¿un hilo rojo o un amor de verano?

¡Vamos a darle!

JETT MORRISON

Después de mi ataque de felicidad matutino, todos en mi casa me miraban como todo un bicho raro. La verdad ni siquiera me importaba pues estaba de lo más feliz y emocionado.

Claramente entiendo las miradas raras de mi familia hacia a mi, yo por primera vez hice el desayuno de todos. Le hice Hootcakes a Sara y a Lucy, a mi mamá le hice su licuado de fresas que tanto le gustaban y a mi papá le preparé su café con crema. Prácticamente en resumida cuentas, consenti a todos incluso a Cooky, le compre unos whiskas.

—Jett.. ¿Seguro que estas bien?—pregunto Sara viéndome entre divertida y confundida por mi actitud.

—Claro-sonreí emocionado—¿Por que no debería de estar bien? Si hoy es un día fantástico.

Ella sonrió divertida y asintió con la cabeza mientras checaba su celular quitando la sonrisa.

—¿Y tu? ¿Estas bien?

Que estuviera feliz por besar a Elía no quitaba que no me preocupara por mi hermana.

—Si-mostró una sonrisa triste y se bajo de la silla de la cocina—Solo extraño a Clark, es todo. Faltan pocos meses para que regrese y... Me pone nerviosa.-sonrió de nuevo-pero tu sigue en tu ataque de felicidad, me gusta verte así.

Sabía que lo extrañaba y la verdad es que yo también, tal vez Clark no fue mi mejor amigo pero me gustaba pasar tiempo con el y verlo tan ilusionado por mi hermana de cierta forma me hacía feliz, pues aunque eran diferentes se complementaban tan bien. Eran ellos dos como el Jim y Jam.

Mientras tanto seguí feliz durante el dia, Sara había subido a su cuarto a leer, Lucy había salido a comprar telas para hacer un nuevo experimentó, mamá y papá se fueron supuestamente a hacer las compras. Podrán engañar a mis hermanas pero a mi no. ¿Quien carajo lleva condones a un supermercado? Osea si soy medio pendejo pero no tonto.

Me senté en el sofá y cargue a Cooky, su lindo gato de Elía y yo habíamos estado mucho más unidos estos días. Además siempre me dejaba cargarlo y acariciarlo así que me recoste en el sofá y puse al gato en mi pecho. El gato bajo a mi abdomen y comenzó a amasarme con sus patitas peludas mientras yo lo acariciaba con una mano y con la otra encendía la televisión.

La verdad estaba muy feliz por que por fin de meses, pude besar a la chica que más me ha gustado. Verla a los ojos y luego unir nuestros labios me hacía sonreír.

Es que no sólo me dio felicidad, me dio energía, en la mañana antes de hacer el desayuno para mi familia, sali a correr y hacer un poco de ejercicio así que tuve una mañana muy productiva. Mientras veía la televisión, de mi cabeza no salía el beso que había tenido con Elía y eso me hacía volver a sonreír una y otra vez.

Elía, la chica más linda del mundo. Es que tan sólo su cabello castaño y rizado era hermoso, tan suave.. Tan brillante, sus ojos color miel eran hinoptizantes, su boca suave y dulces. Su personalidad tan única, tan fuerte, el simplemente hecho de ser ella, era lo que más me gustaba.

Me parece lindo incluso la manera en la que te mira cuando hay algo que no le gusta, la linda manera en la sonríe y ríe, la manera tan tierna en la que duerme. Sus manos delgadas y suaves, su cuerpo tan chiquito pero fuerte. Es que joder, ella si que era perfecta.

Elía no necesitaba tener cabello Rubio, ni un cuerpo perfecto aunque en realidad si lo tiene, ni necesita tener ojos azules para ser linda ante mis ojos. También me gusta la manera en la que se sonroja y se pone nerviosa. Ninguna chica me ha tenido ni me tiene como Elía.

¿Elía contaba como mi primer amor? No. Pues mi primer amor fue en la primaria con una niña que era como mi mejor amiga pero nunca fui correspondido. Sin embargo Elía... Ella era otra cosa.

Haría lo que fuera por hacerla feliz. Y hablando de hacerla feliz me acordé de que su cumpleaños ya está cerca y tenia que hacerle algo o comprarle algo. ¿Pero, que?

¿Que es lo que más ama Elía en el mundo? El vino, no, no le voy a comprar vino, otra cosa necesitaba pensar. Durante varios minutos me quedé pensando hasta que se me ocurrió una gran idea.

¿Cursi? Si, puede ser.

¿Unico? Claro que si.

¿Original? Obvio, yo soy el rey de la originalidad.

Y esa gran idea era una canción. Yo iba a componerle una canción y se la iba a cantar en su cumpleaños. El problema es que soy malísimo escribiendo, pero como soy un hombre que resuelve, puedo acudir a Mike. Un amigo del estudio que es bueno componiendo.

Ya estaba. Esto era perfecto. Una canción para ella.

Sonreí orgulloso de mi y Cooky se levantó de mi abdomen para estirarse y volver acomodarse. Que tierno era. Y eso que no me consideraba una persona de gatos.

Mientras seguía echado en el sofá viendo aún la televisión y acariciando a Cooky, escuche como tocaron la puerta de mi casa, supuse que sería Lucy, si traía telas, seguramente vendría cargada. Así que me levante, aparte a Cooky y lo puse en el sofá mientras yo me iba directo a la puerta. Cuando abrí la puerta me sorprendió ver a Elía pero más a Rachel.

¿Que hacian ambas en mi puerta? No me molestaba pero se me hacía raro a menos que fuera algo serio. Para empezar Elía tiene la costumbre de venir a mi casa sin avisar, dos solo viene con Rachel si es algo serio, tres me preocupaba seriamente el hecho de que vinieran tan serias.

—Hola.. —dijo en voz baja Elía mirando hacia el piso.

Okey, esto si me estaba preocupando.

—Hola ¿Estas bien? —pregunte a Elía y luego mire a su amiga con preocupación.

Su mejor amiga me miro más seria y se cruzó de brazos. ¿Que estaba pasando?

—Jett necesitamos hablar. Es... Urgente. —se abrazo insegura.

—Si, claro.—me hice aún lado para que pudieran pasar—Adelante.

Elía paso a mi casa con la cabeza abajo y se dirigió al sofá donde estaba Cooky, luego pasó Rachel mirándome con seriedad y siguió adelante igual.

Como que sentí que hice algo y aún no se que es. Además ¿porque venía tan mal? ¿Era algo de su padre? No entendía nada.




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