Un Misterio (para)normal

CAPÍTULO 9

El cuaderno y un boli reposan sobre mis piernas. Afuera anocheció hace algunas horas, pero apenas nos hemos dado cuenta. Sentada en la cama escucho lo que dicen. Cada uno ha escogido el lugar más cómodo para ellos. Desde las diferentes zonas de mi habitación, hablan de cosas sin importancia, bromean, cuentan chistes. Lo necesario para relajar la tensión del ambiente. Entre nosotros se ha creado un clima de confianza y amistad que nadie quiere romper.

Tengo el culo dormido desde hace horas, pero siento que si me muevo, la burbuja de bienestar puede explotar. Todos escuchan hablar al otro, reímos, respetamos y aprendemos de los demás. En apenas unos días, una extraña conexión se ha ido tejiendo entre los cuatro.

Hace horas que les pedí a los chicos que confiasen en mí y me contasen sobre sus vidas. Puede ser un paso difícil, pero después de pensarlo unos minutos, decidieron aceptar. A partir de entonces cada uno se movió por la habitación, buscando el lugar adecuado para descansar: yo estoy tumbada en la cama; Logan, sentado en la silla del escritorio; Alex encima del escritorio y cerca de la ventana; y Nathan, en el mismo sitio que estaba.

Las pruebas del caos producido por Nathan siguen por el suelo, pero eso no me preocupa. Una vez que cada uno ha elegido su sitio favorito de la habitación, espero a que empiecen a hablar. Todavía dudan, como si contarme sus secretos no fuera buena idea. Veo en sus miradas como debaten entre si deben o no. Yo espero paciente, es decisión suya y debo esperar a que elijan lo mejor.

El primero que empieza a hablar es Nathan. El tono de sus palabras y su voz, es serio. Esta vez, el tema de conversación es distinto. Con boli en mano, escucho muy atenta sus palabras y apunto lo que considero importante.

— Seguramente todos vosotros conozcáis a mi padre, Matthew Norton, un gran político de la ciudad. Aspira con llegar a ser grande, importante, querido, pero en realidad en mi casa es una simple persona más. No sé si le puedo considerar padre, o si tengo padres. Para mi madre y mi padre, apenas existo. Vivimos en una gran mansión, tenemos un montón de dinero, pero también hay mucha soledad. Soy invisible para ellos. La oscuridad invade cada rincón de mi casa y de mi alma, supongo que por eso me visto de negro. Por un lado deseo desaparecer; y por otro, que sean capaces de verme. No trabajo, es cierto. También soy heredero de una fortuna, me da igual. Adoro aprender nuevos idiomas, se puede decir que tengo uno don; y adoró estudiar. No he hecho ninguna carrera, pero me gusta descubrir nuevas cosas. En el fondo, soy un poco nerd —todos estamos escuchando, pero él ríe con esto último—.

>> Cómo he dicho, no existo para mis padres. Empecé con 18 años en el mundo de las drogas. Consumía todo tipo de sustancias, me daba igual, tenía decidido abandonar este mundo. Durante muchos años estuve de verdad obsesionados por experimentar nuevas sensaciones. Hasta que conocí a Lucas, —sonríe involuntariamente al decir ese nombre— le conocí una noche que iba en busca de más material. Me metí en el lugar equivocado y casi no sobrevivo, por suerte, él me encontró y me llevó a casa. Era un camello, pero no formaba parte de ese mundo por voluntad, sino por obligación. Su madre estaba enferma y necesitaba dinero para las medicinas; y su hermana pequeña quería ir a la universidad. Él se sacrificaba por el bien de su familia. Desde entonces ambos nos ayudábamos, yo le daba todo el dinero que necesitaba; y él me ayudaba a dejar las drogas. Le debo mi vida desde entonces. Ha sido una parte esencial de mí, el único que me ha visto de verdad. Yo no quería llegar a eso, siempre buscaba la forma de huir, pero involuntariamente mi cuerpo volvía a caer. Ahora mi único vicio es el tabaco. Gracias a Lucas sigo vivo, y no puedo dejarle. No puedo morir ahora que tengo una razón para vivir.

— Gracias Nathan por compartir tu historia. Apuntaré el nombre de Lucas para hablar con él.

En el cuaderno escribo tres simples cosas: drogas, padre de Nathan, y Lucas Sullivan. Todo lo que considero importante de su historia. Él asiente agradecido. A pesar de haber acabado de contar su historia, sus ojos me dicen que todavía está perdido entre sus recuerdos.

— ¿Quién quiere ser el siguiente? —pregunto emocionada.

— Bueno, yo en realidad soy un libro abierto ¿no? —dice Alex.

— ¿Seguro? Yo no creo que de verdad seas quien dices ser, es solo un papel que interpretas. ¿No crees?

— Eres la única persona que ha sido capaz de acertar con tan pocas palabras —dice Alex cabizbajo.

— Eso es porque se me da muy bien leer a las personas. Con nosotros no tienes que fingir, solo se tú mismo, no te vamos a juzgar.

— Muy bien, a ver como empiezo…. Vivo aquí en Dropwood. No soy ningún millonario, ni heredero de una fortuna, pero no me puedo quejar de la situación económica de mis padres. Terminé el año pasado la carrera de ingeniería informática, y estoy de año sabático. Mi relación con mis padres tampoco es la mejor. A pesar de tener casi todo matriculas en la carrera, ellos me consideran un vago y mujeriego, no me apoyan en nada de lo que hago y les da igual todo. Me esfuerzo por ser cómo ellos quieren que sean, pero en realidad pienso que me estoy convirtiendo en algo que no soy. Me consumo. Nunca he estado con una mujer. Sí, siempre estoy coqueteando con ellas, pero en realidad, es otro papel que interpreto. Todas las chicas con las que “he estado” han sido de pega, nunca he sentido nada por ninguna de ellas. Mis padres pensaban que ya que era un vago, por lo menos, no fuera en un fracasado.



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En el texto hay: misterio, fantasmas, amor

Editado: 02.03.2021

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