Un día para recordar

Capítulo IV

 

Nos encontrábamos en el estadio y el partido ya había comenzado mi hermana y Estrella estaban gritando sin cesar, la algarabía estaba al máximo, volteo a mi izquierda y me encuentro con Julián, estaba luchando por subir las gradas y estar al lado de nosotros.

-Oh mira, Juliancito vino –mi hermana le dijo a Estrella y las dos se rieron y él les lanzó una mirada asesina. No quería estar en lugar de Julián, mi hermana cuando se lo proponía podía ser un terrible dolor de cabeza, de esos que ni con píldoras te pasan.

La euforia crecía en la hinchada hasta que llego el primer gol, eso fue increíble no podía de la emoción, gritábamos como locos hasta el aguafiestas de Julián estaba gritando. Por un momento olvidó que era el gran joven Montesinos y disfrutamos como nunca el partido, esa primera salida con nuestros hermanos mayores fue genial, al salir del estadio lo bien que la habíamos pasado se convirtió en un recuerdo fugaz, afuera se había armado un disturbio, las barras bravas comenzaban a enfrentarse tirándose piedras, palos, botellas todo lo que encontraban a su paso. Yo protegí a Estrella y cuando busque a mi hermana me lleve una gran sorpresa, Julián la estaba protegiendo de todo el gentío enfurecido, gritó algo que no entendía y luego señaló con sus manos que volteáramos a la izquierda, hice lo que me dijo y avanzamos con Estrella, corrimos hasta alejarnos de todo el gentío, pasaron alrededor de 15 minutos y ellos no aparecían, yo ya estaba empezando a desesperarme, venían atrás de nosotros, porque se demoraban tanto, me preocupaba la sola idea de que mi hermana estuviera herida.

- ¿Les habrá pasado algo?, mi hermana estará… -Estrella no me dejo terminar mi frase

-No lo creo, mi hermano es antipático, pero es un caballero, no dejaría que le pase nada a tu hermana –la mire algo dudoso, pero no me quedaba de otra, tenía que confiar en Julián, no podía regresar al lugar del disturbio y dejar sola a Estrella, me sentía entre la espada y la pared, hasta que vi una imagen que me calmo. Julián venía con mi hermana en brazos. ¡Rayos! ¡Que le paso!

-Ahí están –ambos corrimos hasta ellos, quería preguntarle a mi hermana si estaba bien, pero Julián fue cortante y nos dijo que avanzáramos, no entendía nada, pero su rostro reflejaba preocupación y me grito.

- ¡Corran!, comenzaron a disparar.

Sentí un escalofrío correr por mi cuerpo, siempre habíamos venido a ver el clásico del astillero, antes no había estos tipos de disturbios, miles de cosas pasaron por mi mente, algunas que ya no recuerdo, pero la mano de Estrella me saco de mi trance, la tome de la mano y corrimos sin parar, los disparos se comenzaron a escuchar más cerca. Entonces busque algún lugar que pueda protegernos de las balas. Mire a Estrella estaba pálida y asustada, me acerque y la abrace fuerte, quería hacerle sentir protegida, aunque era algo casi imposible ya que el disturbio no cesaba.

Pude ver como Julián se metía en un callejón más adelante con mi hermana en brazos, entonces protegí a Estrella y corrimos hasta donde estaban. Al fin parecía que nos habíamos alejado de la multitud enfurecida y Julián estaba llamando un taxi, mi hermana sigue en los brazos de Julián y eso me preocupa, un taxi paro y fuimos directo al hospital.

Quería preguntarle a mi hermana si se encontraba bien, pero ella estaba aferrada a Julián, entonces fui prudente y abrace al fijarme, Estrella estaba aferrada a mí de la misma manera, mi niña de ojos marrones estaba asustada, la abrace muy fuerte como si la vida se me fuese en ese abrazo…




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