El tiempo siguió pasando y ya era un nuevo día. Con mis leggins y mi blusa que usaba para hacer ejercicio, mi cabello amarrado y mis audífonos, salí a correr con Leo. Esa mañana era increíble, había un gran clima y todo estaba tranquilo. Llegué al lugar donde se encontraba el pozo roto corriendo, ahí era mi límite y me detenía a descansar mientras miraba el pozo, solo que ese día había algo extraño en él y no pude evitar detenerme a observarlo. Leo se acostó y yo miré fijamente al pozo.
—Qué extraño —dije en mis pensamientos.
El pozo ya tenía una base construida y el brocal estaba completo, lo único que faltaba era que el techo fuera construido, lo raro era que en poco tiempo pudieron reconstruir ese pozo y mayormente se tardan mucho. Quise marcarle a Leondre para contarle, solo que era muy temprano y no sabía si estaba despierto.
—En verdad esto es extraño —dije en voz alta.
Decidí ignorarlo y regresar corriendo a casa con Leo. Llegamos y cuando entramos, Leo corrió hacia su traste para tomar agua y yo al refrigerador para tomar agua fría, lo necesitaba. Me hice de desayunar algo ligero y después me senté en el piso para descansar, no quería manchar de sudor los muebles. Poco después mi celular comenzó a sonar y cuando vi la pantalla sonreí, era Leondre.
—Hola, Leondre —saludé con emoción.
—Qué rápida eres al contestar —rio.
—¿Ya ves? —reí.
—Ya quiero verte, Emma, estar en Manchester sin ti es muy duro —dijo con tristeza.
—Lo sé, igual siento lo mismo, solo porque mi vuelo a Noruega es en unos días no pude acompañarte, pero en verdad quería ir —dije.
—Espero que algún día podamos hacer una colaboración, sería maravilloso —dijo.
—Deseo lo mismo, Leo, quisiera estar en su próxima gira cantando con ustedes.
—Ya me lo imaginé —rio—, en verdad quisiera que estuvieras aquí, es muy agotador porque después iremos a Polonia.
—No te preocupes por eso, amor, ya nos veremos pronto —sonreí aunque no me viera.
Leondre se quedó en silencio y es cuando me di cuenta de lo que dije.
—¿Cómo me llamaste? —preguntó sorprendido.
—¿Qué? —pregunté como si no pasara nada.
—Sigue llamándome así, me encanta —dijo.
—Te quiero mucho, Leondre —dije con una sonrisa.
—Yo más, Emma, significas mucho para mí.
—¿Pueden dejarme dormir? Tenemos un concierto y realmente sus cosas de amor dan flojera —dijo Charlie.
Reímos.
—Debo irme, linda, hablamos al rato —dijo Leondre.
Reí.
—Sí, Leo, nos vemos —me despedí.
—Te quiero —dijo.
—Yo más —le mandé un beso.
Cuando colgamos yo me fui a sentar en el sillón, prendí la televisión y el programa de chismes de famosos estaba al aire, lo malo es que se encontraban hablando de mí.
—Emma Cisneros, la mexicana más reconocida del momento está arrasando las redes sociales y teniendo un momento muy fuerte en su carrera —dijo—. Después de haber subido videos a la plataforma más conocida, YouTube, se hizo conocida y le llovieron muchas oportunidades con disqueras —contó—. Los recientes premios Britain’s Musis Awards fueron una completa sorpresa para ella porque ganó en la categoría que estaba nominada y tuvo una presentación donde cantó su sencillo más reciente, «Perfect»; después de este acontecimiento fue más reconocida en Londres y al parecer en el amor, ya que fue sorprendida con una persona en su carro —dijo—. Algunas fuentes cercanas dicen que fueron a comprar algunas cosas, solo que no sabemos con certeza quién era esa persona y qué son.
Ya estaban por descubrirnos y me puse a dudar si era buena idea de que Leondre y yo hiciéramos el viaje a México, fácilmente iban a darse cuenta y tendríamos que confirmar lo que pasaba entre nosotros.
—¿Emma? —preguntó mi mamá mientras bajaba las escaleras.
—¿Sí?
—¿Fuiste a correr? —pregunté.
—Sí, mamá —dije.
—¿Y no te diste un baño? Ve a darte un baño, tu sudor quedará en el sillón —regañó.
Reí.
—Sí, mamá.
Subí las escaleras corriendo junto con Leo y entramos a mi habitación, él se acostó en su cama y yo me metí al baño. Leondre apareció en mi mente y sonreí, tenía todos los momentos guardados en mi corazón y no podía evitar sentirme así. El amor que sentía por él era tan grande y no podía creer que me haya tocado volver a sentir algo por alguien, él era una persona muy especial y tenía algo que nadie más tenía. Me di el baño y al finalizar, salí para secarme y ponerme mi ropa.
—¡Voy a preparar el desayuno! —exclamó mi mamá desde la planta baja.
Salí de mi habitación con Leo siguiéndome y bajamos las escaleras corriendo.
—¿Quieres que te ayude? —pregunté.
—No, hija, está bien así —dijo.
Prendí la televisión de la sala de estar y volví con mi mamá a la cocina.
—¿Ya hablaste con Ana del viaje a Noruega? —preguntó mi mamá.
—Es cierto, no lo he hecho —dije y reí.
Agarré mi celular y le marqué a Ana rápidamente, ella contestó de inmediato.
—Hola, Emma —saludó.
—¿Ya estás lista para nuestro viaje a Noruega? —pregunté con emoción.
—Por supuesto que sí, de hecho hablé con Sony México y estuve viendo los últimos detalles con ellos, están contentos por ese paso en tu carrera —dijo.
—Me alegro demasiado que estén felices de ese paso, yo igual estoy muy emocionada —dije.
—Igual yo, Emma, mientras ve preparando tus cosas, el tiempo pasa muy rápido —aconsejó.
—Está bien, lo haré.
—Bueno, te dejo, debo hacer algunas cosas en el departamento —dijo.
—Claro que sí, nos estamos hablando.
Nos despedimos y colgamos.
—¿Te dijo lo que pienso que te dijo? —preguntó mi mamá.
Reí.
—Hazlo —ordenó.
Volví a reír.
Subí a mi habitación con Leo siguiéndome (siempre hacía lo mismo) y comencé a ver todas las cosas que iba a llevar, no iba a ser tanto porque no nos iríamos por mucho tiempo, así que traté de que fuera poco.