LUNA LLENA

En algún lugar donde los cazadores no puedan atraparte.

Cuando esta mañana decidí saltearme todas mis clases y venir al bosque, lo veía como una de mis mejores ideas. Faltaba al colegio y podía estar en uno de mis lugares favoritos. Hasta hoy. Si hay alguien a quien culpar, es a mí y a mi instinto asesino que me obliga a ponerme en riesgo continuamente. No debo ir a lugares donde tengo prohibido estar. Mi familia me explica esto todos los días desde que tengo ocho y me perdí en este mismo bosque, pero ese día la culpa no fue mía, esa mariposa fue la que me obligó a seguirla. Pero ese día aún sigue siendo mi favorito. Ese día fue la primera vez que pude ver un lobo y la única. Por más intentos que tuve todos estos años, nunca pude volver a ver a uno de ellos. Suelen esconderse de nosotros y la verdad es que los entiendo, cada uno de ellos están en peligro. Este pueblo es un problema para ellos. Nuestros cazadores están a la caza de cada lobo de este lugar. Nuestros cazadores están por todos lados a la espera de un lobo para cazarlo y mostrárselos a todos en nuestro pueblo; suelen desfilar con el cuerpo del lobo por nuestras calles. Es algo horrible de ver y mi familia me obliga a verlo. Cada vez que me atrapan en el bosque, dicen que es su forma de mostrarme porqué no debería regresar al bosque, dicen que estoy en peligro de las balas que usan los cazadores y que también puedo poner en peligro a los lobos y qué bueno, porque podría ser su cena. Nunca dejaron de ser lobos. Pueden ser peligrosos para mí, pero son indefensos para nuestros cazadores.

Y es por eso que desearía que se puedan convertir en hombres lobos para pasar desapercibidos de nuestros cazadores. Deseo eso desde que tengo ocho y creí hacerme amiga de uno de ellos. Nadie puede culparme, crecí sin amigos y esa tarde, cuando estuve con ese lobito fue lo mejor que pudo haberme pasado. Por eso, cada vez que puedo vuelvo a este lugar para poder encontrarme a ese lobo, pero no creo poder ayudar a uno de ellos. No creo ser tan valiente. Por suerte nunca estuve en esa situación, pero sí recuerdo muchas veces en las que estuve aquí y después los cazadores salieron con lobos en sus manos. Odio cuando sucede eso. Y por eso me odiaría saber que estuve aquí y no pude hacer nada para salvarlos.

Así que cuando el sentimiento de culpa llena mi cuerpo, comienzo a moverme más rápido. Esta noche es luna llena y, aunque los hombres lobos no existen de todas formas, a los lobos que sí lo hacen les gusta aprovechar este tipo de lunas y son las noches donde más puedes escucharlos y los cazadores suelen llenar estos suelos de trampas las que gracias a los libros y videos pude aprender a desarmar cada una de ellas. Con el tiempo aprendí que los cazadores aprovechan la noche anterior para colocar sus trampas porque no quieren estar la misma tarde de luna llena, porque eso pone en alerta a los animales. Y eso me ayuda a mí a que pueda desarmar todas las trampas que pueda mientras dure el horario escolar. La verdad es que mis padres están controlando cada paso que doy, y en el único lugar donde no pueden hacerlo es en el colegio, así que no siempre porque eso los pondría en alerta, puedo faltar al colegio y venir al bosque.

Mi cuerpo se pone en alerta máxima cuando escucho pasos cerca de mí. No es bueno que los cazadores me vean aquí, la gran mayoría saben que estoy en contra de ellos. Apoyo mi cuerpo contra uno de los árboles a mi alrededor y trato de ni siquiera respirar y estar atenta a cada ruido que pueda escuchar hasta que ocurre el primer disparo: explota en el árbol a mi lado y lo único que puedo hacer es tirarme al suelo e intentar correr porque puedo sentir los pasos del cazador y como sigue maldiciendo cuando disparo sin el silenciador. Un grave error de primerizo.

Es entonces cuando estoy tratando de seguir sin ser descubierta, que escucho un pequeño alarido que me hace detenerme y es cuando lo veo un lobo, uno pequeño atrapado en una de las trampas, está recostado en la tierra con una de sus patas clavadas en ella, la cual está sangrando.

--Mierda

No puedo evitar maldecir cuando no sé qué hacer, no puedo dejarlo ahí porque el cazador lo encontrará, pero tampoco sé si puede ayudarlo. Es la segunda vez en años que puedo volver a ver un lobo y me encuentro congelada en el lugar sin saber qué puedo hacer. Me da miedo acercarme a intentar sacarlo de la trampa y que me quiera morder. Se puede ver que está asustado.

Pero cuando su dolor se hace aún más visible, mi miedo se esfuma y me tiró a salvar al pequeño lobo frente a mí. Me había prometido ayudarlos y eso es lo que haré, no puedo dejar que el cazador se lo lleve.

--Puedes estar tranquilo, solo quiero ayudarte—le susurró mientras mis manos temblorosas tratan de desarmar la jaula. Me pongo aún más nerviosa cuando escucho los pasos del cazador. Trato de no perder más tiempo y saco una de las pinzas de mi mochila para ayudarme. Nos van a encontrar.

El animal, al igual que yo, aguanta su respiración y sus quejidos cuando sentimos nuevamente la voz del cazador

--No puedes escapar de mi

Y entonces ocurre el famoso clic que suena en el bosque. El lobo fue liberado.

--Si!--No puedo evitar sentirme alegre y aliviada de poder ayudarlo aunque sea un poco. El lobo intenta pararse, pero falla las tres veces que lo intenta. Muerdo mi labio en señal de nerviosismo--Una vez más o el cazador nos encontrará.

Pero vuelve a fallar y es entonces cuando se me ocurre la peor de las ideas: llevarme al lobo a mi casa. Es lo único que puedo hacer para ayudarlo, no puedo ir a una veterinaria porque lo terminarían cazando. Pero sí puedo llevarlo a mi casa, esconderlo de mi familia y ayudarlo a recuperarse. Siempre hay videos en internet a los que tengo acceso y hay varios libros que pueden ayudarme.

--¿Puedes seguirme?—Me sentía una estúpida al preguntarle eso a un lobo, claramente no me entendía, así que saqué la única comida que tenía en mi mochila, una barrita de cereal, pero una de las buenas. --¿Te gusta? Puedo darte un poco si me dejas cargarte--Dije y moví la barrita frente a sus ojos y se acercó a olfatearla.