Un papá en aprietos

Capítulo 12: Secretos.

Siento nervios de nuestra cercanía, pero lo mejor de todo es que nunca lo sabrás…

CLAIRE RUBY WRIGHT

—¿Qué fue lo que tomó este hombre que tiene ese nivel de borrachez? —pregunta Peyton preocupada. 

—No noté que tipo de vino nos ofreció ese tonto del mesero, pero creo que era para hacerme daño o aprovecharse de mí, lo digo porque fu una botella completa él solo y… rápido. Todo lo hizo para que no me pasara nada, sin embargo, ahora me preocupa. Tomando en cuenta que el dueño de ese lugar es mi ex, Liam Johnson.

Trago en seco de solo pensar en ello una vez más. 

Voy a indagar que se trae mi ex. No es normal que hoy que voy a ser feliz, aparezca. Quizá con la reservación que hizo Nathan, ya sabía de mi llegada y planeó todo eso. 

—¿Tu ex? Dios, tienes que contarme todo lo que sucedió hoy. 

—Lo haré, pero ayúdame a resolver con este borracho, no sé qué darle para bajarle un poco la ebriedad. Pretendo no mandarlo a su casa, no quisiera que su hija lo vea de este modo, no es correcto y más que sabe que iba a salir conmigo, ¿qué pensarán de mí? —asiente. 

—Pues, tienes razón. Mételo en tu habitación y temprano, antes de que tu abuelo despierte lo sacas de casa y lo llevas. 

—Es lo mejor. Lo que hago para salvar su reputación y el día de las fotos en el parque estaba dispuesto a hundir la mía—ella sonríe. 

—Así eres, la bondadosa y comelona Claire.

Peyton preparó algo con agua, azúcar y demás cosas que no tengo ni idea para calmar esto. Mañana tendrá una fuerte resaca, sin embargo, tendremos que hacer una investigación sobre esa bebida y la sospechosa forma de Liam en ese lugar. 

Me extiende también un plato con un taco que dejó mi abuelo, supongo que para mí. Pobrecito, ni estando enfermo se detiene y seguro se quedaron esperándome. Uno no me llena, pero saber que lo hizo él por la forma de preparación, me deja más que satisfecha.

—¿No pasó nada entre ustedes? —siento el calor aproximarse en mis mejillas al escuchar esa pregunta—. Uy, aunque me digas que no, tus mejillas te delatan. ¡Cuenta ya!

—Tuve que besarlo para demostrarle a mi ex que alguien sí podía quererme… Por suerte, la faceta del Nathan borracho colaboró. Aun así, antes de estar tomado, se comportaba con más amor y atención de la cuenta. Dijo que me fijara en sus acciones, una de ellas fue tomar esa botella de vino completa por mí, sin contar las veces que me defendió. 

—¡Amiga!, tremendo guapo tienes cerca de ti. Ahora ya se tomó esa agua que preparé, le va a disminuir el nivel de alcohol y dormirá tranquilo. Está encima de ti, eso merece una foto—cubro mi rostro y la toma, como siempre, los fotógrafos capturamos momentos—. Llévalo a la cama y descansen. Por suerte mañana no hay trabajo. 

—No va a recordar ese beso, por favor no se lo digas a nadie. Me moriría de vergüenza. Liam va a pagarlo bien caro, siempre ha sido un completo idi…—sonrío. 

—Por eso he sido tu mejor amiga por mucho tiempo, no pienso decir que te besaste con el empresario más arrogante de todo Seattle. 

—¡Claire!, ¡tengo hambre!, ¿mami Claire?, ¿me vas a alimentar?, mira que soy tu bebé—grita y cubro su boca. 

—Si sigues gritando no te daré nada de comer. 

No podemos aguantar las risas en mute que tenemos ambas viendo dicha escena.

—Dale comida a tu bebito, ¿sí? —vuelve a hacer un puchero y se queda dormido en fracción de segundo—. ¿O vas a darme otro beso de esos tuyos?

Abro mis ojos con sorpresa y Peyton chilla de felicidad. 

«A este ritmo, creo que Emma y mi abuelo despertarán, ojalá que me equivoque y no lo hagan».

—Iremos a descansar, ya tengo demasiado sueño. Peyton, ven mañana. Gracias por todo esto. 

—No es nada. Que descansen, no olvides darle chupete al bebé gigante—ríe para ir corriendo por su moto. 

—Por supuesto que no, no lo olvidaré.

Se marcha y trato de moverlo con cuidado. Llego a rastras a mi habitación y sin duda ha sido un día agotador, pero memorable y divertido.

Busco una de mis camisetas enormes para quitarle esa ropa con olor a alcohol y vomito. Encuentro una con un unicornio brincando por un camino de burritos y río antes de colocarla en su cuerpo.

Comienzo con la labor de desvestirlo y me doy cuenta de que no solo tendré que ocultar el beso, sino que lo estoy viendo con poca ropa. Un cuerpo marcado, ¿qué hace mal este hombre?, ¡guau!, a este paso, ¿quién no se enamoraría de él?, su actitud pasa a segundo plano cuando ves todo este premio. 

«Claire Ruby Wright, deja de ser traviesa». 

Termino y ahora es momento de acomodarme yo para por fin dormir, hasta el hambre se me quitó al tenerlo en mi cama. Admito que me pone un poco tensa su cercanía, pero es eso o llevarlo a casa de esta manera en la que su familia piense mal de él. 

Lo pongo en un lado y tomo el otro. ¡Que nervios!, tengo a mi lado a un hombre en mi cama por primera vez. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.