Los días siguen pasando, pero te sientes como si hubieras quedado atrapado en un espacio vacío. El tiempo no parece avanzar o al menos no para ti, la gente te mira, pero sus rostros son solo sombras. Las palabras de consuelo caen en tu mente como gotas de lluvia, sin lograr hacer el más mínimo cambio.
"Lo superarás", te dicen. "Solo toma tiempo." Pero esas frases no tienen peso, no sabes qué hacer con ellas. La mente parece un cuarto lleno de ecos, voces que repiten lo que ya sabes, pero que no te ayudan a entender lo que realmente estás viviendo.
A veces, pasas horas mirando al vacío. No hay imágenes claras en tu cabeza, solo flashes de lo que sucedió, pero son fragmentos, como piezas de un rompecabezas que no sabes cómo encajar, el dolor no es inmediato, pero es constante, como un susurro lejano que nunca cesa.
Alguien te pregunta si necesitas ayuda, pero no sabes qué responder. ¿Ayuda para qué? ¿Para qué? ¿Para olvidar? ¿Para olvidar qué? Te quedas callado, mirando las manos, buscando algo a lo que aferrarte, pero no encuentras nada.