Un Mundo En El Que No EstÁs

Parte 4

Ella no recobro las fuerzas para pararse, al ver esto yo me esforcé por mantener la calma y la cague en mis brazos mientras ella lloraba, la lleve a su casa y les conté a sus padres lo que había sucedido, ellos de inmediato la llevaron al hospital y ahí la diagnosticaron como "paciente parapléjica" (la paraplejia es la parálisis de la mitad inferior del cuerpo y esta afecta a ambas piernas), al parecer aquel día, cuando ella cayó sobre el agujero de tierra ella se había ocasionado una lesión en la columna, al principio no era tan grave pero ella decidió ocultarla y con el paso del tiempo esta comenzó a agravarse hasta convertirse en algo imposible de curar.

Al enterarse de esto, todos en la escuela empezaron a discriminarla a ignorarla y a excluirla y por ello ella comenzó a volverse introvertida, luego se deprimió y finalmente ella dejo de asistir a la escuela.

Yo creía que ya no podía ponerse peor, pero luego resulto que sí; dejo de sonreír, se negaba a hablar y solo lloraba, lo único que yo podía hacer era tratar de consolarla, lo que yo mas odiaba en el mundo era verla sufrir y ver como la luz que emanaba se iba apagando lentamente. El solo hecho de verla en ese estado me hacía sentir como si una parte de mi estuviese cayéndose a pedazos.

Cuando yo creía que ya no podría soportar más tiempo viéndola sufrir, Cuando sentía que todos los recuerdos que habíamos construido juntos se desmoronarían al cabo de unos segundos, y cuando estaba a comenzando a dejar de tomarle sentido a la vida; justo en ese momento comenzó a consumirme la impotencia y la enorme desesperación que sentía al no ser capaz de hacer nada mas, quería pararme enfrente de ella y decirle sin rodeos "podemos seguir delante" de una manera en la que no me diera miedo ni temblaran las piernas pero como podría hacer algo así cuando yo mismo estaba perdiendo la cabeza a causa del miedo.

Uno de esos días, me dirigía a mi casa, estaba a punto de rendirme, y de pronto un recuerdo de mucho tiempo atrás me vino a la mente; cuando era pequeño mi abuela enfermó de gravedad y los doctores que la atendían decían que moriría pronto, pero sin importar lo que ocurriera ella siempre nos decía que a veces los pensamientos aterran mas que los problemas de la propia realidad y que nadie nunca podría ver esperanzas si todos se cegaban y se dejaban opacar por el miedo; y en cuanto recordé eso, me di la vuelta para volver a a su casa, ver a Rose a los ojos, contarle acerca de mis recuerdos y gritarle con fuerza y con muchas lagrimas en los ojos:

"NO TE RINDAS"

Luego de eso pasaron unas semanas y ella comenzó a recobrar el ánimo al igual que sus ganas de vivir, volvió a comer y acepto abiertamente su condición; me gustaría decir que todo volvió a ser como antes, pero hay algunas cosas que no cambiarían solo con alentarla. Ella no volvió a la escuela en sí, pues ahora comenzó a tener clases en casa, tampoco salía mucho ni era tan imprudente como antes, pero su actitud adorable y animada había vuelto.

 




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