Un Oscuro Continente

La última soberana de Everia

Hace tres semanas, la luz del sol se había vuelto grisácea, perdiendo su capacidad para nutrir a las plantas. Poco a poco, todo se había secado, y nuestros esfuerzos por salvar los cultivos habían sido en vano. La escasez de comida se cernía sobre nosotros como una sombra. Pero eso no era todo: la enfermedad avanzaba con rapidez, dejando su huella en forma de ámpulas que sobresalían de la piel de los enfermos, llenas de un líquido amarillento. Y para empeorar, el agua había cambiado de color, tornándose un ominoso tono rojizo amarillento. Después de que un niño bebiera de ella y comenzara a mostrar los síntomas de la enfermedad, comprendimos que ya no era seguro beberla. La escasez de agua se sumaba así a nuestra creciente lista de desafíos.

???>>> "Me detuve, dejando que la pluma reposara sobre el papel. Un suspiro suave y profundo escapó de mis labios, como si mi propio aliento estuviera buscando liberarse de la tensión. Después de unos segundos de silencio, retomé la escritura,, pero mi mano temblaba ligeramente, como si las palabras mismas pesaran sobre mí".

La epidemia se extendió rápidamente por los campos, afectando a una gran cantidad de personas. A pesar de los esfuerzos por atenderlos, la desesperación se apoderó de la multitud, que se volvió hostil y agresiva. Las ámpulas que cubrían sus cuerpos se convirtieron en armas, infectando a algunos guardias. Las puertas del castillo se cerraron, pero no pudieron contener la devastación. Ese día, los muros que rodeaban el castillo se tiñeron de un intenso rojo carmesí.

Los pocos que quedaban sanos se encontraban al límite, exhaustos por la falta de descanso y las constantes crisis emocionales. Mi hermana, Lilith Bloodfallen, intentó infundirles esperanza, pero ellos la ignoraron. Poco tiempo después, ella también cayó enferma. Lo que sucedió luego fue aterrador. Una tras otra, sus extremidades...

???>>> "Me detuve por un momento, mi estómago se revolvió y luego explotó en un acceso de náuseas. Vomité en el suelo de la habitación, y mi cuerpo se sacudió por las convulsiones". Lo siento, Eleonora, "murmuré, con lágrimas que rodaban por mis mejillas y mis pupilas dilatadas por el shock. Mi rostro reflejaba el trauma que me consumía".

Eleonora>>> "Eleonora me ofreció una sonrisa suave, aunque cansada, y tomó un paño mojado de un pequeño banco cercano". No se preocupe, señorita Elizabeth,"dijo con amabilidad", siga escribiendo si puede, o tome un breve descanso si necesita. "Mientras hablaba, se arrodilló para limpiar el desastre que había dejado en el piso, su movimiento gentil y eficiente. Al mismo tiempo, comenzó a tararear una melodía suave y tranquilizadora, que parecía contradecir la escena de caos que nos rodeaba".

Elizabeth>>> "Asentí, respirando hondo para calmarme. Luego, limpié con los dedos la baba que había corrido por mis labios y me volví hacia el libro, cuyas letras ya estaban impregnadas en mi mente desde donde lo había dejado. Continúe escribiendo con una falta de ánimos pero decidida a terminar".

Los médicos aseguraron que era la mejor opción: estudiar la enfermedad de cerca, entender sus efectos en las extremidades del cuerpo y encontrar una cura. aún con esa explicación, Lilith suplicó misericordia, pero ellos se negaron, argumentando que como reina, debía priorizar el bienestar de su pueblo. Fue así como perdió la vida, y yo me convertí en la nueva soberana de Everia... o lo que quedaba de ella.

El continente entero luchaba por sobrevivir. Algunos reinos vecinos se habían aislado, temerosos de contaminarse. Otros mantenían una actitud hostil hacia cualquier extranjero que cruzara sus fronteras. Solo unos pocos habían optado por mantener relaciones diplomáticas, creyendo que la unión era la clave para sobrevivir a este caos.

Pero yo aún no había dado órdenes claras sobre cómo actuar. Mi sirvienta más confiable, Eleonora, me informó que algunos plebeyos cuestionaban mi capacidad para gobernar. Y tenían razón. Pero si dejaba que eso se notara, si permitía que aceptaran esa verdad, mi pueblo...

Elizabeth>>> "Hice una breve pausa, permitiendo que mi respiración se estabilizara. Luego, un escalofrío recorrió mi cuerpo, desde la punta de mis pies hasta la base de mi cuello, enviando un estremecimiento por mi torso. Con una respiración profunda, retomé la escritura, y la pluma volvió a bailar sobre el papel con movimientos precisos".

La gente se desaria de mí, como había sucedido con cada miembro de mi familia. Todos habían partido con la misma excusa: hacer lo mejor para su gente. Mi madre, mi padre, Lilith y mis demás hermanas, con las que no tenía una relación cercana, pero a quienes no deseaba ningún mal. Ahora descansaban en paz, libres del sufrimiento. Pero yo me quedé sola, con solo Eleonora como confidente.

Sin embargo, desde la partida de mi última hermana, voces desconocidas habían comenzado a susurrar en mi mente. Me decían que ni siquiera Eleonora, mi leal sirvienta y amiga, sería lo suficientemente fiel como para no sugerir que me eliminaran si no demostraba ser una soberana capaz. Al fin y al cabo, ella era parte del pueblo y debía velar por su propio bienestar.

Me sentía atrapada en una jaula de oro, rodeada de captores que habían jurado lealtad a mi familia. Pero no podía culparlos. Nadie quería morir por culpa de otro. Mi vida dependía de un hilo, sostenida solo por mis acciones y decisiones.

Elizabeth>>> "Me apreté la pierna con fuerza con mi mano izquierda, buscando calmarme. Tragué saliva con dificultad y entrecerré los ojos, concentrándome en las palabras que debía escribir. Con un esfuerzo supremo, concluí el escrito con frases serias y desesperadas, que reflejaban el tormento que me consumía".



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En el texto hay: emfermedades, apocaliosis

Editado: 06.10.2024

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