ELIA DONSON
Antes de ir con Jett me puse algo cómodo y lindo para verlo. No sabía que me pasaba, es más el mensaje que le mande fue un maldito error, lo que es peor es que lo escribí y por accidente se lo mande, ya no pude borrarlo así que esto me ponía nerviosa.
Me dirigí hacia la playa donde el y yo nos conocimos y al llegar ahí el estaba, parado con las manos en los bolsillos y mirando el mar. Comencé a sentir como mis nervios subían cuando más me acercaba a el así que le toque el hombro y el volteo para verme.
—Hola Elia.—me mostró una sonrisa incómoda.
—Hola Jett
—Necesitamos hablar.—sonaba tan preocupado que me preocupo igual.
—Claro ¿Pasa algo?
—Para darte un poco de contexto, estaba charlando contigo durante mi comida de hace rato y mi mamá me arrebató el teléfono viendo nuestra conversación y pensó cosas que no son así que... Me mando a decirte algo.—dijo apenado mientras sus manos las ponía en sus caderas.
—¿Que cosa? —pregunte confundida y claro pensando que había algo malo en esto por el tono de voz de Jett.
—Mi mamá quiere que mañana vayamos a cenar.—mencionó incómodo mientras ponía una mano en su cuello.—Quería que fueras porque mi mamá tenía mucha ilusión, jamás ha visto que me escriba con una chica pero claro tampoco quiero obligarte a ir.
¿Su mamá... Me quiere conocer? Wow... Esto es tan raro y extraño. Jamás conocí la mamá de algún chico y menos el de un desconocido, bueno, casi desconocido. Sin embargo no sabía que responder hasta que pensé en su mamá, en la ilusión de esa señora y me causó ternura, además tenía mucha curiosidad saber cómo era la familia de Jett.
—Lo haré.
—¿De verdad? —exclamó mientras se le iluminaba la mirada.
—Si, pero que quede claro que solo lo hago por tu mamá. Se me hizo muy tierno de su parte querer conocer a una desconocida.
Jett solo sonrió y se cruzó de brazos viéndome.
—Entonces... ¿Somos desconocidos?
—Bueno, me exprese mal, conocidos. Porque para ser mi amigo, te falta mucha confianza.—dije sería mientras veía el mar.
—Si claro... ¿Como la confianza que agarraste el primer día que nos conocimos?—enarco una ceja divertido.
—¿De que hablas?—pregunte confundida
¿De que estaba hablando?
—Me tomaste de la mano y me jalaste hacia el mar, luego de eso jugamos en el y... —comenzó a dar pequeños pasos hacia a mi con una leve sonrisa hasta que quedamos cerca.—después estuvimos muy cerca porque la señorita estaba a punto de caer ¿Si te acuerdas verdad?
Mierda... Se me había olvidado
Eso de agarrarlo fue impulso, ni siquiera se el porqué lo hice, desde que lo conozco hago cosas sin pensar, me siento estúpida.
Di pasos hacia atrás y lo mire mientras el se puso erguido con su sonrisa.
—Okey, admito que eso... —pensé mejor en lo que iba a decir y senti como mis mejillas se ponían rojas y calientes.—Solo fue un leve impulsó, cálmate.
Jett soltó una leve risa que causó que me le quedará viendo como estúpida, senti como me erizaba la piel y me hacia sentir algo que nunca sentí con nadie. ¿Porque estoy así?
—¿De que te ries?—pregunte un poco a la defensiva para que no se diera cuenta de nada de lo que el provocaba en mi.
—De lo tierna que eres.—Dejó de reír y después solo se quedó con la sonrisa.—De verdad eres adorable, linda, profunda, especial, adictiva, interesante, atractiva y sorprendentemente hermosa. Así como una guitarra.—lo dijo de manera tan tranquila que en un momento a otro se sentó en la arena seca y solo observo el mar.
Nadie había dicho tantas cosas tan lindas de mi, ni siquiera los que decían estar enamorados. Sus palabras habían llegado a mi de manera especial, sentí mariposas en mi estómago, como mis mejillas se ponían rojas de nuevo, como mi cuerpo se paralizaba, como se me erizaba la piel, incluso un nudo en la garganta.
Trate de reaccionar y olvidar esas palabras, me senté a su lado y sin pensarlo lo vi, su perfil era tan lindo, tan... Perfecto.
Jamás me he detenido a mirar a alguien con tanto detalle, pero lo más importante es que nadie me ha puesto como el me hace sentir y para empeorar las cosas es que a lado de el, me sentía tranquila, en paz, completa.
Lo deje de mirar y solo me quedé callada y aunque había un gran silencio al menos de mi parte no se sintió ninguna incomodidad, eran de esos silencios donde no se necesitan palabras para que pasará de todo.
Sin embargo seguía pensando en sus palabras de hace un momento y me preguntaba porque el de una guitarra.
—Jett ¿Porque piensas todo eso de mi como si fuera una guitarra?
—Amo tocar la guitarra—soltó una pequeña risa de nuevo y me miro con esos ojos azules que le brillaban tanto.—Es curioso que tu seas la primera persona en el mundo que se entera que tocó la guitarra. Además... Pienso eso de ti, porque por lo poco que te conozco has causado muchas cosas en mi que todavía no logró entender, al principio eso me pasaba con las guitarras, las veía y... Quería tocarlas, conocer todo de ellas, sentir. Una sensación inimaginable.
—¿Soy la primera? ¿Y tu familia?
—No lo sabe, ni siquiera mis hermanas o amigos.
—¿Que sientes cuando tocas la guitarra? —pregunte con curiosidad.
—Ufff, si te contara. —dijo mirando hacia arriba y volver a sonreír.—Cada que siento la guitarra, me siento en paz, cuando comienzo a tocar, me siento emocionado, me da esa adrenalina inexplicable, siento como me quita toda esa frustración que tengo y me relaja.
—¿Frustración?
—Si, ser hermano mayor es increíble—se encogió de hombros.—tiene muchas ventajas, pero también responsabilidades. Desde el momento en que nacen tus hermanos es como si te volvieras un ejemplo a seguir. Desde que yo era niño siempre me ha gustado defender a los que quiero o a los que siento que merecen ser protegidos, cuando nacieron Sara y Lucy me dije a mi mismo que haría hasta lo imposible para que crecieran felices, sanas y que sobre todo supieran que iban a tener un hermano que siempre las apoyará sin importar que.