Un girasol en invierno

Una bella casualidad

Yo no creía en las casualidades del destino, nunca pensé que algún día por hacer algo diferente pasara algo increíble, me era absurda esa idea, que equivocado estaba.
Yo solía llegar a clases 30 minutos antes que empezaran, me sentaba donde siempre con las personas de siempre escuchando música ignorando a todos como siempre, me sentía a gusto asi, me cuesta mucho trabajo hablar con alguien me es casi imposible, así que con los pocos amigos que hize en ese salón me bastaba porque no podía hacer más, mi timidez es demasiado para poder sobrellevarlo, así pasaron los días, llegaba a clases ignoraba a todos con mis audifonos salía a fumar y aveces encontrarme con mis mejores amigos esos con los unicos que me sentía a gusto tranquilo hablaba como si no me aterrara hablar con gente nueva, nos la pasábamos conversando fumando, muchas veces nos saltabamos clases para ir a beber, y aún así me iba bien en las materias, me sentía feliz todo iba bien. Apesar de que por las mañanas siempre me despertaba entre las 3 y las 4 am (independientemente de la hora que me haya dormido), ese día me levante a las 6 tenia una hora para llegar a clases me bañe lo mas rápido que pude me cambie y salí corriendo pero al llegar al salón ya eran las 7:30, no es que me importe mucho el llegar temprano o tarde pero ese día se trabajaba en grupo y si llegaba tarde pues tenía que trabajar con otras personas, una pesadilla para mi, así que pensé en irme, llamaría a uno de mis amigos que de seguro también llegó tarde nos iríamos a fumar tal vez a comer o a beber, lo pensé por unos minutos y al alejarme de la puerta, oí la voz de la maestra que me decía que pase, ~puta madre que hago ahora, que le digo, pues ya que será de pasar un mal rato con mi nuevo grupo. Pase al salón y vi a mis amigos ya con grupo vi a todo el salón, me sentí re intimidado, pero en ese momento llego una amiga juro que me alivie, pensaba que iba a estar con ella y todo tranqui, pero no me mandaron a un grupo diferente, me sentí totalmente desencajado, pero no me quedaba de otra, ~bueno a hacer el trabajo, terminarlo rápido y largarme lo mas antes posible, me dije a mi mismo, al avanzar yo no me sentí tan incómodo como siempre, me la pasé viendo a una chica sentada frente a mi, morena, ojos grandes, sonrisa amigable y una actitud totalmente diferente a mi, hubiera querido hablarle pero no pude, terminó el trabajo y decidido a irme, me detuvo la maestra, que porque teníamos que hacer una exposición con el mismo grupo así que empezaron a pedirme mi número para quedar y me sente a escuchar lo que hablaban, hasta que esa chica me habló, decidido a no mostrarme tímido me arme de valor y con unos nervios, le respondí, me pregunto mi edad yo tenía 17, ella 19 pero me dijo que tenía 18, no se bien porque, me dijo que me conocía de algún lado que me había visto pero no sabía dónde.

 Yo me sentía confundido, eran muy pocas veces las que alguien se acercaba a mí, pero también me sentí feliz, intrigado y bastante ansioso.                           Llegada la hora de irme, pero me invitó a desayunar con sus amigos, Dios ¿cómo podía negarme?, así que la acompañe, no hablamos mucho en el camino, yo estaba inmerso en mis pensamientos, ~debería ser como soy o debería fingir para acercarme más fácilmente?, me sentía tan ansioso por esos pensamientos que al llegar, simplemente hice lo de siempre, sin darme cuenta me compré un café, unos cigarros, me calme y pensé que fingir un poco no estaría tan mal, ocultar algunos malos hábitos. Cuando me di cuenta, ella se acercaba a mi, me puse bastante apenado, porque ella venia saltando y moviendo la cabeza de un lado a otro como una niña, con una sonrisa tan pura y unos ojos tan alegres, se acercaron también sus demás amigos y empezaron a hablar, yo como siempre estaba en silencio y cada vez me sentía más incómodo, pero me llego una llamada y me aleje para contestar, era mi amigo, me dijo que no quería entrar a clases, y que llamo a otros amigos para vernos y tal vez ir a beber algo, aunque eran las 9 am le dije que sí, porque me sentía demasiado incomodo, no supe cómo decirle o despedirme, así que solo me fui. Por la tarde me llego un mensaje, yo estaba algo mareado todavía, era ella, me pregunto porque me había ido de repente y porque no volví a entrar a clases, no quería quedar mal así que le dije que me había puesto un poco mal y tuve que irme, le pregunte si dejaron algún trabajo, así empezamos a hablar más, como estaba algo ebrio y eran mensajes, era mucho menos tímido que en persona, me desenvolvía más, pero a la mañana siguiente en clases ni me le acerque mucho menos la salude, me sentía muy nervioso, quería acercarme pero me era imposible, solo hablamos por mensajes y empezamos a coquetear, realmente sentía que ella me gustaba, así que a los pocos días empecé a acercarme más a ella, a veces nos sentábamos juntos, ella no paraba de hablar, yo solo la miraba, con una pequeña sonrisa, y ella hablaba y hablaba. Faltaba poco para mi cumpleaños y casualmente había una fiesta ese día, le dije que quería ir con ella, me hizo ilusión verla ese día, pero al llegar el momento nunca llego, me mandó un mensaje que no podría salir, me desanime un poco pero no podía hacer nada, mis amigos me llamaron, nos juntamos empezamos beber y no recuerdo más hasta el dia siguiente que amanecí en mi cama, lo primero que hice fue revisar mi celular, ver que no había mandado ningún mensaje o que no había hecho una llamada ebrio, por suerte no lo hice... 



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En el texto hay: romanticismo

Editado: 21.06.2020

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