Un lugar en el mundo ( Trilogía Destino #1) (2013)

CAPÍTULO 14

Lucía ahora sí se había hecho un cortocircuito. No entendía nada, ya no quería nada, no quería ver a nadie, se había convertido en una persona que no sabía quién era ni cuál era su origen, ella sólo podía llorar y llorar. Sentía, rencor, rabia, tristeza e impotencia, sólo quería cerrar los ojos y cuando volviera abrirlos quería tener a su hija en sus brazos, ella sería su salvavidas, se dedicaría por completo a ella. Alguien tocó la puerta.

—Seas quién seas, no quiero ver a nadie por favor márchate—la voz apenas le salía del cuerpo.

—Soy María, por favor hija déjame pasar, quiero ver cómo estas, no es necesario que hables conmigo si tú no quieres, sólo quiero verte.

—De acuerdo pasa.

María se encontró a Lucía sentada en el suelo, con la cabeza contra la pared, tenía los ojos muy hinchados, tenía la cara empapada, estaba pálida, no parecía ella.

—Pero cielo, ¿Qué haces ahí tirada? Ven te ayudo a levantarte.

—No, déjame aquí, estoy bien, de verdad.

—¿Y cómo va tu pequeña?

—Bien supongo, ella está bien gracias a Dios, de mí no puedo decir lo mismo.

—Sé lo que ha pasado. Tranquila no te voy a torturar preguntándote, cuéntame lo que tú quieras, lo que sea, yo estoy aquí para escucharte para que te desahogues.

—La verdad es que no sé por dónde empezar, yo era una chica sola, no tenía a nadie, estaba feliz a mi manera, al menos tenía una tranquilidad relativa. Luego casi me matan y llegué aquí, donde mi vida empezó a desmoronarse. Me enamoré como una idiota de alguien que no debía, conocí gente buena que me ayudó, cometí el error de irme a vivir a casa del hombre que yo amaba pensando que podría soportarlo, pero no pude ¿Por qué tenía que portarse tan bien conmigo? Al menos si hubiera sido un patán no me hubiera enamorado de él. Por otra parte también tengo un gran amigo, un hombre maravilloso, bueno, cariñoso, que está enamorado de mí, y al cual soy incapaz de corresponderle, y eso también me duele, me trata como a una reina, su familia me ha acogido, me quieren y yo a ellos, pero no es suficiente para mí al parecer. Para colmo una mañana metí la pata por amor y me quedé embarazada. Por si esto no fuera poco, me secuestraron, todavía no sé quién ni por qué, casi me matan de nuevo. Para rematar, me entero que mi madre estuvo con otro hombre que no era mi padre. Que mi padre al que yo quería a pesar de todo lo que sé de él, no lo es. Mi padre biológico resulta ser el suegro del hombre al que yo amo. Y todos queréis que este tranquila… ¿Sabéis qué? No tenéis ni idea de cómo me siento. Sólo quiero estar sola, intentar asimilar todo esto. Por si fuera poco, el padre de mi hija quiere que me vaya con él, y mi mejor amigo quiere que le dé una oportunidad de estar juntos, esto es de locos, María.

—Lo sé cariño, es todo muy difícil para ti, pero ya verás que lo vas a superar, no hace falta que lo hagas todo a la vez, ve haciéndolo poco a poco. Piensa en que tu hija te necesita fuerte y lúcida cuando ella nazca, tienes que ir resolviendo las cosas una por una, yo te voy a ayudar.

—Gracias María, desde que te conozco has sido para mí un gran apoyo, no me va a alcanzar la vida para agradecértelo todo.

—Ven te ayudo a levantarte, vamos a la cama, vas a estar mejor ahí.

María ayudó a Lucía a levantarse y a subirse a la cama, le mulló la almohada, le echó la sábana para taparla, le cogió la mano para intentar que se tranquilizara y funcionó, se quedó dormida.

María salió de la habitación y se encontró a Dani y a Álex en plena discusión en mitad del pasillo.

—Venid conmigo ahora mismo. ¡Los dos!—se los llevó al despacho de Álex— ¿Qué pensáis que estáis haciendo?

—María me quiere quitar a la mujer que amo y a mi hija ¿Cómo quieres que me ponga?

—Yo no te quiero quitar a nadie. Ella misma te ha dicho que no quiere nada de ti, además Lucía y yo ahora estamos juntos.

—¿Que qué? Eso no puede ser, ella me quiere estoy seguro. Ni pienses que me voy a quedar cruzado de brazos, ¿me oyes?

—De acuerdo, que gane el mejor, luego no digas que no te lo advertí.

—Sois los dos un par de estúpidos, aquí disputándoos el amor de Lucía. Ella también cuenta, tiene derecho a elegir, puede elegiros a cualquiera de los dos o no elegir a ninguno. Sin duda hoy ha sido el peor día de su vida y ninguno de los dos habéis estado a la altura. Tanto como decís que la queréis ¿Dónde estabais cuando ella está en mitad de una crisis nerviosa?

—Yo sí que estaba, lo que pasa que ella me echó de su lado, yo no quería alterarla y me fui, de hecho voy a ir a verla ahora.

—De eso nada, nadie va a molestarla. Ya está más tranquila, yo me he encargado de eso, y se ha quedado dormida, dejadla descansar. Por cierto, estos numeritos de machos dominantes no la ayudan en nada, así que haced el favor de llevaros bien aunque sea delante de ella.

—¿Pero qué ha pasado? Yo estaba en cirugía y no sé lo que está ocurriendo.

—Pasa que Lucía es mi cuñada.

—¿Qué dices? Eso no puede ser para ser tu cuñada tendría que ser… ¿Hermana de tu mujer?

—Lo es, Nerea y Lucía son hermanas de padre. Al parecer la madre de Lucía y mi suegro tuvieron algo en el pasado, de ese algo nació Lucía. Él ha venido a contárselo hoy y ella se ha puesto muy mal.




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