Un estado de shock
Un estado de shock es algo que se conoce clínicamente, pero que pocos entienden verdaderamente, a menudo se utiliza como una expresión cotidiana, pero lo que realmente implica va mucho más allá de las palabras, el shock es un proceso doloroso que se desglosa en cinco etapas, cada una marcada por un sufrimiento profundo y una transformación emocional que pocos pueden describir con precisión. Hoy miraremos el proceso ….. en 5 etapas
El aire es denso, pesado, y el mundo parece no entenderse. Lo primero que percibes es el sonido de tu respiración, profunda y descontrolada. Cada inhalación es un esfuerzo. Las sombras se alargan ante ti, pero tú estás quieto. Las manos, frías, tiemblan con un ritmo irregular, como si el cuerpo no pudiera decidir si quedarse o huir.
Tus ojos intentan enfocar, pero la realidad parece un lienzo borroso, desdibujado. El tiempo se ha detenido, o quizás solo se ha ralentizado. Algo pesado se siente en tu pecho, un vacío que no sabes si llenar o deshacerte de él. Tus pies no responden. El suelo bajo ti parece cada vez más distante, como si estuvieras flotando sobre él, sin poder tocarlo realmente.
"Respira", te dices a ti mismo. Pero no sabes por qué lo dices. No tienes la certeza de que respires correctamente. Es una frase vacía que te repites para no perderte, para aferrarte a algo que parece seguro.
Una voz te llama, pero sus palabras son tan lejanas como si vinieran de otro lugar. Te preguntas si siquiera te está hablando a ti. ¿Está sucediendo esto de verdad?
"¿Estás bien?", pregunta. Tu respuesta es automática, una máscara que te pones.
"Sí... sí, estoy bien", contestas. Pero ni tú mismo crees en tus palabras.
La desesperación te da un vistazo, pero no la entiendes aún. Te asustas, te paralizas, te haces pequeño. El mundo sigue girando, pero tú no sabes si eres parte de él o un espectador atrapado en una burbuja de incertidumbre.