JETT MORRISON
Han pasado dos semanas desde que volví de la playa y me reuní con mis amigos, con mis abuelos, con otros amigos del estudio en donde ensayo.
La verdad es que durante muchos días estuve muy apagado, mi familia estaba muy preocupada por mi y era obvio, en la familia si no estoy yo, la casa se vuelve gris.
Además ya era momento de seguir adelante, claro aun quería hasta el infinito y más allá a Elía pero no me podía pasar toda mi vida así, ella también seguramente ya ha hecho su vida normal y lo justo era que yo también, con el hecho de que ya es momento de regresar a clases y no me puedo permitir que me vean mal.
Nunca me ha gustado que me vean vulnerable, no por el hecho de que me vayan a hacer algo en contra mía porque la verdad es que no me llevo mal con nadie, solo es que no me gusta que me vean así, solo permito que me vean así mis padres, mis hermanas o mis amigos muy íntimos como Zaid Y Dylan.
Zaid es mi mejor amigo desde la secundaria, la verdad es que siempre nos hemos llevado muy bien a pesar de ser un tanto diferentes ante gustos, Dylan por otro lado es mi mejor amigo desde la preparatoria y aunque el es un poco más amargado y con vibras de chico malo, muy muy en el fondo es un oso de peluche muy abrazable solo que siempre se pone en su actitud de roca dura.
Hablando de mejores amigos, iba a volver a la escuela, acompañado de Zaid. Dylan nos iba a esperar en la escuela. La verdad es que últimamente convivía más con Dylan por el hecho de que estudiamos lo mismo: La música. Por otro lado Zaid, estudia gastronomía, quiere ser un gran Chef y la verdad es que, tiene talento si me lo preguntan.
Al llegar a la escuela Zaid y yo estábamos hablando de videojuegos hasta que de pronto una chica se chocó conmigo logrando que tirará sus libros y hojas, así que entre Zaid y yo la ayudamos para recoger sus cosas mientras ella se disculpaba entre murmullos.
Al levantar sus cosas, la chica y nosotros dos nos levantamos y al verla a los ojos quedamos sorprendidos. Era una chica de ojos color violeta, boca pequeña con ojos grandes y piel blanca, su mirada tan dulce y tierna.
—¿Tienes ojos morados? ¿Como por qué? ¿Vienes de otro mundo?—hizo una serie de preguntas mi mejor amigo hacia la chica.
Le di un codazo en su hombro y el solo me miro confundido.
—¿Qué? Sus ojos no son normal.
Puse los ojos en blanco y la chica al vernos sonrió tímidamente mientras se acomodaba los libros y hojas entre sus brazos. Aunque no voy a negar que lo que pregunto mi mejor amigo, tenía mucho sentido, nunca en mi vida había visto ojos de color violeta, eran muy característicos y lindos.
—Entiendo que les sorprenda mis color de ojos, siempre es así—dijo la chica con una sonrisa timida—Olvidando ese tema ¿Pondrían decirme donde esta el Salón de música?
—Yo se donde esta, es mi salón—le sonreí a la chica—Soy Jett, es un gusto en conocerte... Eh..
—Lisa, soy Lisa, es un gusto igual Jett.—me sonrió y nos dimos un apreton de manos pero se le volvieron a caer sus libros.
Los recogimos y decidí mejor ayudarla con ello, Zaid se despidió de nosotros y la guíe a mi salón, al parecer la chica y yo teníamos algo en común, la música. Aun me parecía extraño ver a una persona con ese tipo de ojos, tal vez para lo demás era raro o extraño pero para mí era algo único y hermoso. Digo, que increíble tener unos ojos tan únicos y característicos de los demás.
Al llegar al salón, ella lo observo y yo le sonreí, era obvio que era nueva, que no conocía a nadie y que estaba nerviosa. Es difícil ser el nuevo y más en el primer día.
—Te puedes sentar a lado mío, si gustas.—le dije aun agarrando sus libros.
—¿De verdad?
—Si, le diré a mi mejor amigo que se ponga atrás, no creo que tenga problema.
—Es que no quiero molestar.—contesto poniéndose incómoda y nerviosa.
Díganme loco pero me recordó muchisimo a Sara. Ya se, ya se, no tenían en nada en común pero su manera de actuar y hablar me recordó a ella.
—Tranquila—hable mientras pasaba sus cosas a mi lugar—No haces nada de eso.
Le volví a sonreí y ella asintió con la cabeza tímidamente mientras notaba que mis compañeros que entraban al salón, veían a la chica nueva y murmuraban cosas al ver sus ojos. Lisa al notar eso se puso incómoda y de tapó los ojos con unos lentes de sol.
Pobrecita..
Me senté a lado de ella mientras ella aun ocultaba su rostro, quería animarla, tal vez se sentía muy incómoda o avergonzada de sus ojos pero de pronto vi a Dylan entrar, mientras veía su teléfono con atención.
Se dirigió a su antiguo lugar y cuando la noto la miro con seriedad.
—Oye.—hablo Dylan mirándola seriamente mientras guardaba su celular.
Lisa levanto la cabeza para verlo aun con los lentes nerviosa.
—Ese es mi lugar.—dijo.
Como siempre tan amable.
—Déjala quedarse acá Dylan, no conoce a nadie y yo le ofrecí tu lugar.—con mi mano le golpee a la mesa de atrás—Tu siéntate acá, no hay nadie lo sabes.
—Como siempre Jett nunca preguntas pero—soltó un suspiro pesado—Esta bien, solo porque es nueva.
Se sentó atrás de nosotros mientras sacaba de nuevo su celular y mi mirada se fue a Lisa que me había sonreído con gratitud. Le devolvi la sonrisa.
—¿Por qué tienes puestos lentes de sol? No llega hasta acá el sol, niña.—hablo de repente Dylan con seriedad.
—Dylan.—le advertí con mi tono de voz.
—Es solo una pregunta Jett, no la estoy amenazando—paso su vista a lisa—¿Entonces?
Lisa se puso nerviosa ya que noté como jugaba con sus dedos y se volteo para ver a mi mejor amigo, para después quitarse los lentes de sol, mostrando su ojos color violeta a mi mejor amigo, el abrió los ojos con sorpresa quedando callado.
—Ahora veo.—dijo mientras la observo atentamente hasta que le arrebató los lentes—No te los pongas de nuevo.
¿Este que se creía? Solo no le decía algo porqué era mi mejor amigo. Y porque recuerdo que el no es una persona con mucho tacto.