Un Diablo Encantador

CAPITULO 5

NATASHA 

Acomodo todo en mí pequeño negocio, después de pagar los tratamientos de mí hermano abrí un pequeño local. Con los ingresos puedo seguir pagando los gastos de Aarón y el alquiler de mí nuevo apartamento. 

Los últimos dos meses me la pase pensando en Daryl Victorino, mí primer y único hombre. ¿Es posible estar enamorada de alguien quien quizás piense que no eras más que una simple... Prostituta?.

 

– ¿Cómo estás? –me pregunta Scarlett.

 

– Scarlett... Bienvenida –le digo–. Estoy bien. ¿Y tu? 

 

– Muy bien. ¿Y tu? ¿Algún síntoma de embarazo? –me pregunta curiosa–. ¿Náuseas, mareos, antojos?.

 

– ¡Ay por amor de Dios! –exclamo–. Por favor. La tienes con eso. 

 

– ¿¡QUE!? –exclama–. Imagina estar embarazada de Daryl Victorino. Tienes la vida ganada.

 

– ¿Estás embarazada, mamá? –pregunta Aarón.

 

Miro a Scarlett con desespero y me agachó a altura de Aarón. 

 

– No, mí amor –le beso la frente–. La tía Scarlett solo está bromeando.

 

– ¿No tendré un hermano? –pregunta triste.

 

– Por ahora no, cielo –me levanto–. Anda ve a hacer tu tarea. 

 

– Está bien, mamá –se va corriendo. 

 

– ¿Quieres dejar de decir esas cosas frente a Aarón? –le reclamo–. No tienes filtro. 

 

– Perdón es que me emociona –me sonríe–. Al menos dime... ¿Que tan bueno es? 

 

– Ay Dios mio... Dame paciencia por favor –suspiro–. Basta ya. 

 

– Pero dime... –insiste–. ¿Rudo, tierno, salvaje, apasionado? ¡DIME! 

 

– Tierno –le respondo–. Tierno y apasionado. ¿Contenta? 

 

– ¿De que tamaño estamos hablando? –me pregunta.

 

– ¡SCARLETT! –le digo molesta y seguramente sonrojada–. ¡Basta ya! ¿Okey?.

 

– Dame un aproximado –se apoya en el mostrador. 

 

Suspiro y le hago un tamaño exacto de lo que quiere. Sus ojos no tardan en abrirse como platos, trata de decir algo pero su boca solo se abre y cierra varias veces.

 

– ¿Eso... –dice sorprendida–... En ti? 

 

– Bueno, si –le digo confundida–. ¿Por qué? 

 

– ¡POR EL AMOR DE TODOS LOS DIOSES! –mira al cielo–. ¡Ese hombre es un súper dotado! 

 

– Y bueno... Funciona muy bien –digo sonrojada–. Muy bien.

 

– Ay dios... –dice mirando al cielo–. Quiero un hombre así, un hombre con todas las letras, que te agarre en la cama y te deje en silla de ruedas por días. 

 

– Basta, Scarlett –le tapo la boca–. ¿Que tal si Aarón te escucha?. Por favor.

 

– Okey, okey... –dice–. Dios mio, esos son hombres tan... ¡Uf!. 

 

Entonces la campanilla de la puerta se escucha, entran un grupo de hombres, tres hombres entran riéndose y nos miran. Se acercan, tienen mala pinta.

 

– Buenos días, señoritas –nos dice uno de ellos–. Queríamos golosinas y encontramos dos bombones. 

 

– ¿No habían más piropos en la fábrica, chicos? –pregunta Scarlett. 

 

– No hablamos contigo, zorra –le dice y me mira–. En cambio tu eres una belleza. ¿Esta obra de arte tiene nombre? 

 

– Si, tiene nombre –le digo–. ¿Quieres saber cuál es? 

 

– Claro que queremos saber –dice otro–. Quizas podamos arreglar algo entro los cuatro.

 

– Bueno, mí nombre es –muestro el anillo de mi dedo anular–. "Estoy comprometida". ¿Les gusta? 

 

El santo anillo, lo llevo para cuando alguien quiere hacerse el coqueto. Funciona ya que muchos hombres son respetuosos, pero estos parecen no querer ceder. 

 

– Perfecto –me dicen–. Nos gustan los desafíos. Él no tiene porqué enterarse.

 

– ¿Vinieron a comprar algo o no? –pregunto cortante–. Sino ya que no se van tendré que llamar a la policía. 

 

– Mí padre es el comisario, querida –me dice unao de ellos tratando de tocarme.

 

No doy tiempo a nada, le sujeto la mano en el aire y le doblo los dedos, como autodefensa se dobla en la misma dirección.

 

– Cruzaste la raya –le digo–. Ahora tu y tus amigos se irán de aquí. 

 

Suelto su mano y los tres se van. Tengo muy mal presentimiento.

 

– Que maleducados –dice Scarlett.

 

– Si, muy –suspiro–. Bueno, tengo que acomodar algunas cosas más. 

 

Con ayuda de Scarlett acomodo todo en unos minutos, atiendo a muchos clientes. Rápidamente pasa la hora de cerrar la tienda, apagó las luces y bajo las persianas. 

Nos despedimos de Scarlett quien se va en dirección opuesta. Aarón y yo vamos caminando hasta nuestro apartamento. Tomo su manita entre la mía.

 

– ¡Buenas noches! –me dicen. 

 

Me giro para encontrarme a los mismos chicos de hoy temprano. 

 

– ¿Su prometido no fue a buscarla? –me pregunta burlón.

 

– ¿No ven que estoy con un niño? –pregunto molesta–. ¡Váyansen! 

 

Intento seguir caminando pero uno de ellos me toma del brazo fuertemente, Aarón se enreda a mí brazo asustado. 

 

– El niño no será impedimento para nuestra diversión –me dice con una sonrisa sinica. 

 

– Mami... –me dice Aarón–. Tengo miedo, mami. 

 

– Oh... Tendrás más miedo aún, pequeño –mira a sus compañeros–. Encarguénsen de él.

 

– ¡CORRE AARÓN! –le gritó. 

 

Aarón empieza a correr lejos, lo miro alejarse mientras lucho contra estos malditos. Entre los tres me levantan y me llevan a un callejón, tengo que defenderme... Sino hago algo será demasiado tarde. 

 

– Mmhh... Hueles bien, muñeca –me dice uno oliendo mí cuello.

 

– ¡SUELTAME! –grito–. ¡DEJAME MALDITO, HIJO DE PUTA! 

 

Entonces me empuja y mí cabeza choca de lleno contra el suelo, me aturdo solo siento cuando uno de ellos me sujetan las manos y otro las piernas, mientras que otro se sube encima mío y desagarra mí chaqueta. 

Intento forsejear sin fuerzas, entonces cuando veía todo perdido un disparo suena en el aire. 



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En el texto hay: trato, _romance__, _mafia_

Editado: 06.10.2021

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