Un mundo monstruoso (en receso indefinido)

Capítulo 1: como la conocí

¡levántate! ¡levántate! Ya amaneció.

Mmm, pero que molesto eres. ¡ya cállate!

¡levántate! ¡levántate! Ya amaneció.

Ya te escuché, pero no me quiero levantar. ¿acaso no puedes entender eso?

¡levántate! ¡levántate! Ya amaneció.

¡Ah! ¡ya me harté! toma esto.

Me giro en mi cama y golpeo a quien tan insistentemente quiere que me levante. Sé que es cruel lo que hago, pero él se lo busco. Todo mundo sabe que siempre me levanto de mal humor y él viene a despertarme cuando estaba teniendo tan a gusto sueño. ¿Qué clase de tonto no entendería a la primera que no me quiero levantar? Aunque claro, tal vez yo soy el tonto al tratar de razonar con un despertador con la forma de mi personaje favorito.

“¿Quién soy yo?” se preguntan. Pues soy el protagonista de esta historia, ¿Acaso no es obvio?

¡Oh! esperen un segundo, aun no me presento ¿cierto? Mi nombre es Takumi Jean, tengo quince años de edad y estoy en mi segundo semestre de preparatoria. A pesar de mi herencia genética tengo rasgos físicos muy comunes como cabello negro, piel clara, de estatura media y extrañamente, a diferencia de toda mi familia en muchas generaciones, mis ojos son de color gris. Mis padres creen que los debí de heredar de un tátara, tátara, tátara abuelo que tuve en algún momento.

Entonces, ahora se preguntarán “¿qué puede tener de interesante la historia de un chico de preparatoria?” Eso es muy simple y se debe a mi gran habilidad especial.

¡Ja! te sorprendí ¿no es así? Entonces mi gran y única habilidad especial y la razón por la cual han estado leyendo toda esta introducción es… ser una persona completamente normal.

Si, se lo que sienten justo ahora, están molestos. “¿Esto no puede ser?” “¿no estarás hablando enserio?” Preguntan, pero si, lo digo muy enserio. Lamento decepcionarlos, pero mis habilidades físicas no sobresalen en lo más mínimo, no puedo cargar un camión solo con mis manos, jamás en la vida podría saltar un edificio con mis piernas, no tengo súper velocidad, de hecho, ni siquiera resisto correr más de 10 km seguidos, no tengo invulnerabilidad o practico alguna clase de arte marcial china que me permita dejar en el hospital a cualquiera que me moleste.

Tampoco, soy el clásico chico de preparatoria que tiene muertas a todas sus compañeras debido a su gran apariencia, excluyendo mis ojos carentes de color, mi apariencia no sobresale en ningún sentido; he de medir un metro setenta, lo cual no es tan grande, mi complexión es normal, ni gordo, ni flaco y mucho menos musculoso, es más, puedo decirte tristemente que nunca he tenido una novia en toda mi vida y tampoco hay posibilidades de que tenga una pronto.

No… no es así tampoco. Sé bien que es lo están pensando. “Bueno ¿al menos debes de ser súper inteligente o ser un genio artístico capas crear cosas maravillosas?” Tampoco es así. Mis calificaciones no son tan malas, pero no soy de los mejores de mi escuela; en cuanto a lo artístico, logro copiar cualquier cosa que vea, ya sea un dibujo o una escultura, sin embargo, cuando se trata de crearlas yo mismo con mi creatividad el resultado deja mucho que desear.

La verdad, es que no me importa mucho realmente, soy feliz siendo como soy. Únicamente lo siento mucho por ustedes, ya que comenzaron a leer acerca de mi historia sin saberlo.

No, no, no ¡esperen! Aun no se vallan. Sé que como personaje principal soy muy lamentable, y lo reconozco, pero créanme cuando les digo que, aunque yo sea completamente normal, las personas que me rodean no lo son para nada.

¡Jean-kun! baja a comer o tu desayuno se enfriará.

He ahí un buen ejemplo de lo que estoy tratando de decir. Se trata de mi madre, quien me está llamando para almorzar, lo mejor será que baje antes de que se enoje.

Y les digo de verdad, no es que me moleste el hecho de ser completamente normal, pero, la genética en mi familia no tiene ningún sentido. Lo pueden comprobar ustedes mismos al ver a mi madre, una hermosa modelo de cabellos rubios, ojos verdes, cuerpo espectacular, una voz celestial cuando canta y, sobre todo, una gran cocinera que se encuentra haciéndome el desayuno.

Je… ¡oh! veo que ya te levantaste. Será mejor que comas de prisa o se te hará tarde para ir a la escuela.

Veo en la mesa que solo están dos platos, uno servido y otro mal arreglado, como si un animal hubiera devorado su contenido y por poco hasta el plato se comía. Sería bueno que comience a comer mi desayuno.

Veo que one-san se fue temprano de nuevo.

 

No debe de tener mucho que se fue. Menciono que tenía actividades en su club, por lo que no iba a poder esperarte.

 

¡Um! entiendo. Aunque siempre es así, por lo que ya estoy acostumbrado.

Jun, mi hermana, es menor que yo a pesar de que no lo parece. Ella es lo que todos podrían llamar un monstruo. De verdad lo digo y no es porque sea traviesa o algo parecido. Ella está en secundaria y ya mide más de un metro con noventa centímetros de altura, posee una fuerza descomunal, la cual, utiliza para torturarme cuando esta aburrida, que recientemente es muy frecuente; es muy hábil en todos los deportes, está en todos los clubs deportivos de su escuela y aun así puede de competir con las mejores de toda la región.




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