desperté, tenía muchos mensajes de mis amigos y de Yharem.

Chat: Yharem❤️

+9

Dafeer

Dafeer

llegaste bien?

contestame, estoy preocupado 

Eyyy bonita, estas?

Hola cariño, si estoy bien

me dormí, estaba muy cansada

¿como estas tu?

¿ya me extrañas?

Tu sabes que si

Ando bien, fui a entrenar futbol 

ahora tengo sueño, es muy tarde aquí

mejor descansa, yo tengo un día largo hoy

Duerme bien. Te amo.

Te amo. 

Disfruta tu día.

 

Como era de esperarse, nuestra conversación fue muy corta. Son 7 horas de diferencia y muchos kilometros que nos separaban, aquí era invierno y la lluvia con truenos fuertes pero bonitos me recibieron. No pude salir de la casa, quería comprar algo de ropa y ver a mis amigos, sabían que venía y ellos querían darme una sorpresa. 

Era medio día y la lluvia aún no paraba, empece a organizar mi habitación con la ropa y cosas que había traído, que por cierto no era mucho porque aquí me compraría casi todas las cosas que necesite, es muy barato a diferencia de Perú. 

Mi prima Fran me hizo un dibujo de nosotras dos en un jardín de flores y nuestros nombres. Ella estaba emocionada y me contaba que en su escuela ya le enseñaban a escribir. Dann el hermano de Fran, me quería acompañar a todos lados, al baño, la cocina, el cuarto, la sala. Me hacía muchas preguntas de Perú y del avión, de la comida, de los juegos, de todo. 




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