Capítulo 862

La forma de este par de ojos se parecía mucho a la de un cachorro, las comisuras de los ojos ligeramente caídas y la mirada llena de inocencia.

En ese momento, estaba envuelto en una capa de horror, lo que hacía que ese par de ojos lucieran aún más inocentes. Provocaba que uno sintiera ganas de arrancarse el corazón para convencerla.

 Cuando la figura vio ese par de ojos, se puso rígido como si hubiera sido electrocutado.

Bai Qingqing no pudo contenerlo y el intenso sentimiento de horror la hizo soltar un grito incontrolable.

Bai Qingqing se detuvo en menos de un segundo. No quería atraer a más hombres bestia.

Pero todavía era demasiado tarde.

En ese instante, el palacio subterráneo quedó tan silencioso que se podía escuchar el sonido de una aguja cayendo. Solo el eco de la voz de la mujer seguía resonando en el largo pasillo.

Luego, se escucharon una serie de ruidos de pasos desordenados y una ola de hombres bestia surgió de ambos lados del pasillo.

Sus ojos brillaban de emoción y brutalidad mientras buscaban a la hembra por todas partes.

Dos cadáveres de hombres bestia fueron colocados en el suelo, así como un hombre que no parecía un hombre bestia común y corriente. El único lugar para esconderse era entre ese montón de rocas.

“¡La hembra debe estar escondida entre las rocas!”

Alguien gritó y todos los machos tiraron lo que sostenían, convirtiéndose en sus formas de bestias. Luego corrieron como si estuvieran haciendo una carrera de 50 metros.

El hombre que estaba parado junto a la pila de rocas todavía miraba a Bai Qingqing como si no hubiera nadie a su lado.

Estaba demasiado oscuro, por lo que Bai Qingqing no pudo ver su rostro con claridad. Ella solo sintió que el aura asesina de este hombre bestia era muy fuerte y que era más peligroso que cualquier hombre bestia.

¡Rugido!

La oleada de hombres bestia se precipitó hacia ellos rugiendo. A mitad de camino, varios de ellos comenzaron a luchar entre sí. La sangre que salpicó esparció un dulce aroma sangriento en el aire.

El hombre con la figura al revés se humedeció los labios y finalmente enderezó su cuerpo, mirando a las feroces bestias de ambos lados que habían perdido la cabeza. No adoptó su forma de bestia.

Movió su cuerpo, liberando sonidos de "estallidos".

Cuando la primera bestia feroz se abalanzó sobre él, el hombre levantó el puño y lo agitó con fiereza.

¡Estallido!

Un leopardo salió volando como un saco de arena.

Luego, algunos “golpes” más y aullidos agonizantes, junto con el sonido de huesos rompiéndose, resonaron incesantemente.

La cabeza de Bai Qingqing sondeó con cuidado y vio una serie de sombras negras borrosas.

La figura con forma humana era como un robot asesino. Todas las criaturas vivientes que se acercaran a él serían atendidas en el instante en que las enfrentara.

Varias decenas de bestias feroces atacaron y todos los caminos se congestionaron. Sin embargo, ninguno de ellos pudo acercarse a menos de dos metros del montón de rocas. La figura humana era la única dentro de esta área, agitando su puño.

Nadie conocía su especie, pero su puño era tan fuerte que parecían pinzas de cangrejo. Sólo usó una mano, dejando la otra colgando a su lado.

Bai Qingqing estaba completamente atónita. Este tipo era demasiado arrogante.

No pudo evitar preguntarse si Curtis podría derrotar a este hombre bestia.

Espera un momento, ¿cuántas rayas de animales tenía en su cara otra vez?

Suspiro, ella no vio nada antes excepto un par de ojos completamente negros.

En apenas unos minutos, los pasillos volvieron al silencio.

Los cadáveres se amontonaban en el suelo y el hedor en el aire era tan fuerte que parecía como si la sangre fuera a gotear.

El hombre estaba bañado en sangre, sus pies pisaron los cadáveres empapados en sangre mientras caminaba hacia la pila de rocas.

Bai Qingqing se encogió en la oscuridad, rezando:  Vete rápido, vete rápido.

Mientras oraba, se burlaba de sí misma por sus ilusiones.

No esperaba que cuando sondeó su cabeza, realmente no hubiera nadie afuera.

"¡Ey!"

Bai Qingqing intentó emitir un suave llamado, cargando a su hijo mientras miraba a ambos lados.

"Si continúas hablando, atraerás a los hombres bestia aquí nuevamente".

Una voz resonó a través de las paredes y llegó a los oídos de Bai Qingqing.

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