ELIZABETH
El reloj de arena que pensé tenía un contenido bastante grande, parece acabarse a cada minuto que estoy en esta casa, a la espera de que me encuentren y acaben con todo o que yo les haga pagar por todo, me siento encerrada nuevamente, pero esta vez mi salida esta mas que definida, el camino hacia mi destino está listo desde que tome la decisión, ese día que se atrevió a ponerme sus asquerosas manos encima y también que descubriera la verdad de Irene, decidí hacer todo para acabarlos y recuperar todo lo que me pertenece. Jamás pensé tener un aliado adentro que me cuido y por eso sigo con vida, tampoco encontrarme con una familia que me acogió también y se ganaron mi corazón – eso sin duda cambia mis planes – no dejaría que les pasara nada, aria lo que fuera por protegerlos al igual que a Frank.
Le escucho llamarme, pero ya estoy tan enojada que no quiero hablarle, me voy a la habitación, pero las lagrimas corren del coraje que me dio al escucharle pensar de esa manera, golpean la puerta en varias ocasiones, pero no deseo ver a nadie, José me dice que baje a comer, le digo que no tengo hambre, me recuesto ya cansada de pensar en todo, pero los recuerdos me persiguen hasta en los sueños.
Habían pasado seis meses desde la dichosa cena de compromiso, mis desprecios y desplantes parecían avivar mas la locura que ese hombre sentía hacia mí, Irene se enojaba mas con cada cosa que hacia y sus reprimendas eran cada vez peor – en verdad temía ya por mi vida – me encontraba amordazada en el cuarto de aseo, luego de que me encontraran a tres horas de la mansión, tratando de escapar, sabia que esta vez el castigo iba hacer peor, por que el que me encontró fue él.
Entra y me mira con un enojo que le correspondo, nuestras miradas se retan por un rato, se enoja mas y me golpea, me lleva a su habitación lanzándome a la cama, me trato de soltar, pero me amarra las manos a la cabecera.
Me levanto sudando y gritando por la pesadilla que nuevamente interrumpe mi sueño, entran en la habitación, Frank, José y Patrick, basta una mirada para que las ultimas dos personas sepan que es otra pesadilla, se acerca José pasándome un poco de agua que estaba en la mesa de noche, me dice que este tranquila, Patrick intenta acercarse pero le digo que se retire y así lo hace, Frank está en la puerta sin decir nada, pero sus ojos demuestran curiosidad – no va a descansar hasta saber – me dice mi cabeza ya conociendo su necesidad de saberlo todo, en cuanto nos quemados solos me dice José que le cuente, pero me rehúso a decir lo que paso en esa casa, los únicos que lo saben es por que estuvieron conmigo y así seguirá.
No duermo luego de eso – ni en sueños soy libre – estoy sentada en la cama tratando de leer y mantener mi mente ocupada, pero estoy en un bloqueo terrible, tengo ganas de correr y nunca parar, en eso entra Frank todo arreglado y con una maleta.
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Editado: 23.03.2022