Un Fin es Solo Un Inicio

EL INICIO

No recuerdo mucho de cuando vivía con mis padres, aquellos buenos momentos, son una ilusión que no hacen mas que lastimarme, es por eso que solo los dejo ir, tratar de borrarlos, como si no existieran, es la mejor forma de sobrevivir a mi calvario, o eso pienso, no se si realmente estoy viva.

Me encuentro encerrada en el calabozo, donde cada vez que se le antoja me manda, desde que tengo memoria ha sido así, es un lugar muy húmedo, sin ventilación, no hay ni siquiera una silla donde descansar, pero tampoco me puedo dar ese lujo en la posición que estoy, ¿y como estoy?, mis manos están amarradas mas arriba de mi cabeza, con mis pies apenas rozo el piso, ya no me duele el cuerpo, pues aprendí  con el tiempo a no enfocar mi mente en eso, en aislarme de tal forma, que parezco no estar presente, cuando me reprende. No se cuanto tiempo llevo acá, pero no me importa, la verdad quisiera dejar esto para siempre, en eso escucho la llave mientras entra en el cerrojo, mi corazón se acelera, mis pensamientos me traicionan haciendo que mi cuerpo se tense, maldigo internamente el sentimiento que se produce cuando está cerca.

  • ¿cómo sigues? – se acerca y con lo poco que alumbra la vela, puedo verla con una sonrisa de satisfacción, no respondo – entren y llévenla a que la alisten – se acerca y me levanta el mentón – alégrate, que ya casi es el día.

Caigo de rodillas apenas me sueltan, intento moverme para ponerme de pie, pero no me responde el cuerpo, soy arrastrada hasta mi alcoba, ni siquiera hago el intento de soltarme, ya la verdad es que no deseo seguir, me dejan en mitad del cuarto, como puedo me coloco boca arriba para descansar de la posición en la que estaba, siento que entran y llevan agua para la bañera, al final es mi nana la que me lleva hasta el baño, al hacer contacto con el agua me arde la piel, las marcas esta vez van hacer mas profundas, pero no solo en mi cuerpo, hablo de mi corazón, hablo de mí.

  • Te voy a sacar mi niña – me susurra mientras cura mis heridas y sé que está llorando – no mereces esto Eli
  • Lo sé, pero dime ¿Qué mal le hice?, por que pasa el tiempo y no lo comprendo – le digo con dolor en la voz, siento que debo escapar o ella va a matarme y no hablo de forma física – nana debemos irnos

Luego me lleva a la cama y me da un medicamento que me ayudara a dormir sin problemas con que me queje del dolor, pero mi mirada se queda puesta en el ventanal que tengo en mi derecha, deseando pronto irme y ser libre al fin, deseando profundamente escapar de este laberinto que se convirtió gracias a ella, esa mujer que llego a mi vida, destruyendo todo lo que hay a mi alrededor.

Cinco días pasan luego de esta tortura y de mi deseo, pero nada cambia, los tratos y las imposiciones continúan, de mi parte esta la misma actitud indiferente, alejada de todo a mi alrededor, hoy me encuentro en mi recamara, donde me están arreglando para recibir la visita de un hombre que según lo que ella dijo “es importante “, me están colocándo un vestido de dos piezas, la blusa es de color beige tiene un poco de brillantina, tiene encaje hasta las codos y sobre el strapless crop top, me llega hasta el ombligo, la  falda es azul oscuro inicia desde mi ombligo hasta el suelo, realmente es hermoso este vestido, me peinan con el cabello ondulado en las puntas y a medio recoger, me maquillan resaltando mis ojos azules con sombras, todo hace un contraste hermoso, mi cabello negro resalta con la blusa, mis ojos con su maquillaje y con la falda, por fuera me veo perfecta como si fuera una flor, pero por dentro me siento devastada, como el terreno que se quedo sin sus flores, por que las cortaron.

Me llevan al salón donde hay cuatro personas, solo distingo a una, hay dos hombres una mas joven quien supongo es el que desee que conozca, pero su mirada me da escalofríos en vez de curiosidad, tiene los ojos negros y mirada penetrante, cabello castaño que le llega hasta los hombros y es bastante acuerpado por cómo se le ciñe el traje negro, el señor de al lado tiene traje azul, es idéntico en altura, rasgos, pero su cabello es corto y ya con canas, la mujer que los acompaña es de baja estatura pero elegante, tiene el cabello claro y ojos miel, lleva un vestido negro ajustado con encaje en los brazos y parte superior del pecho, tiene diseño de flores doradas, ella mira con cierta nostalgia, diría yo, la verdad no lo sé y claro no podía faltar Irene, ella luce un vestido corto pero elegante de color blanco con estampado de rosas rojas, debo admitir que le queda bien, su cuerpo sigue estando en buen forma, lleva su cabello rubio ondulado hacia un costado y aretes negros.

  • Les presento a Elizabeth – me presenta con los demás – mi hija – se llena la boca en decirlo
  • Mucho gusto y es mas apropiado decir que soy su hijastra – les respondo a todos con una falsa, muy falsa sonrisa, que parece mas una mueca
  • Si, pero la amo como a una hija – me sujeta del brazo un poco fuerte, pero no perceptible para los demás
  • Es un gusto – se presenta el señor de edad – mi nombre es Antoni Myers, mi esposa Helen Myers y mi hijo Baltazar Myers, es un gusto conocerla en persona, su madre nos ha hablado mucho de usted – yo solo asiento con la cabeza, por que cuando habla ella de mí, busca algo que le conviene
  • Sigamos al comedor, por favor – indica Irene, deteniéndome cuando deseo seguir – no dañes esta noche, a demás te dije que te irías y así será

Ahora si no entiendo nada, pero su sonrisa me deja con una sensación nada alentadora, cuando llegamos al comedor, veo que se esmeraron en la decoración del mismo, hay candelabros en medio y una exquisita variedad de comida en la mesa, tomo asiento al lado del joven Baltazar, por que así lo a planeado ella y al parecer su padre, quien mira con aprobación esta cercanía nada sutil, hace mucho que no bajo a esta parte de la casa y me detengo a admirar las pinturas que hay en las paredes – en definitiva mi padre tenia  un excelente gusto – pienso mientras mi mirada se traslada por toda el ala, hasta que se me interfiere con unos ojos negros que mas parecen acosarme que observarme.

  • Es usted muy hermosa Elizabeth, en verdad que su madre no se quedo corta al describirla – dice recorriéndome con sus ojos de una forma asquerosa
  • ¿Cómo que al describirme?
  • ¿es que acaso usted no sabe el por que de la reunión? – me dice con una sonrisa ladeada, pero me deja petrificada del miedo, pues parece sediento de abalanzarse a su presa
  • De que esta .. – trato de preguntar de que habla, pero soy interrumpida por Irene
  • Me alegra mucho que esta reunión se pudiera concretar – dice tomando una copa y levantándose de la mesa – Elizabeth, amada hija, quiero presentarte formal mente a la persona que te he estado describiendo en estos meses, ya se que no fue nada especifico de mi parte, pero debido a que estuviste tan mal, no quise que te conociera en ese estado –no me gusta para nada por donde toma esta conversación – así que sin más preámbulo quiero presentarte a Baltazar tu prometido  - siento que dejo de respirar – nuestras familias se beneficiaran por esta unión, ya estas en hora de sentar cabeza mi niña  y es para nosotros un placer que lo hagas de la mano de este joven, quien estoy segura te tratara como toda una reina, así como te he tratado yo, mi cielo.
  • Para mi es un placer recibir la oportunidad y confianza que me entrega usted y mi padre, para desposar a esta señorita – dice mirándome y tendiendo su mano, la cual no acepto porque no dejo de mirar con odio a la causante de esta venta – que es muy dulce, hermosa y sobre todo comprensiva – me toma del brazo, impulsándome a ponerme en pie – créame cuando le digo  Elizabeth que esta propuesta me hace el hombre más feliz, en este momento – me dice mirándome a los ojos, yo debo alzar la cabeza por que estando con tacones, este hombre es más alto que yo




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