se volvió un sentimiento incomodo de guardar y me fue extremadamente difícil encontrar un momento adecuado para ello, pero al cabo de unos meses, justo el dia en que cae navidad, la tome de las manos y me le declare.
Sinceramente cuando lo hice yo solo tenía la intención de que lo supiera, jamás me imagine que me daría una respuesta casi al instante.
Cuando ella escucho mi declaración me miro y al cabo de un momento me sonrió cálidamente y se puso a llorar.
sonrió cálidamente y se puso a llorar. Me dijo que se había asustado cuando la aleje de los demás por que había creído que había hecho algo o que yo no la querría mas por el simple hecho de ya no poder caminar, al escucharla le respondí con firmeza:
"no me importan tus defectos o que no puedas hacer algo mi amor hacia ti seguirá en pie a pesar de las dificultades"
Dicho esto, ella acepto salir conmigo y cuando eso paso yo sentí una felicidad tan grande que estuve apunto de gritar, ella se dio cuenta de esto y empezó a reírse a carcajadas, lo cual termino por contagiarme y acabamos riendo los dos, cosa que me hizo aun mas feliz ya que no lo habíamos hecho desde hace bastante tiempo.
Pasaron varios años después de eso y cuando ella por fin cumplió 18 años la lleve a una cita en un festival; jugamos en algunas atracciones que se encontraban ahí,vimos una obra de teatro, nos divertimos en general y comimos muchas cosas ricas, para que al final viéramos juntos y de forma inesperada unos hermosos fuegos artificiales y para concluir esa importante cita.Me acerque a ella en medio de las brillantes luces de colores que se encendían en el cielo nocturno, saque de la bolsa de mi abrigo una pequeña caja y frente a un barandal en el que se apreciaba una increíble vista panorámica, le propuse matrimonio. Ella se emociono tanto que grito de alegría y acepto de inmediato y de esa manera fue como nos casamos. Nuestra boda no fue una fiesta muy grande pero de igual manera fue algo que cada vez que lo recuerdo, me hace inmensamente feliz.
Ambos éramos muy felices ella trabajaba desde casa por medio de una computadora y yo conseguí un buen trabajo con un generoso sueldo.
Con nuestros primeros sueldos compramos una casa y luego me puse a ahorrar en secreto por un tiempo, pues quería obsequiarle un regalo que le pareciera realmente especial y cuando junte lo suficiente construí para ella un enorme jardín lleno con todas sus flores y plantas favoritas.
Y de esa manera la acompañe e intente hacerla cada vez más feliz aprovechando cada segundo, durante el resto de su vida.
Nos vimos envejecer el uno al otro con los años y a pesar de que nuestra historia no fue tan sencilla y mágica como en un cuento de hadas, le agradezco al destino por ponerla en mi camino y hacer posible el que estuviéramos juntos.
Pues aunque ya no estás conmigo, los recuerdos que forjamos juntos permanecen y me dan la fuerza para afrontar día a día un mundo, en el que no estás.
FIN