Actualidad
Soleil. ᯓᡣ𐭩
—¿Estás diciéndome que estás en una relación y hasta ahora me cuentas?
Mi hermana se hace la digna aunque no tiene tanto porque, ni ella ni somos unas quinceañeras. Ya tengo veintiséis años, sé muy bien lo que es bueno y malo.
—Sí.
—¿Quién es el afortunado? No me digas que el director.
Hago una mueca —No.
—Dijiste que estaba guapo.
—Sí, pero no es él. Recuerdas al señor del auto, el que nos trajo a la casa. Bueno, es él.
—¿Estás hablándome jodidamente en serio?
—Sí, Lisa. Es muy enserio. Las cosas se fueron dando entre nosotros, no es nada especial.
—Dios, viste la clase de hombre que es. ¿Cómo lograste caerle bien? Se ve que tiene un carácter del nabo.
—Se llama Jaxon, y es super buena onda.
Es un poco rezongón pero cae bien, tiene un carácter algo difícil de saber llevar pero nada del otro mundo. También actúa raro a veces, como si se quedará escuchando voces en su cabeza.
Es una total locura.
—Bueno, cuídate mucho. Quizá pueda llegar a finales de año, mantente con vida por favor. Dile a Jaxon que se porte bien.
—Claro que sí, dile a mamá que la extraño. Por cierto, ya hice una nueva amiga, se llama Josephine y trabaja en la escuela.
—Ya era hora, estaba empezando a creer que la del problema en serio eras tú —se ríe. En eso escucho el auto de Jaxon afuera.
—Me tengo que ir, chao.
Corto la llamada enseguida y voy a abrir la puerta, en cuanto me ve me toma de la cintura y empieza a besarme como desquiciado. Yo también siento esta extraña necesidad de estar con él todo el tiempo. Juro que no sé qué me pasa, jamás me había sucedido con otros hombres.
—Pensé que no vendrías hoy.
—No podía dejar pasar un día sin verte.
—Me encanta que me beses.
—A mi me encanta besarte —susurra sobre mi boca —Quiero hacerte mía ya mismo. Me voy a volver loco.
—Sí, hazlo por favor.
Siento un deseo en el cuerpo incontrolable, un ardor en mi entrepierna que me quema.
—¿Estás segura que quieres hacerlo?
—Jamás había estado tan segura.
ᯓᡣ𐭩
—¿Te sientes bien? No te ves para nada bien.
—No, me levante con nauseas. Algo de la cena me ha caído pesado —mi amiga y compañera del trabajo ríe de lado. —¿Qué?
—Es eso o es que estás embarazada.
—Shhh no digas eso delante de los niños —le pido. Son criaturas de nueve años en adelante, con mejor oído y visión que yo, por cierto.
—Qué más da, el punto es que tu puedes estar embarazada. ¿Me vas a contar de quién es?
—No estoy embarazada ¿Segura que no le dirás a nadie?
—No.
—Estoy saliendo con Jaxon.
—¿Con el señor Jaxon Kaelum? —asiento. —Diablos, señorita. Vuelvas lejos.
—¿Por qué dices eso?
—Pues porque es el señor Jaxon, siempre anda de malas, tiene un carácter del nabo, y ya sabes todo lo que se escucha sobre él. —voltea los ojos.
—Y has escuchado si sale con alguna otra chica del pueblo…ya sabes, no deseo ser la capilla chica.
—Estoy seguro que el lugar de la catedral sigue disponible. Pero ten cuidado, bien.
Le hará caso solo porque ella tiene más tiempo trabajando aquí que yo. De hecho, su mamá es del pueblo, aunque ella no nació aquí.
Para ser sincera, si me dejo pensando lo del embarazo. Haciendo cuentas de cuando el periodo debió bajarme ya se retraso casi dos semanas.
Necesito una prueba de embarazo.
Salgo de mi trabajo y me voy caminando a buscar una farmacia, no encuentro más que una en todo el pueblo y eso que está apartada de mi casa. La mujer que me atiende es una dulce señora de algunos cincuenta años.
Tiene una mirada extraña, todos aquí la tienen.
—Creo que será positivo —dice. Suena muy segura.
—Esperemos que no.
—Tu mirada es de una mujer embarazada —¿existe eso? Apenas me vengo enterando.
—Son solo suposiciones —sonrió —Muchas gracias.
Me retiro rápidamente y guardo la caja en mi bolso.
Camino rápido hasta llegar a la casa donde estoy viviendo, entro y tiro mis cosas al sofá. Ese sofá me recuerda a la noche anterior… creo que estoy perdida y terriblemente enamorada de Jaxon. ¿Cómo puede ser posible en medio año? Tiene algo que me hace caer rendida a sus pies.
Saco la caja con la prueba, leo las instrucciones y me meto al baño. Hago todo al pie de la letra porque no quiero errores, ahora que lo pienso debí comprar dos. Espero y el tiempo se me hace tan largo, como es que dos minutos se pueden convertir en años cuando esperas con ansias.
Cojo la prueba y la veo.
positivo
3-4 semanas.
Maldición.
Joder.
Espero que solo sea que la prueba no sirve, aunque algo muy pequeño dentro de mí me hace sentir de que no es así, y que la prueba es correcta.
¿Cómo se lo voy a decir a Jaxon? Apenas nos estamos conociendo, ni siquiera conozco a su familia.
—¿Soleil? —la prueba se me cae de las manos al suelo, guardo todo y lo escondo en un cajón.
—Estoy en el baño, ya salgo.
Me lavo las manos e intento tranquilizarme antes de salir, al verlo me siento como quinceañera. Luce muy guapo, rara vez se viste de traje a menos que vaya a alguna reunión importante.
—Dios, que guapo —lo abrazo. No quiero que sospeche nada. —¿A dónde vas?
—Tengo una reunión en una hora, solo quería pasar a ver como estabas o sí necesitas algo.
—Estoy bien, tranquilo. ¿Pasaras después por aquí? No quiero dormir sola hoy. —hago puchero. Él muestra un eje de sonrisa.
—No lo sé, no quiero desvelarte. La reunión acabará tarde.
—Está bien pero vendrás mañana ¿no?
—Lo intentaré.
—¿Tus papás también van contigo?
—No, voy con unos amigos.
—Vale, cuídate mucho.
—¿Tú estás bien? —achica sus ojos. Asiento veloz, aunque eso también puede levantar sospechas —bien, espero que no me mientas.