Capítulo 06: Belleza escondida.

Quiero verte más seguido para sentir que me cautivas cada vez que te tengo cerca.

CLAIRE RUBY WRIGHT

Siento mi corazón acelerado, pero no sé si es por ver a Nathan haciendo un rol de mecánico o por la repentina llegada de quien pensé que era un especialista en esto de autos, cuando en realidad se trata de ¡su mejor amigo!

Es interesante ver su físico de atleta detrás de una camiseta sin mangas, es como si él fuera el bate de béisbol y yo sería la hermosa pelota. Lo más lejos que llegaría conmigo es lanzarme fuera de su base. 

«Ahora sí me arrepiento de no ser delgada y comer de más». —Hago un puchero para mí misma. 

Limpia sus manos con un trapo que él mismo trajo, mientras se acerca a mí. Siento mis mejillas ruborizarse, ¿cuánto hay que pagar para venir así de guapo al mundo?, ¡madre mía!

—Nathan, ¿cómo es que tienes una amiga y la dejas a un lado sin presentarla? —Me mira con total atención. 

—No es mi amiga, solo estamos juntos por trabajo y una deuda, ya que la atropellé hace un rato. 

Ay, eso me dolió. 

—Bueno, él no tiene que presentarme con su amarga actitud, puedo hacerlo por mí misma—le extiendo mi mano—, mucho gusto, soy Claire Wright, un placer conocerte. 

Dejo una pequeña sonrisa. 

—Ella es amable, Nathan, deja de ser tan antipático, Claire no tiene culpa de tu pasado y… —Nathan pide que haga silencio. 

—Cuidado con los temas que tocas, eso no se le dice a todo el mundo. 

—Ignóralo—suspira rodando sus ojos—, Yo soy Noah Davis, me encantaría verte más seguido, Claire. 

—Estaré trabajando un tiempo con tu amigo, de ser así podría verte. 

¿Acaso está coqueteando conmigo?

—Si deseas oír Claire, se pasa de coqueto, terminó con su novia la semana pasada—se cruza de brazos. 

—Gracias, pero no te lo pedí. 

Ahora quiere decirme cosas luego de que estuvo de antipático. 

—Ya pueden irse, el auto sencillamente se le dañó el seguro, pero no hay nada que un Davis como yo no pueda hacer—presume sus músculos y me río a carcajadas.

En eso salgo de mi trance de idealizar a un tipo guapo como él. A juzgar de quien es amigo, supongo que al fin y al cabo tendría la misma actitud de tonto que suele tener. 

«Tienes que dejar de ver solo lo de afuera, Claire, ¿no recuerdas lo que te pasó con uno similar?»

—Gracias, hermano, más tarde te coloco algo de dinero a tu cuenta por esto—expresa, Nathan.

Como si todo se resuelve con la cantidad de ceros que tienen en su cuenta de banco. 

—Por supuesto, aunque trae a tu amiga para la próxima—guiña un ojo y lo ignoro. 

—¡No somos amigos! —gritamos al unísono. 

—Está bien, ya entendí. Nos vemos luego, tengo muchas personas que atender en el taller de mi padre—se detiene a mirarme—. Claire, espero verte luego, eres muy amable. 

—Lo mismo digo, cuídate—hago un ademán de despedida. 

Subimos al auto y me observa. 

—Bien, ahora sí, busquemos a mi hija para pagar esta deuda, me urge acabar con esto—arranca el auto y asiento. 

—Si no deseas comprar los burritos, lo comprendo, puedes dejarme cerca de una parada de autobús y llego a mi casa—niega rotundamente. 

—Me gusta cumplir con mis promesas, así que, vayamos y demos esto por saldo. ¿De acuerdo? —afirmo con mi cabeza y seguimos la ruta hacia su empresa, en donde recogeremos a la hermosa niña. 

Lo miro con sumo cuidado de que no note que mis ojos están posicionados en él. Aunque de perfil es un hombre bastante apuesto, ¿cómo es que en tanta belleza exista un corazón tan frívolo y dañado? No lo sé, lo cierto es que no debería confiarme tanto sin antes conocerlo.

—¿Qué es lo que tanto me miras?, ¿te pidieron en tu trabajo hacerme un control de calidad para fotos o por qué te detienes a ver? 

Y ahí está… Esa mirada de nuevo que sin duda me estremece la piel, siento que por dentro quizá sea una persona excelente, y que está en cada quien como desee cambiar la forma de vivir y ver su vida. 

—Sí, es probable que para el proyecto necesitaremos de tu rostro, pues eres el dueño de esto. Ya veremos. No te creas el más guapo del mundo, solo analizo ángulos—buen momento para ser fotógrafa. 

Coloco mis manos como si se tratara de una fotografía y hace un gesto de incomodidad para seguir mirando en dirección a la calle. 

Hoy logré evadir mi indiscreta acción, espero que nunca se entere o me odiaría de por vida. 

----------------------

De todos los restaurantes que hay en la ciudad, ¿por qué me tuvo que traer a este en específico? 

«Trágame tierra y escúpeme bajo la mesa».