Capítulo 1 : Mi vida
Emilia
Si ya se, están ansiosos por saber que pasó conmigo después de esa noche o que hice después pues les cuento dejen de ser chismosos gente sin oficio seguro justo ahora están por decir que carámbanos con esta chica o pero que le pasa a este sujeto no, no y no muy mal, la palabra es ¡Miércoles! Si para muchos el jodido ombligo de la semana, para otros una expresión de frustración pero para mí es mucho más es mi estilo de vida, yo soy Miércoles, emano Miércoles y vivo por ser Miércoles si demasiados Miércoles, pero tenía que dejarlo claro. Dejando mi lapsus iluminativo les platico sobre mi jodida vida que es lo que realmente quieren saber bueno aquí les va, tengo un padre que bueno es cariñoso demasiado diría yo cuando digo mi padre solo me prefiero a el como el pasivo porque literal mi madre es una fierra de muchas cabezas, pero la cosa no se queda hay mis hermanos son súper celosos y protectores como si fuera poco no es uno ni dos son cuatro jodidos condenados que temen de mi madre dirían que no es gran cosa pero es que aun no la conocen tanto como yo.
Dos de estos hombres guapos y chistosos viven con sus respectivas parejas, tengo dos sobrinos tan tiernos que dan diarrea literalmente sus ojos brillan y sus bocas escupen arcoíris como el filtro ese de Snapchat y la guinda del pastel porque todo lo que dije no es lo peor, no señores resulta que mis queridos ancestros tienen la fuerte idealización que todos, si todos debemos vivir bajo el mismo techo como una familia feliz y a la única que le molesta es a mi porque mis hermanitos felices y contentos, tarados feos. Soy la única que piensa que es ridículo vivir todos en una casa ya siendo hombres y mujeres adultos yo soy la menor y tengo veintiuno años saben que, me tienen harta, hasta las bolas no tengo bolas pero debe sentirse así. Pero en fin reglas son reglas aunque yo no las cumpla, nunca lo hago y eso es lo mejor que sigo mis propias reglas.
Maldigo tirando el despertador contra la pared, ese es el cuarto de la semana pero es que justo estaba llegando al quinto sueño pero bueno me desperezo entrando al baño, como demonios voy a esquivar a mi familia en el desayuno y más hoy que celebran el tan esperado San Valentín un día patético, con un sol patético, todos patéticos menos yo soy patética. Terminó de colocarme mis botas para tomar mi mochila y salir lo mas cautelosa que pueda, espero que no me vean por favor señor si estas hay ayúdame.
—Emilia se te enfriara él desayuno —me oculto al escuchar el grito de mamá —si no bajas te sacare a rastras.
Si lo tierna y adorable solo es una fachada en realidad es un troll del bosque, miro la puerta es mi momento camino entre puntillas tratando de girar la perilla sin hacer ruido cuando siento algo tocar mis pies, bajo mi vista para ver al niño jugar con el carrito.
—Que no chille, que no chille —susurro mirando al techo.
—Tía mira mi carrito —sonrió tomando el carro para lanzarlo lejos.
—Ve a buscarlo Carlitos anda —musito entre dientes pero no es lo que pensé pues pone una cara arrugada hasta formar un puchero que advierte el llanto que se avecina.
—¡Mami! —diablos maldito mocoso le sacó la lengua.
—Emilia ha donde te dirigías —cuestiona mamá con sus brazos en jarra.
—A ningún lado mamá, solo iba tomar aire —miento con descaro.
—Ven a desayunar y no molestes a tu sobrino —bufo caminando al comedor donde todos están sentados con la mesa decorada de rojo, asco vómito alguien sálveme.
—Feliz San Valentín, Emilia —los miro mal como odio que me llamen así.
—Cuantas veces tengo que repetirlo mi nombre es Miércoles no Emilia pueden por una vez ser normales —reclamo tirando al suelo la servilleta roja —y porque diablos esta todo el lugar de rojo acaso hubo algún problema o están daltónicos.
—Primero cuida tu vocabulario jovencita y segundo calla —ruedo los ojos tomando asiento de mala gana.
—Primero que todo madre no soy una niña ya estoy bien grandecita y segundo no me callo nada —sentenció cruzando mis brazos —traigan rápido el desayuno para poder largarme tengo cosas que hacer.
—Emi… —la miró mal —Miércoles por favor no digas esas palabras frente a los niños es muy malo para ellos que están creciendo.
—Tu me vas a decir lo que tengo que hacer Brenda querida —musito mirándola mal, mi cuñada es la mas insoportable de todas se cree que se las sabe todas y es tan buena y noble me enferma tanta bondad —no eres mi madre ocúpate de tus hijos, a verdad que no puedes tenerlos, es buenísimo prácticas con los ajenos.
—Emilia no voy a permitir que le faltes al respeto a mi mujer —exclama mi hermano mayor al verla salir lloriqueando, ruedo los ojos es una farsante sabe muy bien como ocultarlo menuda actriz.
—Si claro ella no tiene la culpa, el culpable eres tu por estar seco seguro que no te hiciste algo como la vasectomía o ya naciste así —golpea la mesa para irse del lugar —van dos faltan seis.
—Emilia siempre tienes que arruinar las cosas con tu actitud de mierda verdad —pero quien se cree esta mujer para hablarme así o sea que por ser la esposa de mi hermano y darle dos nietos a mis padres es la reina. Miro a papá y creo ya se enojo bueno yo también se gritar.
#14426 en Novela romántica
#2707 en Joven Adulto
amor boxeo nuevas oportunidades, doctor pintora arte pasado doloroso, madre toxica mejores amigas
Editado: 04.03.2023