ELÍA DONSON
Han sucedido dos meses desde lo que le habia dicho a Jett y dolorosamente había cumplido su promesa, a veces lo veo de vez en cuando y cuando me acerco el simplemente pasa de mi lado como si no existiera para el, admito que me duele y que no debería de sentirme así, porque yo se lo pedí.
Pero en fin, seguir pensando en el no me servirá de nada así que era momento de dejar de pensar en el y seguir estudiando música hasta que de repente escuche unos gritos abajo de mi cuarto.
Me levante rapidísimo para saber que estaba pasando, baje las escaleras y fui a la Sala en donde estaba mi mamá en la esquina del sofá asustada, mi padre estaba de pie gritándole mientras yo los observaba confundida y perpleja.
—¿Que esta pasando acá?—hice notar mi presencia viendo a mi madre con preocupación
Mi mamá me miro asustada y mi padre se puso tenso al oírme y cerró los puños con fuerza.
—Súbete a tu cuarto mi amor.. —me dijo mi mamá con los ojos llorosos y la voz entrecortada.
—No, quiero saber que esta pasando aquí. ¿Por qué se están gritando?
—¿Que no oíste a tu mamá Elía? A tu cuarto, obedece.—hablo mi papá molesto sin dejar de ver a mi mamá.
¿que estaba pasando aquí?
—No.
Mi papá se volteó hacia a mi molestó y mi mamá se levantó para tratar de detenerlo pero mi papá me agarro fuerte del brazo y me jalo hacia mi con molestia mientras nuestros ojos se miraban directamente
—¿Que dijiste?
—Que no y suéltame que me estas lastimando—me solté de su agarré molesta.
—¡A mi no me vas a estar hablando así mocosa desagradecida!—mi madre lo tomo del brazo y el la empujó con su brazo izquierdo mirándola con gesto enojado—¡Tu no me toques!
Vi a mi mamá caer al piso mientras mi padre se giraba para verme de nuevo enojado y agarrarme del brazo y jalarme hacia el mientras me llevaba a mi Cuarto muy enojado.
No sabía que estaba pasando, ni lo que había ocurrido para que se pusiera así, lo he visto enojado pero jamás así y admito que me dio miedo pero sentía que no podía dejar a mi madre sola en esto, ella me necesitaba.
Así que me solté del agarre de mi papá con fuerza y lo empuje lo que logró que cayera por las escaleras rodando, al ver eso me cubri la boca asustada. ¿Que iba a hacer si en realidad se hizo daño? No, no podía pensar en mi papá, sino en mi mamá.
Baje las escaleras lo más rápido que pude ignorando a mi papá que estaba en el suelo tumbado, me fui a la sala donde estaba mi mamá tratando de levantarse.
—¡Mamá!—fui hacia ella y la ayude a levantarse con cuidado mientras la veía con preocupación—¿Estas bien?
—¿Y tu papá?—respondió asustada, sus manos temblaban.
—Esta en el suelo... —puse mis manos sobre sus mejillas para ver su rostro— Solo dime si estas bien.. Por favor..
—Si, si, si estoy bien cariño..—dijo ansiosa y preocupada, aun su cuerpo temblaba, sus manos, sus piernas.
Su rostro, sus movimientos mostraban miedo intenso, no se que era lo que había pasado pero teníamos que alejarnos de mi papá por cualquier cosa y en eso me acordé de Cooky, mi gato ¿Donde estaba?
—Mamá... ¿Donde esta Cooky?—dije preocupada mientras ella buscaba su teléfono con desesperación.
—No lo se mi amor... Pensé que estaba contigo. —contestó preocupada mientras por fin encontraba su teléfono.
Decidí dejarla en la Sala, papá seguía en el suelo de las escaleras, me preocupaba mi gato, pero al mismo tiempo mi madre. No sabía que hacer así que lo único que se me ocurrió fue subir las escaleras e ir corriendo a mi cuarto, vi mi teléfono y le marque a Rachel mientras salía del cuarto y bajaba las escaleras rápido pero al ver que mi papá ya no estaba en el suelo me hizo estallar de preocupación.
Al bajar las escaleras fui a hacia la Sala viendo a mi padre que estaba rodeando su brazo en el cuello de mi mamá, solté el celular por el susto y fui hacia el mientras mi madre intentaba quitárselo de encima.
—¡Sueltala!—le grite aterrorizada por lo que pudiera pasar.
No, no, no, si mi papá llegaba a hacerle algo a mi madre, lo iba a odiar más que nunca. Y no era algo que deseaba. Además de que la que iba a sufrir acá ibamos a hacer mi madre y yo, yo por su dolor y ella por verme así o el dolor que le haga papá.
Mi padre me miro desafiante y sin soltar a mi madre llevándola hacia atrás hasta chocar con la pared.
—Subete a tu cuarto.—me dijo enojado—Ahora.
—Papá... Por favor.. Suelta a mamá.. Sueltala.. —le contesté de lo más preocupada y asustada que jamás había Estado.
—¡Que te subas! ¿¡No entiendes!?
Okey... Papá no estaba de la mejor manera y si seguía insistiendo esto iba a acabar muy mal. Necesitaba ser más inteligente que el.
—Okey... Okey.. —lo mire asustada a los ojos mientras me alejaba con cautela—Voy a subir.. Pero suelta a mi mamá... Por favor.
—¿Como podría soltar a una perra como esta?—dijo refiriéndose a mi madre
¿Pero que mierda le pasaba?
De pronto todo parecía que iba a calmarse cuando fuera de mi casa se escucharon sirenas de la Policía, mi padre abrió los ojos como platos totalmente alarmado y tenso por la situación mientras que yo solo deseaba que soltara a mi mamá. No se que es lo que había pasado entre ellos y no me importaba mucho pero solo anhelaba el bienestar de la mujer que fue padre y madre al mismo tiempo.
Yo sentí un alivio inmenso cuando derribaron la puerta de mi casa, los policías entraron con sus armas apuntando a mi papá, mi padre soltó a mi mamá poniendo sus manos en descubierto, mientras mi madre corría a mis brazos con fuerza y sentí como el corazón había vuelto a mí.
—Mamá... mamá.. ¿Estas bien?—la abracé fuerte como si quisiera aún protegerla de aquel imbécil, mi madre asintió con la cabeza aterrorizada.
No era la única, yo también lo estaba, la bese en la cabeza para luego acariciar su cabeza mientras mi padre estaba siendo arrestado por la policía. Eso me aliviaba muchisimo pero ahora que me lo preguntaba ¿Como es que la policía se enteró de esto?