Un pequeño secreto

Capítulo 2

—Alec desea hablar contigo— dice Emilio sentado en el sofá del pequeño departamento de Savannah.

Aquellas palabras se sienten como un balde de agua fría, Savannah sabía que ese día llegaría en algún momento, pero no esperaba que fuera tan pronto. No se sentía lista para enfrentarse al hombre que alguna vez llamó mejor amigo y quien llegó a amar <<que aún lo amaba>> de una manera en la que podría quedarse sin aliento con sólo una mirada de aquellos ojos marrones.

—¿Le has dicho algo?— no puede evitar preguntar sintiendo su cuerpo entero comenzando a temblar.

—No lo he hecho. No me corresponde hacerlo— le contesta.

Savannah sabía que Emilio no había estado de acuerdo con la mayoría de las decisiones que tomó, especialmente porque nunca quiso hablar con Alec sobre lo que había sucedido aquella noche. Pero ella no se arrepentía de sus acciones, a pesar de las distintas situaciones a las que se había enfrentado por ello.

Ella sabía que tendría que decirle por qué se marchó aquella noche sin despedirse de Alec, pero todo había sucedido demasiado rápido y ahora tendría que enfrentarse a ello.

—¿Cómo se enteró?— cuestiona Savannah y levanta su mirada hacia el rostro de Emilio.

—Alguien nos tomó una fotografía y llegó a manos de mi padre antes de que se publicara en un medio oficial. Mi familia impidió que pudiera llegar a convertirse en un escándalo total, pues afirmaban que el niño en tus brazos es mi hijo— Savannah detiene el movimiento nervioso de su pierna y entonces puede saber a la perfección lo que había sucedido.

Alec pensaba que el niño era hijo de su hermano mayor.

Alec probablemente pensaba que Savannah había estado oculta del mundo y no quería acercarse a él, porque era “la madre del hijo secreto de Emilio”.

Para la relación de confianza que habían tenido, aquello se escuchaba bastante mal. Pero era peor mirarlo a los ojos y decirle que aquella última noche en que se vieron, incluso si él no lo recordaba, habían creado una nueva vida que nacería 9 meses después.

—No creo que pueda hacerlo— exclama Savannah mientras cierra sus ojos con los pensamientos de lo enojado que Alec podría llegar a estar <<y que estaría en todo su derecho por haberle ocultado aquello>> cuando se enterara de que habían tenido un hijo.

—Creo que él necesita saber la verdad— responde Emilio.

—Lo sé. Es sólo que, cuando pienso en ello me aterra la reacción que vaya a tener y sé que Alec no es ese tipo de hombre, pero en su lugar alguien podría intentar llevarse a Alexander. Alec podría estar en su derecho de molestarse conmigo por no decirle, pero me aterra el pensamiento de que quiera alejarlo de mí por ello— Savannah termina de decir.

—Alec no lo haría— contesta Emilio y Savannah cree en ello, pero todavía no se sentía preparada. No sabía si algún día lo estaría.

—Alexander es todo para mí— dice Savannah.

—Y nadie lo apartará de tu lado, pero Alec merece saber la verdad. Merece saber que tiene un hijo— las palabras de Emilio se quedan profundamente en los pensamientos de Savannah.

Y de pronto, sin poder evitarlo, las primeras lágrimas comienzan a caer por sus mejillas. Se sentía completamente asustada por lo que Alec podría llegar a pensar de toda la situación y no se sentía capaz de poder admitir todo lo que había sucedido a lo largo de los años.

Aquella noche en que se marchó mientras Alec dormía a su lado, había sido uno de los días más aterradores de su vida, que sólo había sido superado por el día en que se enteró que estaba embarazada y posterior a ello, el día que Alexander llegó a este mundo. Savannah nunca creyó que sería una buena madre, y tal vez no lo era, pero cada día de su vida iba a estar destinad en darle lo mejor a su hijo.

Y tal vez lo mejor era decirle a Alec sobre ello.

—Cuando te sientas preparada para hacerlo, puedo ayudarte a comunicarte con él— dice Emilio en voz baja mientras acaricia su espalda tratando de calmar el llanto.

—No creo que algún día lo esté. ¿Qué le voy a decir? ¿Hola, Alec perdón por marcharme hace dos años ¡Sorpresa tienes un hijo!?— el problema de todo lo que había pasado en aquel tiempo fue que Savannah no tuvo la oportunidad de hablar con Alec y luego, le asustó que la vida tan perfecta que Alec siempre había tenido desde que eran pequeños, se viera alterada por las “consecuencias” de aquella noche.

—Puedes comenzar a explicarle el motivo por el que te marchaste— le responde. —Alec y tú fueron los mejores amigos durante años, se comprendían de tal manera que no era necesario decir una palabra—.

Hablar sobre ello, podía ser incluso tan complicado como decirle a Alec que tenían un hijo. Pero Emilio tenía razón, no podía seguir ocultándoselo, por la amistad que algún día tuvieron necesitaba hablar con él; tampoco deseaba que Alec siguiera pensando que Emilio y Savannah mantenían algún tipo de relación.

Emilio se despide de Savannah y luego ella vuelve su cuerpo al pasillo del departamento que dividía su habitación y la de Alexander. El departamento era pequeño, pero era suyo y quería que su hijo tuviera su propio lugar mientras iba creciendo.

Era difícil mantener la concentración en lo que hacía cuando su cuerpo se ponía alerta en busca de cualquier detalle que le dijera que Alexander no estaba cómodo.




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