Un lugar en el mundo ( Trilogía Destino #1) (2013)

CAPÍTULO 15

Eran más de las once de la mañana cuando Dani fue a tramitar los papeles del alta y Lucía se quedó en la habitación, tenía bastante sueño Desde que se quedó embarazada siempre tenía sueño y se quedaba dormida en cualquier parte, así que se tumbó en la cama, y estaba a punto de dormirse, cuando oyó que alguien abría la puerta. Lucía entreabrió un ojo y vio que era Álex de quién se trataba, no tuvo más remedio que levantarse.

—¿Estabas dormida?

—No, pero casi, me paso el día durmiendo, soy una marmota.

—Ya sé que hoy te vas de aquí, me alegro por ti.

—Sí, la verdad que ya tengo ganas de irme. Esto de estar sin hacer nada no es lo mío.

—Siempre he pensado que eras una persona activa, es normal que aquí te aburras.

Se hizo un largo e incómodo silencio, Lucía se miraba las manos y Álex se limitó a mirar por la ventana.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Sí, claro lo que quieras.

—Me gustaría que me hablaras de…—a Lucía le costaba aún decirlo—…mi hermana. De la única que al parecer merece que la llame así.

—¿De Nerea? ¿De verdad quieres saber de ella?—preguntó sorprendido.

—Sí, lo he estado pensando y a pesar de que ese hombre dice que es mi padre, yo no lo acepto como tal, pero sus hijos, quiera o no son mis hermanos. Claro exceptuando a la odiosa de Helena. Ni ellos ni yo tenemos la culpa de lo que pasó, por eso me gustaría saber sólo de ella, porque de Helena no quiero saber nada y de mi otro hermano no sé nada porque ni siquiera lo conozco ni él a mí, por favor háblame de ella.

—De ella te puedo contar muchas cosas y todas buenas. Nos conocíamos desde niños, siempre estábamos juntos de un lado a otro, éramos los mejores amigos. Nerea era una de las personas más buenas y nobles que he conocido en mi vida. Era generosa, simpática, amiga de sus amigos, cariñosa y nunca, jamás, la vi enfadada ni una sola vez. Siempre trataba de ayudar a todo el mundo, para que todos se llevaran bien, daba su brazo a torcer incluso cuando ella misma sabía que no debía hacerlo, tenía un corazón de oro. La verdad es que ella  y tú os parecéis más de lo que tú crees. A lo mejor físicamente no tenéis nada que ver, pero en vuestro carácter sois bastantes semejantes, ambas sois unas buenas personas y tenéis un corazón que no os cabe en el pecho, estoy seguro de que si ella viviera, sería la primera en aceptarte como hermana, al igual que has hecho tú. Me enamoré de ella sin darme cuenta, yo siempre la había visto como mi mejor amiga y nada más. Pero un día me percaté que sentía algo más que amor fraternal por ella, al parecer a Nerea le pasó lo mismo que a mí, sólo que ella se dio cuenta antes. Para mí lo era todo, y yo lo era todo para ella—tomó aire, tenía un nudo en la garganta, pequeñas lágrimas asomaron en sus ojos, Lucía sin querer lo cogió de la mano—Fuimos muy felices, pensamos que lo seríamos para siempre, teníamos planes de boda, ya estaba todo preparado cuando ella…—ahora sí que corrían las lágrimas por la cara de ambos, él se las limpió con la manga de la bata—…Cuando a ella le diagnosticaron la enfermedad, según supimos después, ella llevaba padeciendo de mareos y desmayos semanas, al igual que sus náuseas e insomnios, pero Nerea nunca lo dijo. Cada mañana se levantaba con su sonrisa en el rostro, una sonrisa igual a la tuya, se maquillaba su mala cara y salía a luchar sin saber que su vida se estaba agotando—Álex resopló con fuerza y tomó aire—Cuando al fin supimos que sus días estaban contados, ella me dijo que ya no era necesario que siguiéramos juntos. Yo por supuesto no lo permití, sabía que la ilusión de su vida era casarse conmigo… Me casé con ella unas horas antes de morir. Nerea estaba feliz porque había realizado su sueño, yo estaba roto por dentro porque veía que se me iba para siempre. Me hizo prometerle que no iba a sufrir por su ausencia, quería que yo fuera feliz… Después de pronunciar esas palabras, murió en mis brazos.

—Es una historia terriblemente trágica, yo no sabía que había muerto de aquella manera, debió de ser muy duro para ti, ahora entiendo muchas cosas. Seguro que era una gran mujer y me da rabia no haberla podido conocer—todo esto lo dijo entre lágrimas— ¿Sabes qué? Pienso que yo ya la quiero, aunque ella no esté aquí aunque no nos hayamos conocido, lo siento aquí dentro—se señaló el corazón.

—Ambas sois unas mujeres increíbles, por eso me enamoré de vosotras, aunque está bastante claro que ya nosotros no podemos estar juntos porque tú no me aceptas, pero es lo que hay. A veces pienso que fue la propia Nerea quién te puso en mí camino, tú has sido la única mujer en estos años después de ella, y eso no puede ser casualidad.

—Álex nosotros no podemos estar juntos, y ahora menos que nunca, eres el marido de mi hermana y los remordimientos no me dejarían vivir. Yo por mi parte, tampoco estoy libre, estoy saliendo con Dani, no te enfades con él, yo misma se lo pedí. Yo sé que he roto una amistad de años, erais los mejores amigos y ahora por mi culpa no podéis ni miraros a la cara y me siento muy mal por eso.

—La culpa no es tuya, es de él por ocultarme que habías aparecido, por su egoísmo, por su traición, por eso no quiero saber nada de él. En cuanto a eso de que estáis saliendo quiero que sepas que no voy a dejar a ese hombre ser el padre de mi hija.

—Mi hija tiene un padre y ese eres tú, ese concepto lo tengo bastante claro, nadie va a ocupar ese lugar. Pero él será mi pareja y convivirá con ella. Me gustaría que fuésemos amigos, que nos lleváramos bien por el bien de mi… de nuestra hija. Yo antes no quería nada de ti pero Dani me convenció de esto, así que el lobo no es tan malo como lo pintan, él te sigue queriendo como un hermano aunque no lo creas.




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