Un plan perfectamente imperfecto

Capítulo 5

Abrí los ojos y lo primero que vi fue la habitación en la que estaba, era mayormente blanca, con un enorme ventanal que dejaba ver una gran piscina.

Me senté de una y mi cabeza empezó a doler. Un mareo me llego y recordé todo lo que ocurrió anoche.

Tuve que ir a investigar a Emily y me la encontré platicando con Axel, ella le había contado lo que paso con Regina, yo me enoje por un rato. Emily se esperó a que me emborrachara y así poder convencerme de aceptar el plan de Axel. Y la maldita lo logro.

Recuerdo estar en la camioneta de Axel y decirle que desde el día de hoy íbamos a ser novios para el resto del mundo. Y después me trajo aquí, a lo que creo que es su casa.

Solté un suspiro por recordarlo, aunque la verdad no estoy del todo arrepentida, pero sí nerviosa de volverlo a ver a la cara.

Salí de la cama y todavía tenía mi incomodo vestido, el cual se sentía pegajoso, gracias al refresco que me tiraron encima. Me fui de la habitación y abrí varios cuartos. Hasta que por fin encontré a Emily, estaba recostada en la cama, con la boca abierta, los brazos arriba y con la cobija en el suelo. Iba a entrar a la habitación para despertarla, pero alguien se apareció en el pasillo.

—No deberías despertarla —me giré y vi a Axel con un vaso de agua—. Déjala descansar, ha de estar agotada.

—Tienes razón —Axel me extendió el vaso— gracias.

—Ayer fui a dejarlas a la casa de Emily. Pero nadie abrió —explico.

—¿Y no revisaste en la bolsa de Emily? Probablemente tenía una llave —dije como si fuera obvio.

—Emily no traía ninguna bolsa —cambie mi expresión de inmediato. Había perdido su bolsa—. No te preocupes, Jean es mi vecino, al rato pasamos a buscarla.

—Gracias —los dos nos sonreímos sin saber que decir—. Axel, ¿podrías prestarme ropa? La mía está un poco sucia.

—Oh, claro. Ven —lo vi meterse a la habitación frente a la mía y yo lo seguí. Al entrar fue obvio que era el cuarto de Axel, era muy grande y elegante.

La luz del sol iluminaba por completa el cuarto y podía ver mejor los premios que Axel tenia colgados en su habitación. Había muchos diplomas de primer lugar, al igual que trofeos de baloncesto.

—¿Una playera y un pantalón de estos te sirve? —asentí. Axel me extendió la ropa y estaba grande, pero al menos el pantalón se podía ajustar.

—Gracias. ¿En dónde está el baño? —pregunte con nerviosismo. No sé porque estaba así. Yo no soy así, pero no sé cómo abordar el tema que paso ayer, pero lo voy a tener que hacer.

—Ese es mi baño —señalo una puerta. Me metí en ella y me vi en el espejo, tenía todo el maquillaje corrido y el cabello desordenado. Y por alguna razón eso me dio vergüenza.

Me puse la ropa gigantesca de Axel, me quite todo el maquillaje e intente cepillar mi cabello con mis dedos y algo de agua, aunque prácticamente fue imposible.

Salí del baño y vi a Axel con un cubo Rubik, al verme se paró, como si fuera un reflejo.

—¿Qué quieres para desayunar? —vi cómo se iba a salir del cuarto. Y por su comportamiento, puedo notar que él también está nervioso.

Me puse enfrente de él antes de que pudiera salir.

—Tenemos que hablar —le dije y el asintió con nerviosismo. Los dos nos sentamos en su cama y por unos segundos solo miramos a otras direcciones sin saber que decir, pero yo tenía que romper el silencio—. Axel, quiero hacerlo —el levanto la vista y me miro algo sorprendido.

—¿Sigues borracha? —negué.

—Estoy harta de Regina, no quiero que vuelva a salirse con la suya, como siempre. Quiero que cuando Regina me vea se arrepienta de lo que hizo y no quiero que Noah me vea triste o sola después de lo que paso. ¿Tú todavía quieres hacerlo? —en su mirada note su duda. Pero al final me miro con mucha firmeza.

—Si, creo que será lo mejor —asintió con rapidez.

Suspire con algo de alivio, solo espero que todo salga bien.

—Bien, solo hay que idear un… —iba a terminar, pero la puerta se abrió y entro alguien. Era un hombre como de unos 45 años, con algo de canas, pero bastante atractivo para su edad.

—Hijo… —se me quedo viendo con algo de espanto. ¿Me veo tan mal? —Tiene tu ropa. ¿Acaso mi hijo te hizo algo sin tu consentimiento mientras estabas borracha? —pregunto muy preocupado. Y yo solté una risa por ello.

—No señor. Su hijo me presto algo de ropa, ya que la mía estaba muy sucia. No tiene de que preocuparse —le sonreí.

—Mas te vale —miro seriamente a su hijo—. Soy Elías —me extendió la mano y yo la recibí, el hombre me dio una gran sonrisa.

—Ella es Samantha —le dijo Axel— es la…

—Soy su novia —dije antes de que pudiera decir algo de Regina. Elías abrió los ojos muy sorprendido.

Seguramente no tiene ni idea de lo que paso con Regina y mucho menos de que yo era su hermana.

Todavía no entiendo cómo es que Regina logro conocer a Axel. Es obvio que somos de escales sociales totalmente distintas, digo, nosotras no somos pobres, pero para nada tenemos la cantidad de dinero que si tiene Axel.



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En el texto hay: amor, fingiramor, amor infidelidad

Editado: 29.08.2023

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