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No hay más actos

—¿Cantaras nuestra canción? —fueron las últimas palabras de Iza.

—Me dolió debo admitir, me dolió más que saber que mis padres no me querían, más que saber que estaba a una línea de morir.

Pero a pesar del dolor que ella llevaba me regalo su última sonrisa y solo Dios sabe cuánto me mato estando vivo

—Y seremos submarinos en el Lago Dolgoye de esos que se quitan la ropa y se sumergen... 

» Ahí estaremos como un submarino que admira y siente cada hilo del lago Dolgoye. Y seremos aquellos submarinos que en realidad eran personas esperando jamás salir

—Y seremos aquellos recordados como la pareja Dolgoye... —mi voz se rompía más y más, duele carajos, como duele.

Me encantaría hacer un pacto en el que ella y yo estuviéramos juntos más tiempo. Pero dejó de sufrir ¿Verdad? Sus últimos días fueron de lo peor, quería que todo acabará, aunque fuera lo más doloroso para mí, ella sufría, las consecuencias de estar en un clima templado empeoraron su salud.

Su mano ahora fría aflojó hace ya unos segundos su agarré.

—Y las cenizas de la pareja Dolgoye quedarán ahí, y si algún día entras al Lago Dolgoye con tu destinó, seremos aquellos submarinos que tejerán un hilo más grueso al lado del agua, del lago Dolgoye que ni las dimensiones puedan romper... —dejo escrita su canción, pero mi voz ya no quería hacerse escuchar. 

—El agua es el que calma a la muerte, el lazo el que la encadena, las pastillas el que la dejaestar, la navaja el que atrae, la sangre al igual que el agua se esparce por todo el Lago Dolgoye como lo hizo una vez la pareja Dolgoye... ¡Iza!

Duele saber que los recuerdos están pero que no llegan a ser procesados.

—¿Qué has hecho hoy? —Steve ha pasado estos días pendiente a todo. 

—¿Quieres qué vuelva a leer un poco sobre ella? —por un pequeño instante no sé de que me habla. 

—Por favor.  

Cuando termina de leer, me doy cuenta de quellore, me tocó la cara y hay lágrimas, pero no entiendo por qué lloro tanto, porqué siento un nudo en la garganta. 

—No fue larga ni tampoco corta... fue lo adecuado para dos almas rotas —comenta Steve.